De ir a algún sitio, Irving quería ir a Las Vegas. Podrían perdirle a su primo Larry la caravana, y hacer el viaje en ella. Casi setecientas millas. Si las hicieran de una vez les llevaría nueve horas, pero podrían hacerlo en tres tramos. Ida y vuelta. Nekane no tenía nada en contra de Las Vegas, pero prefería ir en avión. Ahorraban tiempo y el dinero de la gasolina. Se suponía que el viaje de luna de miel tenía que ser inolvidable, y ella no quería asociarlo con horas y horas de contemplación del desierto de Utah. Pero Irving ya había comenzado a hacer planes de horarios de pausas y a buscar trayectos alternativos que quizás les ahorrasen un poco de tiempo, y ella le dejaba. En algo tenía que ocuparse. Ella ya tenía bastante con sus gafas. Siete dioptrías en el ojo derecho y ocho en el izquierdo. Había intentado usar lentillas, pero le habían provocado una alergia tal, que había tenido que andar con gafas de sol graduadas durante varias semanas hasta que sus ojos dejaron de parecer los de un campeón de pesos pesados justo después de ganar el último round. Su oculista, el Dr. Silverman, le había explicado que era posible una operación de reducción de las dioptrías,pero que en su caso conllevaba riesgo debido a una deformación en la córnea. O eso es lo que ella había entendido. Y eso que el Dr. Silverman se lo había explicado en la figura de un ojo de plástico que se podía deshacer en sus diferentes partes, y que a ella le había dado un poco de grima. Pero no había dicho nada. Se había limitado a asentir y darle la razón con lo de la córnea. El caso era que su prima Meredith opinaba que una novia no podía llevar semejantes gafas de pasta negras en su día. Que o bien las cambiaba por un modelo más liviano o ese día iba sin ellas. A lo que Nekane le había respondido que la segunda opción no era negociable, ya que sin gafas era lo más parecido a un topo, y no quería perderse su propia boda por no poder ver lo que pasaba a su alrededor. Así que Meredith, cada vez que iba de visita, le llevaba varios modelos de gafas para probar, que le suministraba su amigo Corey quien trabajaba en una óptica en Colorado Springs. Solían entonces pasar todo el tiempo de la visita discutiendo sobre qué par le quedaba mejor, pero hasta ahora no había encontrado uno que reuniese las condiciones adecuadas. Mientras tanto ella seguía usando sus gafas de pasta negras. Las mismas que usaba desde los quince años. La anteriores, de pasta irisada en rosa, se las había aplastado Reverendo con la pezuña de su pata posterior derecha. Reverendo era el caballo de su tío Cliff. Y no había tenido la culpa. Ella había dejado las gafas sobre un montón de paja, no se acordaba muy bien porqué, y Reverendo pasó por allí. En fin. Que fueran o no a Las Vegas de viaje de novios, ella tenía más cosas de las que ocuparse.

-Yo creo que las perlas en rojo te quedarían mejor, por el negro del pelo, digo….

-Tú crees…?

-Las perlas blancas las lleva todo el mundo, pero el recogido con los tirabuzones y con perlas rojas sería algo nuevo…

-No sé qué decirte de los tirabuzones…

-Si no quieres que te caigan por el lado, te los subimos un poco y listo…- Nekane se contempló en el espejo, Brittney le había peinado con el recogido que llevaría a la boda, para verlo hecho y hacerse una idea, un tinglado de tirabuzones y perlas blancas, varios de los cuales le caían enmarcando el lado derecho de la cara, menuda y de facciones finas, presidida por las gafas de pasta, que hacían parecer enormes sus ojos marrones tras los lentes. No pudo evitar un gesto de escepticismo, y luego sonrió, acariciando las perlas que adornaban los tirabuzones.

-Y dices que nadie las lleva, rojas, me refiero…

-No, todas las llevan blancas, o beis…

-Ya….le preguntaré a Irving a ver qué le parece…

-Pero sólo de las perlas…- Bromeó Brittney guiñándole un ojo en su reflejo del espejo, Nekane asintió con la cabeza y le devolvió el gesto.

De vuelta a casa, encontró a Irving apoyado en la encimera de la cocina, tomando a morro una cerveza, todavía vestido con el uniforme de vigilante de prisiones. Irving trabajaba como vigilante en la prisión del estado, de seguridad media, que estaba a las afueras del pueblo. Con el fin de ponerse en forma para la boda, había decido ir y volver andando al trabajo, otros dos colegas se habían unido a su causa, y otros tres se lo estaban pensando. Se estaban planteando hacerse una camiseta con “Equipo Irving” como lema. Pero sólo era una idea.

-Hombre…no sé…en rojo parecerá que te has caido en una cuba de uvas…en blanco es más….liviano…

-Liviano…

-Te queda bien, cariño…te sientes bien con él?

-Sí…

-Pues es lo más importante, cariño, en rojo o en blanco, estarás preciosa…

-Irving…me voy a poner colorada..- Irving le dio un sonoro beso en la frente,y dejó la cerveza vacía sobre la encimera.

-Me voy a la ducha….que hay de cena?

-Pollo con verduras…..tengo que caber en un vestido…- Irving sonrió

-Haremos dos camisetas “Equipo Irving” y “Equipo Nekane”….- Rio antes de dirigirse al baño, Nekane alcanzó a darle un azote en el culo, al que Irving protestó entre risas.

El supermercado donde trabajaba Nekane abría a las siete de la mañana. Pero ella entraba a la seis y media. Así ayudaba a Travis, el encargado, a reponer las cosas que habían quedado pendientes del día anterior o colocar lo que hubiera quedado descolocado. No era un supermercado grande, pero tenía de todo, y era el único del pueblo. El siguiente estaba en el Centro Comercial, a cien kilómetros de distancia. Ella se ocupaba de la caja, Jonathan se encargaba del mantenimiento y Travis lo supervisaba todo.

Los primeros clientes solían aparecer a las siete y media, las madres con los bebés llegaban a eso de las nueve, después empezaban a llamar los de los ranchos para hacer sus encargos, que Jonathan se encargaría de repartir al mediodía. A veces venían turistas, pero no a menudo. Solían quedarse en los moteles más cercanos a los cañones y al río Gunnison, donde, con la llegada del buen tiempo, se podía hacer rafting. Por eso le sorprendió la presencia de los dos hombres que hicieron su entrada a las once, y que claramente no eran vecinos del pueblo. Vestían ropa deportiva, botas de montaña y portaban sendas mochilas. Hablaban entre si en un idioma que ella no entendía y dieron varias vueltas al establecimiento antes de decidirse a comprar nada. Llegaron a la caja portando una garrafa de dos litros de jugo de naranja, dos cajas de donuts y dos tazas tipo termo que estaban de oferta.

-Kaixo, zer moduz?- Nekane pasó la garrafa por el escaner sin atender a lo que el hombre acababa de decir, pensando que estaría hablando con su amigo, pero el hombre insistió en repetir la misma frase, esta vez rozándole levemente un brazo- Zer moduz?- Nekane le miró abriendo mucho los ojos, ya de por si agrandados, tras los cristales de sus gafas y parpadeó dos veces, sin entender lo que le estaba preguntando.

-Perdón…?

-Zer moduz, ni Haritz naiz…- Nekane, por un momento pensó que había perdido la facultad de entender lo que decían las personas, como había oído que les pasaba a aquellos justo antes de tener un ictus. E iba a decir algo al respecto, cuando ambos hombres sonrieron.- Te pregunto cómo estas, me llamo Haritz…- Aclaró ya en inglés el que se encontraba frente a ella, señalándose a si mismo y luego a su amigo- Este se llama Eneko- Nekane sonrió, sin saber muy bien por qué, la voz de Travis tras ella la hizo volverse.

-Te están molestando, Nekane?- Se interesó, poniendo el tono más serio que conocía en la voz, ella negó con la cabeza, aún adornada con tirabuzones y perlas, e hizo un gesto desvaido con la mano, quitándole importancia a lo que estaba pasando.

-No, Travis, sólo estamos charlando…- Travis asintió sin apartar la vista de los dos turistas y después volvió a desparecer tras los estantes de patatas fritas.

-Tienes un nombre en nuestro idioma, por eso pensé que lo hablabas…

-Qué idioma?

-El idioma de nuestro país, el País Vasco, tu nombre en nuestro idioma significa Dolores…

-Dolores?

-Sí…sería la traducción aproximada, la del mio, Haritz, es Roble…este se llama Eneko…y dicen que es Ignacio…pero no sé yo…- El otro rio e hizo como que le empujaba en broma, Nekane también rio y pasó el resto de productos por el escaner, el hombre que se llamaba Eneko le entregó el dinero para pagar.- Pues nada, ya nos vamos, precioso esto…pero tenemos que seguir ruta..

-Muchas Gracias…

-Agur, guapetona…- Se despidió el hombre llamado Haritz antes de abandonar el supermercado, Nekane se despidió con la mano.

-Adiós, muchas gracias, feliz viaje…

Nada más llegar a casa esa tarde, Nekane se sentó ante el ordenador y buscó “Pais Vasco” en Google. En eso estaba cuando llegó Irving, luciendo su recien estrenada camiseta gris con el lema “EQUIPO IRVING” a la altura del pecho, regalo de sus compañeros de la carcel, también le habían regalado una con el lema “EQUIPO NEKANE”, ésta en rosa con el lema en rojo.

-Qué miras?

-Hoy un turista que pasó por el super, me dijo que mi nombre en el idioma de su país significaba Dolores…

-Dolores?…y qué país es?

-El País Vasco…

-Dolores Johnson….no suena mal, como a actriz…

-Irving…- Y se puso colorada, Irving se sentó junto a ella y sacó su telefono móvil.

-Vamos a ver….País Vasco…ni idea…

-Mira ves?….la capital es Vitoria, y hay otra ciudad que se llama Bilbao….es bonito…

-Hombre…bonito…mira estas fotos de aquí….de cosas ardiendo..

-Ya…pero miras las fechas Irving….ves?

-Ah…pues si….

-Mira Irving…en Bilbao hay un museo que se llama Guggenheim…

-No quiero ser yo el que camine por esas placas de metal un día de agosto, cariño…

-Pues es bonito….

-De qué me suena a mí Guggenheim?

-Tiene mar…

-Aquí dice que corren delante de toros por las calles…

-No Irving, eso es en Navarra, eso es otro sitio, más abajo…en Bilbao no corren delante de toros…

-Y también se filmó “Juego de Tronos”…

-En Bilbao?…- Y le miró con los ojos muy abiertos, Irving amplió algo en la pantalla de su móvil y dibujó un gesto de escepticismo.

-En un acantilado…o algo así…pero como siempre está tan oscuro, pueden rodarlo en nuestro patio que no lo reconoceríamos, cariño…

-Ya…

-San Juan de Gazte….San Juan de Gazte… da igual…..qué hay de cena?

-Filetes de pavo con ensalada….Podríamos ir a Bilbao de luna de miel?- Irving la miró sorprendido.

-A dónde?

-A Bilbao…bueno, al País Vasco….al fin y al cabo mi nombre es de allí…

-No sé yo, cariño…

-Miré también el tuyo, y significa “Agua Fresca” en escocés…

-Escocés?….

-Sí…y mira, los hombres de las fotos son pelirrojos como tú Irving…

-Yo sólo toqué el tamborín en el instituto….de gaitero tengo poco, cariño…- Nekane rio y apagó el ordenador.

-Pones tú la mesa?

El viernes decidieron ir al cine, que estaba en el Centro Comercial. Irían a la última sesión, antes pasearían por la zona de tiendas y cenarían algo en uno de los restaurantes. Apenas encontraron tráfico, la carretera dibujaba una linea recta que dividía el agreste paisaje en dos.

-Le pregunté a mamá por qué se había decidido a llamarme Nekane, y me dijo que cuando estaba embarazada de mi había visto a una mujer en la tele que se llamaba así…y le había gustado…

-Dolores Johnson….podrías cambiarlo….suena bien…como a actriz…

-Irving….un anotador de la NBA se llama como tú…y un escritor…

-En serio?

-El turista se llamaba Haritz…que significa Roble, me gusta…

-No sé yo…”Roble, ven aquí…”….

-Mira…Hunter ya ha colocado el arco nuevo con el nombre del rancho en rojo…le ha quedado bien…

-Le conté a mi tío lo de los toros…ya sabes, lo de correr delante y eso,y me dijo que hace poco se le escaparon dos de los sementales y tuvo que venir la guardia nacional…bueno un par o así…porque llegaron a la carretera…

-Qué horror!

-Sí….a uno lograron cogerlo..pero al otro tuvieron que pegarle un tiro…

-Ay no..

-Es que les venía encima a todo dar….una mole de una tonelada, cariño….ahí no corre ni la guardia nacional, sabes?

-Ya…

-Pero aún tiene chuletones….le dije que nos los guardase para después de la boda, que ahora estamos a plan…

-Es que tenemos que caber en los trajes, Irving…

-Claro, cariño….y las perlas rojas te van a quedar muy bien….como todo

-Irving…

Meses más tarde, después de sopesar las distintas opciones para el viaje de luna de miel, se decidieron por viajar a Nueva York.

Allí también había un Museo Guggenheim.