Lo que usted tiene es una catarata móvil, que provoca en su desplazamiento que su ojo se vuelva vago. Su oculista se lo había dicho sentado a su mesa de despacho, muy serio, mirándola a través de sus gafas Truman, y moviendo su mano derecha extendida en el aire, de izquierda a derecha, como si con ese gesto ayudase a su catarata a desplazarse. Adelina, no supo qué decir, se limitó a asentir, lo único que le vino a la cabeza fueron las cataratas de Iguazú, que había visto en un reportaje hacía poco, parpadeó e intentó sonreir, por cortesía, no por otra cosa, él le devolvió la sonrisa y escribió algo en una receta. Colirios. Si le molesta, se los echa. No es necesario intervenir por ahora. Intervenir. Su catarata no era una zona de conflicto. Sólo le hacía ver borroso de repente y sólo del ojo derecho. Tras coger la receta y estrecharle la mano al oculista, salió de la consulta, todavía pensando en Iguazú y la fuerza del agua al caer. Decidió volver a casa andando por el paseo marítimo, había dejado de llover y le venía bien andar, según le había recomendado su fisioterapeuta. Miró hacia la Torre de Hércules y guiñó el ojo izquierdo, la veía perfectamente, ni rastro de catarata, negó con la cabeza y continuó camino.

Llegó al portal justo cuando empezaba a llover, con ella entró también su vecino del sexto H, mientras él llamaba al ascensor ella recogió el correo, publicidad y una carta de Telefónica, la abrió al tiempo que entraba en el ascensor.

-Van a bajar por las paredes del patio de luces…- El vecino del sexto H lo dijo como si le contase la escena de una película, ella le miró distraida mientras abría la carta.

-Quién?

-Los del aislamiento…- Ella asintió mientras leía „Adiós, Adelina, Adiós…“- Y claro, habrá que sacar los tendales, porque fijate tú si se quedan prendidos…- Ella le miró y descubrió su gesto de horror, que ella secundó, imaginándose a los del aislamiento debatiéndose en el aire, prendidos en un tendal, meneó la cabeza y volvió a su carta „ Qué pena, Adelina, qué pena que nos hayas dejado así, huérfanos…“- Porque van a bajar así, no sabes?, como los ninjas, tras-tras-tras con arneses y todo…- Adelina se estaba preguntando a quién había dejado ella huérfano y que trabajase en Telefónica, y sólo entendió la parte de los ninjas.

-Ninjas?

-Hombre, no sé si irán de negro, encapuchados no, desde luego, sino no ven…irán de mono azul…o verde, no sé…pero se descuelgan fijo así tras-tras-tras..- Ella también encontró lógico que no fueran encapuchados y volvió a su carta fugazmente „…tendremos pues que tomar medidas cautelares…“- Y luego está Piruca…- Adelina se alegró de haber llegado a su piso, él le ayudó a abrir la puerta del ascensor.

-…qué le pasa a Piruca?- Quiso saber, él alzó las cejas con un gesto de escepticismo.

-Tiene vértigos si se asoma…

-A dónde?

-A cualquier sitio, se pone a morir…

-Ya..bueno, pues…ya nos dirán cuándo vienen..

-Quién?

-Los del patio de luces…

-Van a bajar así, no sabes? Tras-tras-tras..- Ella asintió y dejó cerrarse la puerta del ascensor. Tras.

Nada más entrar en casa, quiso volver a leer la carta y enterarse bien por qué nadie tenía que tomar medidas cautelares contra ella, pero vio que había varios mensajes en el contestador y pulsó la tecla para escucharlos.“Hoola mamá, soy yo, mira, es que tengo un problema con Brais y es que no tiene lazos bueno sí los tiene pero hay que cosérselos al mandilón y yo no sé porque no sé yo-no-sé- y además hay que coserlos en ocho infinito...(Fin del mensaje)…..“Hooola yo otra vez que me lié y tu contestador no deja a la gente explicarse y es que tienen que ser lazos lilas fíjate tu por qué no azules no tienen que ser lilas y hay que coserlos en forma de ocho y en horizontal como el infinito bueno el infinito no el símbolo ya me entiendes…(Fin del mensaje)……“Y eso…que te los llevo por la tarde y me los coses porque sino no puede subir al autobús mañana porque no sabes qué movida tuvo hoy Emilio hoy por culpa del puñetero lazo porque la del bus no lo quería llevar que a ver si no era el niño de ese bus y Emilio que no se corta y bueno que yo no doy no doy y son lilas y vamos por la tarde y ya te cuento porque Nati se casa de penalti con aquel...(Fin del mensaje.No hay más mensajes). Adelina se había quedado de pie junto al teléfono, sin moverse, a la espera del siguiente mensaje, que no llegó, suspiró y se dirigió al salón para asegurarse de que aún tenía lazos en la cesta de su costura, los de su otra nieta eran amarillos, y los de Brais, hasta ahora, verdes, ella había comprado hacía unos días un pack de lazos de colores en los chinos, pero no estaba segura de que el lila estuviese entre ellos. Se disponía a abrir la cesta, cuando escuchó que alguien abría la puerta de la calle.

-Me cago en el Ayuntamiento!- Adelina salió al pasillo, y se encontró a su marido apoyado en la pared manteniendo el pie izquierdo en el aire- Que se lo trage el mar!

-Pero qué pasa?- Él se acercó a ella cojeando y dando muestras de dolor al hacerlo.

-Me acabo de torcer el pie en un bordillo roto…qué dolor!No sé si no me lo habré roto…-Adelina le ayudó a entrar en el salón-Qué dolor!

-Pues a mi me dijeron que tenía una catarata móvil y Paula va venir por la tarde con Brais por lo del bus….

-Una catarata?

-Si,una catarata, y como no le dejan subir al bus sin el lazo en infinito lila pues…

-Y por qué una catarata?…Qué mal!Qué dolor!- Y se dejó caer en una butaca, para después tratar de quitarse el zapato

-Pues no sé, una catarata móvil…

-Y dónde hay una catarata? El Ézaro?….Van a llevar a los niños de infantil en autobús hasta El Ézaro…pues ya son ganas de complicarse la vida…- Adelina iba a decir algo cuando sonó el timbre de la puerta, abrió sin mirar por la mirilla, un chico con una gabardina gris y aferrado a un portafolios le regaló una preciosa sonrisa.

-Buenos Días, Señora…Cree usted en Dios?- Adelina escuchó entonces la voz de su marido desde el salón.

-Pues a mi que lleven a unos niños tan pequeños a ver El Ézaro me parece una temeridad!