• Cuéntame una historia….

Alquimista de Historias

~ Relatos

Alquimista de Historias

Archivos mensuales: julio 2020

Orbison

17 viernes Jul 2020

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

≈ Deja un comentario

Qué no daría él por cantar así. Abrir la boca y soltar semejante voz. Pero no. Él no podría nunca. Hombre, cantar, lo que se dice cantar, sí. Cualquiera puede cantar. Pero así no. Sólo muy pocos. Si intentara llegar a la nota, la gente pensaría que le estaba dando algo. Él, al cantar, pareciera que está tratando de juntar vacas en el prado. Se lo había dicho una vez su abuelo. Y tenía razón. Por eso él sólo tararea. Pero únicamente cuando está solo, ya que es consciente de que hay gente que eso le enerva. Y luego está lo que dice. A él siempre le lleva lejos. Mar adentro. Donde uno puede estar a solas con el mar. Sin tiempos ni espacios. Mirando las olas pasar. No como ahora. Metido en un coche, esperando a que se dilucide un atasco en una ciudad de interior. Le lleva a aquellos días. A aquel verano. El verano de los surferos. Surfistas. Pero ellos entonces les llamaban surferos, aunque ni siquiera lo fuesen en realidad. Lo que hacían era Windsurf. En todo caso hubieran sido Windsurfistas. Pero para ellos eran los surferos. Bueno, para ellos no, para Candamio, el jefe del Servicio de Salvamento de la playa que le había tocado a él. Para que no te aburras te hemos apuntado en Salvamento, le había dicho su madre, y cualquiera le chistaba entonces a su madre. Y allí se fue él, dispuesto a salvar gente sin tener idea de cómo. En su playa no había surferos. Salían de la playa de enfrente, y ellos les veían bailar entre las dos playas al ritmo del viento y las olas. En su playa nunca pasaba nada más allá de una picadura de avispa, así que ellos tenían todo el tiempo del mundo para observarlos. Ellos. Ellos eran, Garita, al que llamaban así porque ya había hecho la mili y se la había pasado metido en una, Tiritas, que había venido ya con el nombre puesto, y él mismo al que dieron en llamar «Jaselhof», porque no se le había ocurrido mejor idea que aparecer el primer día con un bañador rojo. Ellos eran los encargados de abrir y cerrar la playa. Acto que consistía en anunciarlo por megafonía y que nadie se diese por enterado. Si había tantos surferos era por el viento. Siempre hacía viento. Hasta que un día, de repente, no hubo. Sin más. Durante bastante tiempo. Que debió de ser mucho, porque él se había bañado dos veces para aliviar el calor. Entonces habían aparecido dos guardias civiles y le habían dicho a Candamio que tenían que salir a un rescate con la Zodiac. Y todos le habían mirado a él, a Jaselhof. Como si estar estudiando Económicas le otorgase el don de ser experto en rescates. Al no haber viento, dos surferos se habían quedado varados en el agua entre las dos playas, sus amigos, al ver que no regresaban habían llamado a la guardia civil desde una cabina y ellos ahora tenían que ir a buscarles. Habían salido Tiritas y él. Tiritas puso la lancha a todo dar y él tuvo que ir todo el trayecto aferrado a las cuerdas tratando se no caer al agua. Él sigue convencido de que aquel motor tenía que estar trucado. En total tuvieron que hacer tres viajes de ida y vuelta. En el primero trasladaron a los surferos a la playa. Y en los otros dos remolcaron las tablas y las velas. Él había contado la hazaña en casa y su padre le había llamado héroe. Y todo hubiera quedado en eso. Pero no. Al día siguiente sucedió exactamente lo mismo. Incluso la pareja de la guardia civil fue la misma. Pero esta vez no eran dos surferos. Era una surfera. En esta ocasión se ahorraron un viaje porque a la vuelta remolcaron la tabla con la vela. Él había contado otra vez lo ocurrido en casa, pero ya no había causado tanta impresión. Lo que sí le causó impresión a él fue tener que rescatar a esa misma chica tres días seguidos. Se llamaba Andrea y no se cansaba de repetir que ella no lo hacía a propósito. Él le había dicho que aunque lo hiciera a propósito él no se lo iba a tener nunca en cuenta. Y ella se había reído. Él también. No había tenido que rescatarla más. Ella cruzaba con la tabla a primera hora y cuando la playa se daba por cerrada, la cargaban en el coche de él y la llevaba a casa. A veces se alejaban mar adentro apoyados en la tabla, y, allá lejos, sin tiempos ni espacios, miraban las olas pasar. Aquel verano. Lo que puede traer una canción. Lo que sea que ha causado el atasco ya no está, y el camión que va delante de él por fin avanza. Definitivamente va a convencer a Andrea de comprar dos SUP (*Stand-up-Paddling) para con el buen tiempo ir a algún pantano.O mejor escaparse a alguna cala en algún lugar. Sonríe. Vuelve a poner la canción en el dispositivo del coche. Y si tiene que volver a rescatarla, no se lo tendrá en cuenta.

Purificación

12 domingo Jul 2020

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

≈ 2 comentarios

„René recorría los Campos Elíseos con la funda del contrabajo colgada de su hombro izquierdo…“. Será del derecho. Llevará la funda colgada del hombro derecho. Nadie lleva colgado nada del hombro izquierdo, sólo tú. Pues sea. Y luego están los „Campos Elíseos“. Cuántos kilómetros tienen?. Porque caminar sin más con semejante peso al hombro no puede hacerlo mucho tiempo. 1,91 kilómetros según el buscador. Es factible. Pero ahora la pregunta es qué se le pierde a él en el Arco del Triunfo. Porque es a donde van a dar los Campos Elíseos, o no?. Esto me pasa por no haber ido nunca a París. Si la clase entonces hubiera elegido Paris como destino de la excursión de fin de curso, otro gallo cantaría. Pero no. Eligieron Benalmádena y encima llovió. Pues entonces no va por los Campos Elíseos y punto. Ya está.“René recorría los jardines del Campo de Marte con la funda del contrabajo colgada de su hombro derecho….“. Y caminando entonces llegaría hasta la Torre Eiffel. Pero después de tanto caminar tendrá sed y hambre, lógicamente. Por mucho que sea un agente secreto tendrá que comer,beber, hacer pis. Vamos digo yo. Bueno entonces llega a la Torre Eiffel y sube al restaurante. Porque hay un restaurante arriba, o no?. Según el buscador hay varios. Y tendrá que subir con el ascensor, porque a pie con el contrabajo no le veo yo mucho sentido. Entonces se complica porque va a tener que abrirlo, por seguridad y él no va a querer por causas obvias. Además, en el caso hipotético de que llegue a sentarse a una mesa en uno de los restaurantes, se sentará en la ventana, digo yo, si ya subes pues buscas ventana. Y disfrutará las vistas. Y qué se ve desde lo alto de la Torre Eiffel. Pues París, supongo. No. No puede ser.„René recorría aquella calle desierta de París con la funda del contrabajo colgada de su hombro derecho…“ . En París hay infinidad de calles y alguna seguro que desierta. „Caminaba, y con cada paso trataba de olvidar la traición de Puri…“ No acaba de convencerme el nombre: Puri. Pero hay que admitir que nunca vas a pensar que nadie con el nombre Puri te pueda traicionar. Ah hola cómo te llamas? Me llamo Puri. Pues qué bien. Las espías traidoras suelen llamarse Ashley, Shanon, Corey o Brittany. Pero nunca Puri. Yo creo que ahí va a estar el punto. Además Robles ya me ha dicho que cuando la traduzcan al inglés, ya sólo el título lo convierte en superventas: „ Purification“. „Caminaba, y con cada paso trataba de olvidar la traición de Puri. Se sentía abatido, triste y perdido...“. Cómo no va a estar perdido si ni siquiera yo sé cómo se llama la calle por la que camina, y abatido, con semejante peso. Debí de haber elegido una funda de violín. Pero yo soy más de contrabajos. Drei chinesen mit dem Kontrabaß, saßen auf der Straße und erzählten sich was, dann kam die Polizei und fragt: was ist denn das?, drei chinesen mit dem Kontrabaß. Y ahora con la A. No. „Caminaba, y con cada paso trataba de olvidar la traición de Puri. Se sentía como aquel a quien le hubieran arrancado el corazón y aún siguiese con vida, sediento y en busca de venganza…“. Y de algo que comer. Digo yo. Porque si llegó a París a primera hora y desde entonces camina portando el contrabajo, tendrá hambre. Porque yo, desde luego la tengo. De pollo asado con patatas al horno. Pero eso no se consigue en París. O sí?. Y si sí, dónde?. Ya sé. „Alzó la mano y llamó un taxi. Le pidió que le llevase al hotel más caro de París. Dónde nadie haría preguntas y podría ahogar sus penas en el minibar…“ Bueno eso de que no hacen preguntas es mucho suponer. Pero pollo asado seguro que tienen. Francia es país de pollos. Asados y sin asar. O frito. Pollo frito con salsa agridulce y cerveza helada. Lo mejor será que me pida algo. Con hambre no puedo trabajar. Y así pienso el nombre del malo. Tiene que ser un nombre de malo. Los malos siempre se llaman Hank, Tyler, Brett, o Ron. El que se la tiene jurada a René se llamará Benito. No. Heliodoro. Tampoco. Más compacto. Casto. Ahí está. Casto. Pido algo y lo pongo a rodar. „Casto B. Se despertó sin saber quién era ni dónde estaba….“. B. da intriga y me da tiempo a buscar un apellido acorde. Y como tiene amnesia le doy tiempo a René a comer el pollo y emborracharse.

Y en algún momento tiene que volver a aparecer la Puri. Porque para mi es la Puri. Buena es ella. Por eso va en el título. Purificación. De apellido Romerales. Ea.

El Ente

03 viernes Jul 2020

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

≈ 2 comentarios

Hubo un tiempo en que a mi primo Tato se le dio por hablar en susurro. Pero no un susurro normal. Un susurro casi inaudible e indescifrable que acababa por sacar a su interlocutor de quicio. Pero a Tato no le importaba. Él parecía muy conforme con su forma de expresión.

Si dejó de hablar de esa forma fue por culpa de Eufrasia.

Aquella tarde Tato y yo subimos al desván sin que nadie nos viera. No. Tato me subió con él al desván sin que nadie nos viera, para ser más exactos. Yo sólo tenía cuatro años y le hubiera seguido al fin del mundo, aún sin saber dónde estaba. Pero no me llevó al fin del mundo. Me llevó al desván. Antes le había robado una bolsa de palotes de fresa a su hermana Gertru, y con ella en ristre subimos a lo alto. Tato levantó la trampilla y después ya fue solo deslizarse al interior. El desván se extendía por toda la planta de la casa de mis abuelos,y estaba repleto de cosas y artefactos de los más dispares calibres. Pero nosotros no  subimos para rebuscar entre lo que hubiera alli. Nosotros subimos para comernos todos los palotes de fresa de mi prima Gertru. Y eso hicimos. Nos sentamos uno frente al otro con la bolsa de palotes entre nosotros, y uno tú otro yo, la fuimos vaciando. Yo entonces todavía no sabía contar, pero supongo eran muchos. Entonces, Tato se incorporó y con un gesto me indicó que ya era momento de volver abajo. Pero no pudimos. Tato intentó abrir otra vez la trampilla, pero le fue totalmente imposible. Incluso aunamos fuerzas. Pero no hubo manera. No empezamos a gritar, ni a llorar, ni a llamar a nuestras respectivas madres. Eso nos hubiera delatado y hubiera provocado el llanto sin fin de mi prima Gertru por sus palotes de fresa. Y si algo había que evitar a toda costa era que la Gertru se arrancase a llorar. Y eso no lo decía yo. Eso lo decía su madre. La Gertru podía pasarse horas llorando. Sin más. Yo creo que al final ni ella sabía el porqué. Así que nos sentamos junto a la trampilla a esperar que pasara algo. Y pasó. Eufrasia. Que por algún motivo pasaba en ese instante por debajo de la trampilla por el pasillo. Y Tato pegó la boca al borde de la trampilla y, le dijo, en aquel susurro suyo, lo que nos había pasado. Sea lo que fuera que Eufrasia llevaba en las manos, cayó al suelo y estalló en mil pedazos. Y el estruendo fue equivalente al grito de Eufrasia. Yo quise empezar a llorar. Pero ni eso pude. Simplemente enmudecí. Tato volvió a pegar la boca al borde de la trampilla y volvió a insistir en su susurrada explicación. Y Eufrasia comenzó a gritar como una loca, y se fue gritando que donde nosotros estábamos había un aparecido. Nosotros miramos a nuestro alrededor y no vimos a nadie más. Ni aparecido ni desaparecido. Yo ahora solo tenía ganas de hacer pis y de llorar. Pero no a partes iguales. Y oímos más gritos. Y al padre de Tato, al que despertaron de la siesta. Y entonces Tato, me cogió de la mano y me llevó corriendo hasta la ventana del desván, que daba a la parte de atrás de las cuadras. Y la abrió. Y sin más me cogió en alto y me tiró por ella. Él se tiró después. Y los dos nos encontramos en las profundidades de la ingente montaña de paja que los hombres habían estado amontonando toda la mañana. Salimos casi haciendo volteretas y muy sucios de polvo. Tato me sacudió la ropa todo lo que pudo y luego a si mismo. Después me volvió a coger de la mano y me llevó corriendo hacia la casa.

Estaban todos tan ocupados en calmar a Eufrasia, y en tratar de abrir la trampilla del desván que nadie se percató de nuestra presencia. Sólo mi madre, de paso, nos preguntó de dónde veníamos tan colorados. A lo que yo contesté vomitando todo lo que había atesorado en mi ser. Los palotes de Gertru incluidos. Pero lo chacaron a un golpe de calor. Y nos desnudaron y nos llevaron a la alberca para que nos refrescáramos. Alguien llamó a Don Justo, el cura del pueblo, para que subiese al desván para que convenciese al aparecido de que regresase al otro mundo. Para entonces Tato ya hablaba en su tono normal de voz y yo bebía agua con limón a traguitos sentado en el regazo de mi madre.

No he vuelto a comer palotes de fresa.

Abonnierte Blogs

Avatar de Desconocido
Avatar de Desconocido
Avatar de Desconocido

Entradas recientes

  • ZigZag
  • Reset
  • Operación Henry
  • Un sitio bonito
  • Man on a mission
  • Pogo (Dedicada a María R., Eva G. y José T.)
  • Corazón de cristal
  • Punto de inflexión
  • Procesionaria
  • Prudence
  • Norte/Ponestoaquí
  • Laguna
  • Víctor y las anchoas
  • Sopor
  • Intrusa
  • Piscolabis
  • ChinChín
  • María,Reni y los demás.
  • Marge
  • Non-Stop

Mi Calendario

julio 2020
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  
« Jun   Ago »

Blog de WordPress.com.

NESKA

Mi mundo chocando con los demás

Armi Messenger

News

Rafalé Guadalmedina

Relatos empolvados e infames bocachancladas en el filo entre la gloria y la vergüenza ajena.

INGENIERA DE VIAJES

Relatos

Better World 🌎

Educación, reflexiones y cultura general.

Cuadernos negros

Un lugar para el relato breve.

Irreflexiones

sergio rozalen

El PROFE

Encuentra tu voz

"La mujer que lee, almacena su belleza para la vejez''.

Rec. al alba

Poesía y recuerdos

MISTERIOS Y LEYENDAS DE GALICIA Y ASTURIAS

MISTERIOS Y LEYENDAS DE GALICIA Y ASTURIAS

Tinta en caída libre

Ink in free-fall

Mi primer sitio WordPress

Lo irremediable

Cultura accesible a todos @conejoexistencial

Tablaturas de mis pasos

Unas cuantas palabras y fotos para los lugares que me hacen feliz.

Trust and Believe In The Unseen

Live with More Light & Faith by CM.

EvidenceMutumbu

Kingdom marriages,business and lifestyle

Poemas del Alfalfa

de José Bustamante y Espinoza

IMPREINT journal

The official bulletin of the artist IMPREINT created to repost excerpts from 'En plein air'.

Más y todo libros

Blog de literatura para conocer, leer y comentar libros

  • Suscribirse Suscrito
    • Alquimista de Historias
    • Únete a otros 131 suscriptores
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Inicia sesión.
    • Alquimista de Historias
    • Suscribirse Suscrito
    • Regístrate
    • Iniciar sesión
    • Denunciar este contenido
    • Ver el sitio en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra