Dos mujeres. Dos perspectivas.
La Una
Ahí viene. Da igual lo que se ponga, todo le queda bien. Y luego están los andares. De zancada larga, desgarbada, pero elegante. Cómo será ser así?. Cómo será tener esa melena rubia lacia y poder moverla como quieras?. Yo no tengo melena. Tengo una mata de pelo ingobernable. Yo tengo el mismo tipo de pelo que la Aniston. Y ya se lo tengo dicho a Raque, que me lo corte como la Aniston. Pero ella se ríe, y me dice que que esas están tan operadas, que hasta se operan el pelo. Y me sigue dejando como siempre. Raque no me entiende. Cola de caballo hoy, cola de caballo mañana. Esta también lleva cola de caballo a veces, pero en ella es un himno a la cola de caballo. Hasta se balancea con gracia. Cómo será levantarse por la mañana y ver esa cara en el espejo?. Yo primero tengo que ponerme las gafas para ver algo. Eso de entrada. Y después, prefiero meterme directamente en la ducha. Total…Ella es de esas que es maravillosa ya nada más levantarse. Y seguro que se despierta junto a un tipo también estupendo, con sonrisa profidén. Bueno, Blas profidén, lo que se dice profidén, su sonrisa no es, pero poco le falta. Yo le digo que tiene la sonrisa del Cruise antes de la ortodoncia. Y él me dice que no entiende eso de la escientología y que él es más de „FastyelFurius“. Blas no me entiende lo que quiero decir. Pero despertar a su lado „es bien“, como dice mi hermano. A dónde irá? Me cruzo con ella a la misma hora. Saldrá del curro me imagino. Dónde trabajará? Seguro que es de esas que trabaja en una oficina de moqueta mullida, y despachos con paredes de cristal. Y no hace nada en especial. Porque un día le pregunté a la prima de Blas, que trabaja en una de esas, que qué hacían, y no me supo explicar, porque ella está en la recepción, pero no es que se maten, según me dijo. Pues sí. Le pega. Estar sentada en un despachito cuco, con ventanales del suelo al techo, haciendo sólo una cosa a la vez. Habrá estudiado algo de derecho con otra cosa en una privada, y después, directamente, fue jefa. O algo así. Yo soy burocrata, y a mucha honra. Sin mi se para el mundo. Somos Legión.Tan rubia ella. Tan perfecta. Me recuerda a aquella, cómo se llamaba?, tanta cosa, tanta cosa, para al final morir de la forma más tonta. Seguro que le quedan bien los bikinis. Habría que hacerle un monumento al que inventó el pareo. Yo no me apeo de él en verano. Que hay que estar orgullosa de las lorzas, vale sí, pero yo con pareo. Cómo será tener poco pecho? Escuché una vez que las personas con mucho pecho tienen buena voz. Blas se rio un mes. Con razón. Yo cuando canto, pareciera que me están pisando el meñique con un tacón de aguja. En fin. A dónde irá? Es la elegancia en movimiento. Seguro que tiene un nombre acorde, como Candela, Jimena, MaríaVictoria, Mafalda. O Meri con -e-. Al final, se llamen como se llamen, todas se llaman Meri con -e-. Que no Mari, cuidadito. Ellas no son Maris. Son Meris. Con -e-. Ofcourse. A mi me gusta mi nombre. Me representa. Y no admite diminutivos. Ahí queda eso. Vivirá por el centro. Le pega. En un piso-palacio decorado en blanco y beig. Todo el. De cocina impoluta, porque no la usa. De restaurante en restaurante y tiro porque me toca. Yo me lo paso pipa cocinando, además, para algo se inventó el lavaplatos. Vamos digo yo. Esas chaquetas largas de lana, sólo le quedan bien a gente como ella. Largas como un día sin pan. Yo soy más de abrigos amplios, como este, que encontré en una de „Segunda Mano“, me sobra por todos sitios, y la lazada es prominente, pero es como llevar una estufa y no pesa. Yo con una de esas parecería un espectro informe penante. Uy. He debido de mirarla mucho hoy. Ay que se me acerca. Qué palo. Cómo le explico que no es de mala fe. Que soy su club de fans. Cómo le explico…A ver…Cómo dices?
La Otra
Tengo un grano en el culo. En el culo mismo no. Justo en el pliegue de la cacha con el muslo. Pliegue es mucho decir, porque yo no tengo apenas cachas. Pero es ahí. Y es totalmente inaccesible, como el otro. Voy a tener que hacer el mismo proceso otra vez. Pero ahora en la otra cacha. Ya me dijo el dermatologo que podía pasar, así que volveré a que me libere de esta tortura, como me liberó del otro. Porque yo estoy convencida de que lo mío con el grano es como parir, que te da igual quién te esté viendo el culo o cómo, con tal de que el dolor cese, o eso me dijo mi madre, y me acordé. Porque cuando el hombre por fin me durmió la zona con el spray ese, casi lloro de alegría. Una arenita. Una puta arenita era la causante. Y claro, me acordé de cuando me senté en aquel camino de cabras, porque no podía más, y después me sacudí. Pero no lo suficiente. Lo que hace una arenita. Si aún Humberto estuviera aquí. Pero no. Está en algún lugar en aguas Filipinas, arreglando los motores del Galina. Me encantó el nombre. Ayer me llamó por face-time para preguntarme si sería necesario soldar. Eran las tres de la mañana, pero no me importó. Yo por Humberto, al fin del mundo. Que fue donde nos conocimos. En un barco, por supuesto, dónde si no?. Atrapados en los hielos polares en un barco congelador. Para otros una pesadilla, para nosotros casi una luna de miel. Mi hermana no lo entiende. No que yo sea Técnica de Frío Industrial, eso sí, lo que no entiende es que Humberto sea mi tipo. Y yo le digo que mi tipo fueron siempre mucho más bajos que yo. Ella dice que Humberto es lo más parecido a un perrito de aguas. Pero qué quieres, como diría Kissinger, ya, pero es mi perrito de aguas. Yo creo que dentro de mi habita una mujer bajita y regordeta. Porque mi gran complejo es que no soy regordeta. Con lo que como, podría serlo perfectamente. Pero no sé a dónde se va. Desaparece. Y me quedo como soy. Un espagueti con melena. Cómo será tener un culo grande? Y barriga? Envidio tanto a las que tienen canalillo. Cómo será?. Como la chica con la que me cruzo siempre, y me mira como si me conoce, y yo no me acuerdo de conocerla. Es una „mujer cañón“ que diría mi abuela. Lo tiene todo en abundancia. Hasta lleva gafas, y ni te das cuenta. Yo puedo servir de oteador. Y luego está mi voz. Tengo voz de señor. Pero ya desde que dije la primera palabra, según mi madre. Como si fumase dos paquetes de Gitanes al día. Pero soy feliz. Si no fuera por este puto grano. Maldita la hora en que me senté, coño.Y ahora al catastro. Nosotros que nos las prometíamos tan felices con la mudanza, y va y se tiene que ir a Filipinas. El apartamento está lleno de cajas, lo que llevo puesto me lo prestó mi hermana. Ella y sus chaquetas de lana. Antes casi me mato porque se me enredó un pie. Pero cuando llegue Humberto vamos a poner la casa preciosa. Tuve que comprar un calentador de agua y un termo, para hacerme el te que me dio el dermatologo. Para drenar, dijo. Drenar qué?, si soy la definición de „Espíritu de la Golosina“, lo buscas y al lado está mi foto. Y me meo. Todo el rato. Como ahora. Llevo toda la calle buscando un bar al que entrar a usar el servicio, pero no hay ni uno. Sólo una sucursal del Banco de Santander. Me dieron ganas de entrar, y gritar „Esto no es un atraco, sólo quiero mear!“, pero me corté. Como no encuentre uno me meo encima. Ahí viene la chica-cañón. Y me mira. Lleva un abrigo de los que me gustan, así, grandes. Ya sé. Me meo. Voy pedirle que abra el abrigo para hacer de pantalla, y meo entre dos coches. Es que maldita la hora….a ver…