Arréglate rápido que llegamos tarde. A dónde. Venga ponte pendientes y píntate los labios. No pienso hacer tal cosa, pero a dónde vamos?. Te peinarás por lo menos. Eso lo vi lógico, no sé por qué. Y vas así?. Si eso una chaqueta o algo, no sé. Los niños ya están?. Y los niños están, vestidos, limpios, y formalitos, algo no cuadra. Espera que les corto las uñas. Ahora? Pero por qué?. Apura que se nos echa el tiempo encima. Salimos por la puerta y nos unimos a una multitud de gente. Tanta gente que parece una manifestación. Una mujer se nos acerca. Lleva el pelo rubio en un moño italiano muy historiado, y un abrigo de visón impresionante. Es bellísima. La reconozco después de fijarme mejor. Es la mujer que siempre va conmigo en el bus. La que llegó huyendo de una guerra. Y se le notaba tanto. Pero ahora está bellísima. Lo que hace el arreglo, pienso. El arreglo. Ya verás qué bien te lo vas a pasar, es un clásico. Nos movemos. Vamos en un autobús. O en un tranvía. Nos movemos. Pero como hay tanta gente no nos caemos. Qué clásico, a dónde vamos. La mujer bellísima me mira asombrada y suspira sin entender mi confusión. Lo que hace el arreglo. Vamos al musical, ya te lo dije, pero como tú no escuchas. Musical? Dónde? Ahora?. De repente me entra una pereza terrible a ir a un musical. Pereza y cansancio absoluto, pero no me puedo sentar, hay demasiada gente. Vamos a “Victor y las anchoas”, el clásico, al que se va siempre en estas fechas. “Victor y las anchoas”? Y de quién es? Cómo es? En la vida escuché tal cosa. Los niños gritan ilusionadísimos “Victor y las anchoas”! Sí!! Qué bien!, y dan saltitos. Pero bueno, tú no sabes lo que es un musical?. Mujer, sí, “Chicago”, “Los Miserables”, “Rent”…pero “Victor y las anchoas”… . De verdad que usted no conoce la obra? Quien esto me pregunta es un hombre que se parece mucho a Alain Delón pero en feo y que trabaja en el Ayuntamiento. Me sorprendo de verle allí. Le confieso que en la vida había escuchado semejante cosa. El autobús, o el tranvía, se para, y la multitud nos empuja hacia las puertas. De lejos nos llega una musiquilla. Apúrate, Apúrate, que ya empieza.

Reír a carcajadas a las cinco de la mañana regala años de vida.