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Alquimista de Historias

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Alquimista de Historias

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Sopor

08 jueves Feb 2024

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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“No puedo más. Se me cierran solos los ojos. Mis párpados no reaccionan a mis esfuerzos por mantenerlos abiertos. Me pesan un mundo. Lo he intentado todo. Dos cafés, hacer estiramientos, repetir una y otra vez la lista de las preposiciones, contar los agujeritos de los plafones del techo, cambiar de postura, beber agua, mirar a la lejanía por la ventana, parpadear rápido, tratar de recordar todas las capitales del mundo, escribir lo que pienso. Me rindo. No hay solución posible. Sólo que esto llegue a su fin. Los párpados se me cierran. No hago nada por evitarlo. Adiós Madrid….”

Desconocemos la autoría del texto, si se trata de una persona que se denomine hombre, o una persona que se denomine mujer. Existen estudios que lo datan en los albores de la Inteligencia Artificial, cuando ésta todavía existía, si bien no fue creado por ella. Otros por el contrario lo sitúan en el Tiempo con Tiempo, opinión no compartida por la mayoría. Después de un análisis minucioso de su contenido, se ha llegado a la conclusión de que se trata de un escrito de despedida. La persona intenta retrasar ese momento y hace referencia a algo denominado “café”, término este que está todavía siendo objeto de estudio al no tener referencias de su existencia. La persona observa su mundo, que describe con términos recogidos en el Apéndice 2, y se despide de él, abandonándose a una suerte que desconocemos. Algunos investigadores señalan que “Madrid” podría haber sido un lugar, otros por el contrario mantienen la teoría de que se trata de alguien de quien la persona se despide de forma específica, usando para ello el término “Adiós”, el cual se explica en el Apéndice 3 de la Relación de Hechos. Todos los expertos coinciden en dar a este testimonio la denominación de “Despedida Consciente”, ya que claramente la persona se entrega a la evidencia.

Intrusa

01 jueves Feb 2024

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Vuelve siempre a deshora. Abre la puerta con las llaves, se le caen dos veces, porque tiene los brazos ocupados con todas las cosas que ha comprado de camino a casa. Empuja la puerta con un pie, y una vez dentro, la cierra de la misma manera, y anuncia su llegada con un Hola casi cantarín, en altavoz, alargando la última vocal. Como los presentadores de esos programas infantiles, que siempre irradian optimismo. Y yo no me muevo. Anquilosado en mi estupefacción. Ella deposita todo lo que lleva en las manos y los brazos sobre la mesa del comedor, al tiempo que suspira aliviada, para después mirarme con una sonrisa expectante, esperando una reacción por mi parte, que no llega. Qué pasa, quiere saber, y ríe mientras comienza a desabrocharse el abrigo y se saca las botas. Articulo su nombre, y ella vuelve a reír, presente, me dice, imitando la escuela, vuelve a suspirar, poniendo sus brazos en jarras contra las caderas, no te imaginas la de gente que hay hoy por la calle, casi tuve que pelearme para entrar en el metro, y se ríe, y me mira parpadeando rápido, qué pasa, estás ahí de jueves, y yo articulo su nombre, y doy un paso hacia ella, pero me paro, intento encontrar palabras en mi cabeza, pero sólo consigo mover las manos ante mí, como aquel que intenta con ellas expresar lo que piensa sin dar precio a su boca. Y otra cosa, tengo que hablar con el de la Comunidad por la cerradura del portal, la llave vuelve a no entrar bien, eso es que intentan entrar, fijo, después subo y se lo digo, me dice, señalando el techo, y yo consigo decir algo, y es que no, no hace falta que vayas, y ella me mira escéptica, no entiende mi posición, después de cenar subo y ya está, la cerradura está mal, es una hecho, ya, le replico, pero no es necesario, de verdad, y suspira, tú sabrás, después no protestes si nos roban, hay bandas por ahí que ya buscan portales como el nuestro, y se queda en silencio, y yo también, en fin, hoy comemos quiche de cena, Quiche Lorraine, y lo repite exagerando el acento francés mientras hace un gesto desvaído con la mano, y se ríe, mi franchute es impecable no me digas, haces tú la ensalada?, y yo encuentro el valor, y digo que sí, claro, sin saber muy bien qué hacer, ella me sonríe, y mira la hora, pues mientras tú la haces yo subo y le digo lo del portal, y entonces me decido de una vez y le digo que de verdad no hace falta, y ella, ya camino de la puerta, se vuelve, un tanto contrariada, no abre bien, a la larga se estropea del todo, le digo que me consta pero que no es necesario que suba, que de verdad que no, y ella frunce el ceño, y ladea la cabeza, no me entiende, se encoge de hombros, pero por qué? Subo y punto, y yo hago el amago de acercarme a ella, mis manos se explican antes que mi boca, no, no subas, no hace falta, créeme, la lechuga está en la bolsa azul, me dice, y avanza hacia la puerta.

Y entonces me despierto. Gritando ese No, que tanto había repetido antes. Que no, vuelvo a gritar. El corazón me late en la garganta, sudor frío y desazón. Desazón por no atreverme todavía. No ser capaz de decírselo. Porque creo que ella todavía no lo sabe. Porque ella no se da cuenta. Que está muerta.

Piscolabis

30 martes Ene 2024

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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  • Pero qué te pasa?
  • Que no encuentro mi móvil…
  • No me extraña, pareces un..una, un…mira no sé lo que pareces…
  • Parece que va a desactivar una bomba…
  • No, parece aquel de aquella película que pasase lo que pasase siempre estaba lo mismo…
  • Puede alguien hacerme una perdida?
  • Tú estás mal…
  • “El día de la marmota”?…
  • No mujer, ese es el que se fue a Japón con Johansson…
  • Pero qué haces?
  • MHDGGRTDDDMMMFFF…
  • Aquí a mis espaldas se encuentra el punto exacto en el que un sobretodo-informe se tragó a una mujer…
  • Quién es Johansson?
  • Yo lo metí por aquí…
  • La que después se divorció en otra del malo de la “Guerra de las Galaxias”….
  • La princesa Leia…
  • Hacedme una perdida..
  • Esto es absurdo, la gente nos está mirando..
  • Mira que si nos filman y somos virales…
  • Boh, mujer…la que el malo es negro y llueve todo el rato, y él se cae a una piscina después de un accidente de tren….
  • Soy yo o está sonando “Paquito el chocolatero”…
  • Ah!…está por atrás, está por atrás…
  • En serio? Tú estás mal…
  • Que hay una especie de cyborg que al final muere y dice una frase categórica..?
  • Ay por Dios!…espera que miro…no, no sé cual dices pero no…
  • Es que tiene un bolsillo en el cuello, y lo debí de meter y se coló hacia abajo, o algo…
  • Un bolsillo en el cuello…
  • Es que creí que era la manga, ayúdame aquí…
  • Dónde…
  • No te rías, por ahí hay un bosillito, lo ves?…
  • Id apurando que la reserva es a las nueve…
  • Me voy a mear…
  • Pero antes abre el bolsillito, por tu madre…
  • “Umbreakable”…
  • No, en “Las Encinas”…
  • En la boda de mi prima sonó otra, también de un torero…
  • “Francisco Alegre”
  • No, es de Bruce Willis…

ChinChín

23 sábado Dic 2023

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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  • Vete pelando ya las patatas
  • Con esta lechuga qué se hace?
  • Tirarla por la ventana, si te parece
  • Mamá…
  • Yo mientras tanto voy haciendo las gambas
  • Las aceitunas mejor sin hueso..
  • Si ponemos patatas fritas nos ahorramos tanta fritanga..
  • Fritanga estás tú, vete pelando las patatas..
  • Pon el horno ya para el pollo..
  • Mi madre siempre cocía el pollo antes de asarlo…
  • Tu madre ni de lejos vio nunca una gallina..
  • Mamá…
  • Pues ella lo hacía así..
  • Muchas cosa hacía ella sí..
  • Abriremos un vinito, no?
  • Nos va a hacer falta perejil
  • El Banda Azul no, que es para Fin de Año…
  • Beber se va a beber igual, dale ahí…
  • Papá cortaba siempre las patatas en taquitos..
  • Sí, muy taquito fue siempre tu padre..
  • Mamá..
  • Mamá qué, no me des codazos que es verdad..
  • Y a ti qué te pasa?
  • No sé qué puedo hacer
  • Coger el culo y dejarlo caer…
  • Pon la mesa
  • Ya está..
  • Pues pon las CocaColas…
  • Y dónde están?
  • Es brujo quien las encuentre, búscalas…
  • Qué haces con la empanada?
  • Cortarla, qué voy a hacer?
  • Llaman a la puerta..
  • Nena, abre…
  • Así no, en cuadraditos..
  • Cuadrada te dejo yo a ti, quita
  • Quien así timbra es que lleva mucho peso…
  • O quiere hacer pis…
  • También..
  • Nena, abre, pero qué haces ahí?
  • Buscar las Cocas..
  • Ay yo creo que con la fuente de turrones y los polvorones es suficiente, no? Las Cocas mejor mañana..
  • Falta perejil..
  • Quién era?
  • Maruja..
  • Y qué quiere?
  • Qué va a querer, mamá, cenar..
  • Ay no sé, vosotras sabréis, qué quieres?
  • Busco un cuchillo..
  • Bueno, pero ahora yo estoy aquí..
  • Dónde está el maíz?
  • Por Castilla campos enteros…
  • Nena, vete a la tienda por ajos..
  • AsíDiosmesalve! ahí los tienes..
  • Este vino tiene cuerpo caray
  • Mamá..
  • Qué? Yo no dije nada..
  • Hay que ir por perejil

Felices Fiestas!

María,Reni y los demás.

22 martes Ago 2023

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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He olvidado muchas cosas. Supongo que el cerebro, en algún momento, para seguir funcionando, se libra de lastre, y ahí se pierden lugares, gentes, nombres y caras. Pero a Reni no la olvido. Renata Salvatierra Alnés, Reni, era mi mejor amiga. Yo supongo que llegamos a ese estatus porque éramos totalmente opuestas, lo que nos hacía complementarnos a la perfección. A eso ayudaba que íbamos al mismo colegio, nuestros padres eran amigos y vivíamos a dos casas de distancia en la misma urbanización, con lo cual pasábamos la mayor parte del tiempo juntas. Reni siempre tenía claro lo que debía hacerse en cada momento y yo la seguía, nunca tenía nada mejor que hacer.

  • Lo que tienes que hacer es cortarte el pelo como la de “Friends”
  • Quien?
  • La de “Friends”, la serie esa….la ex de Brad Pitt…
  • Angelina Jolie?
  • Boh…la otra…la rubia, espera que la busco…esta…Jennifer Aniston…
  • Ah! Pues ya se la enseñaré a la peluquera…no sé…- Mi pelo abundante, liso y rubio tenía mucho volumen, vida propia y era ingobernable, así que yo siempre optaba por llevarlo en cola de caballo o sujeto con diademas elásticas, como aquel día era el caso.
  • Bueno da igual, ahora vamos a mi casa y preguntamos si puedo quedarme en la tuya….con Oliver no hay problema…

La casa de los Salvatierra era más grande que la mia, y su jardín más extenso, pero eso a mi, en aquel momento no me llamaba la atención. Para mi ir a casa de los Salvatierra tenía como único aliciente tener la posibilidad de ver a Oliver, el hermano mayor de Reni.

Cuando entramos en el salón Oliver estaba recostado en uno de los sofás, leyendo una hojas, estaba tan concentrado que no nos escuchó llegar. Aproveché que no estaba mirando para observarle, su pelo castaño oscuro fuerte y algo largo, su perfecta nuca y el ángulo de su mandíbula, sus facciones de estatua helénica estaban tensas debido a la concentración con la que leía los papeles y esto le hacía fruncir el ceño, al tiempo que sus ojos de color indefinible recorrían lo que ponía el papel achinándose a momentos. El hermano mayor de Reni era mi amor platónico. Lo que provocaba que sólo su presencia me causara un mutismo automático y temblor de piernas incontrolable. Pero eso Reni no lo sabía. No lo sabía nadie. Me gustaba observar sus andares, de hombre alto que entonces acababa de cumplir los veintidós, sus hombros anchos  y las explicaciones sucintas que daba con sus manos, de dedos largos, capaces de abarcar un balón de baloncesto. Para él Reni y yo éramos „las niñas“, ya que nos sacaba seis años y a nuestros dieciséis en aquel momento era lo que realmente éramos.

  • Oliver, puedo dormir hoy en casa de María?- Oliver nos miró fugazmente y alzó las cejas un tanto escéptico.
  • No lo sé Reni, pregúntale a papá…
  • Está por ahí de negocios…
  • „por ahí de negocios“?- Y casi rió, sin apartar los ojos del papel- Pues a Asun…
  • Y tú no puedes?
  • Si no puedo qué?
  • Darme el permiso…- Oliver, a la vista de que no iba a poder continuar con su lectura, suspiró y, dejándola a un lado nos miró a ambas al tiempo que cruzaba los brazos, que a mí me parecían dos remos, sobre el pecho, al verme me sonrió a modo de saludo y yo me quise convertir en planta ornamental, o en caracol, o en columna, pero sólo logré apoyarme en una mesita y tratar de no parecer idiota.
  • No, no puedo, eso es de papá o de Asun….además es miércoles…
  • Y?
  • Que si vas a casa de María no duermes fijo y aún tenéis colegio hasta el viernes…
  • No es verdad…venga Oli…porfa..- Y Reni comenzó a ponerse melosa, como sólo ella sabía hacerlo, Oliver se incorporó de vez y yo casi di un respingo.
  • Nop…pero…os apetece pizza?- Preguntó al tiempo que se desperezaba, lo que provocó que el jersey y la camiseta que llevaba se elevaran y dejaran a la vista su vientre y los músculos que lo adornaban. Yo opté por sentarme en una silla y aferrarme a mi mochila, tratando de mirar al techo, o a un aparador, la alfombra, o hacia algún lugar donde no tuviera que verle.
  • María…
  • ….
  • María…Tierra llamando a María..- Entonces me di cuenta que él se estaba dirigiendo a mí, y me puse tan colorada que si alguien me hubiera tocado la frente hubiera podido asegurar que tenía fiebre. Él sonrió y ladeó la cabeza, como siempre hacía cuando se dirigía a mí, no sé por qué- Si quieres llamo a tus padres y les digo que te quedas a cenar…- Yo asentí, incapaz de encontrar mi voz.- Muy bien…pues pido cuatro estaciones, funghi con jamón y cuatro quesos…
  • Ala! Exagerao! Qué sólo somos tres!- Exclamó Reni, Oliver negó con la cabeza al tiempo que deslizaba los dedos por la pantalla de su móvil.
  • No señorita, Roberto y Dani vienen también…- Reni soltó un suspiro agónico, ella siempre tan dramática.
  • Señor…por qué yo?- Preguntó quejosa, yo me limité a jugar con la cremallera de mi mochila. Oliver salió del salón mientras me pareció que hablaba con mi madre.- Dani aún bueno…pero Roberto es insoportable…pero qué le vamos a hacer…todo sea por la pizza- Dictaminó Reni incorporándose- Ven, vamos a dejar las cosas en mi habitación.

Llegaron las pizzas. También Roberto y Dani, que hacían causa común con Oliver en no tomarnos en serio y no desperdiciaban ocasión para meterse con nosotras por una u otra cosa. Reni nos defendía a las dos, mientras yo me limité a comer mi pizza y beber mi Coca-Cola, tratando de conseguir el don de la invisibilidad, ya que Oliver, por algún motivo que escapaba a mi comprensión, había decidido sentarse a mi lado. Risas, discusiones absurdas, pizzas, Coca-Cola y Oliver Salvatierra. No se le podía pedir más a un miércoles.

Si en aquel momento alguien me hubiera dicho que, no mucho tiempo después, Reni y Roberto habrían desaparecido, Dani estaría muerto y que Oliver y yo, como matrimonio, trataríamos de atravesar clandestinamente el país a pie para alcanzar la frontera con Portugal, le hubiera tomado por loco.

Marge

05 sábado Ago 2023

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Margaret Parker-Lee se había reído por última vez el jueves veinte de mayo de 1982. Se acordaba de que era jueves porque era el día de la semana que había elegido para hacerse la manicura. Después había quedado con su amiga Peggy para ir de compras y celebrar su contrato con Courreges. Peggy le contó que Alfie aquella mañana se había ido al trabajo en zapatillas y había tenido que volver desde la estación para ponerse los zapatos, y que ella casi se había hecho pis de la risa, pero Alfie no le había encontrado la gracia, y las dos se habían reído a carcajadas. Entonces habían aparecido Reginald y Timothy junto a la mesa, en uniforme de ceremonia y las gorras bajo el brazo, sin decir una palabra. Y todo se volvió negro.

Graham no podía haber muerto en las Malvinas. Se habían despedido tres días antes, al pie del coche que le iba a llevar a dirigir maniobras a algún lugar de Gales. Eso es lo que le había dicho. Voy a hacer maniobras con un grupo de tipos en Gales. Y se había reído con su risa de gigante, y la había alzado en el aire al abrazarla. Un último beso. Y se había ido. Pero no iba a Gales. Se iba a una guerra absurda en unas islas de las que ella no había sabido de su existencia hasta hacía pocas semanas. Reginald le dijo que Graham no había querido preocuparla. Él sólo iba a labores de observación.

Ella dejó de sentir. Si bien seguía respirando, y su cuerpo se movía y actuaba con normalidad, algo había dejado de funcionar. Como si alguien hubiese accionado un interruptor. Podía hablar, escuchar lo que se le decía, dar opiniones, comer, dormir y beber. Pero no podía expresar sentimiento alguno. Hizo muchas campañas después, se sumergió en una vorágine de trabajo, que la hizo dar la vuelta al mundo varias veces. Lo había dejado cuando todavía estaba en la cumbre. Y cambió de bando. El mundo de la moda masculina estaba en ciernes por aquel entonces y ella, poco a poco, se hizo un nombre como agente. El mundo de la moda era un mundo frio, muy poco humano y ella encontró el medio adecuado en el que moverse.

Cuando conoció a Rodrigo, éste era un adolescente de pueblo poseedor involuntario de una belleza fuera de lo normal. Un diamante en bruto que ella había pulido hasta convertirlo en lo que hoy era. El hombre más deseado del planeta. El número uno. El mejor. Nunca había sentido la necesidad de ser madre y nunca se había sentido la madre de ninguno de sus chicos. Pero con Rodrigo era distinto. Durante demasiado tiempo habían estado los dos solos. Se habían tenido el uno al otro, nada más. Rodrigo había conseguido aflojar su interruptor. Por eso se sorprendió al sentir una especie de eco de alegría cuando le presentó a Cari. Ella había encontrado por fin a alguien en quien poder delegar algunas cosas. Rodrigo, el punto de apoyo que hacía girar su mundo.

Nunca se había mudado del apartamento que Graham había comprado para los dos. No estaba en el barrio más chic. Ni era muy grande. Tampoco pequeño. Era la que ella consideraba su casa. A la que siempre volvía por más vueltas al mundo que emprendiese. Y allí estaba ahora. Recostada en el sofá observando los reflejos que la luz de la ventana hacía en el vaso de whisky, y cómo variaba el color ámbar del líquido según moviese la mano. Hoy era también jueves. Y Margaret Parker- Lee se permitió sonreír.

Non-Stop

28 miércoles Jun 2023

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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“Y es que me lo pruebo y no me sienta….Lo que tienes que hacer es subir hasta el tercero y timbrar donde pone Rolf…Ya te dije que no te compro un helado y no llores….Sometimes less is more, others you need a lot of stoff…No sé si tal o no, si eso te doy un toque…”

Si le hubiera contestado todo lo que tenía que contestarle, me llevan presa. Después sólo hay mal rollo y miraditas torvas cuando nos cruzamos. Tampoco Sí y Amén, pero algo le dije. Que si tienes que defender tus derechos. Que si tú vales más que él y eso le jode. Que si dile, que si dale. Pero el que sube como la espuma es él, y servidora ahora mismo espera en un semáforo. Pues sí que tarda. Estará estropeado?. Pues yo no cruzo, como para que justo ahora me arrolle un camión. Mátame camión. Justo. Sí me rio señora, y qué. Amargá, que es usted una amargá. Verde. La de tropa que me viene de frente. Todos a una Fuenteovejuna.

“ What I saw was a cylindrical object…Awqaf as-sayara wa istijadem faramilatil-yad ….Mejor cogemos un bus Manfred, ven….Entonces aprietas con los pulgares los omóplatos, al tiempo que masajeas el antebrazo….eh! eh! Pero de qué vas! Chill man!…No estoy de acuerdo con la intermitencia de turnos nocturnos no sé si me entiendes…Pero entonces lo dejásteis o no?…E se sube terá que baixar digho eu….”

Lechuga. Lechuga, leche, yogures, pan, queso de untar. Para, que después vas de mula de carga. Lechuga, pan y leche. Y el queso pa cuándo. Eh?. El pan a secas o qué. Pues sea. Todo al 70%. Ay qué mono todo. Que ya tienes. Cuál es el 70% de 50?. La capital de Gambia es Banjul. Ea. Con esa falda sólo te falta saber bailar el “Baile del Sombrero”. Y altura, tú, no tienes. Una mesa camilla resultona. Leggins de cuadros escoceses. No me marees. “Ay,Hola!”.

De todos los negocios, tenías que venir a este. “Cuánto tiempo! Qué haces?”  Plantearme aprender el “Baile del Sombrero”. Nada. No hago nada que te importe. “ Yo también. Tienen cosas preciosas, y tus niños ? Dónde están?” Tienen el don de la invisibilidad. Están justo a tu lado, pero no los puedes ver. Mensch!. “Claro,Claro, ya son independientes” Sí, con hipoteca y 2,3 hijos. Independencia para Moruxo. Moruxo!. No te rías. “Qué gracia..”. La de Andalucía en Feria. “Y ahora a dónde vas?”. Algo tedioso, complicado y sin alicientes. “Al urólogo! Estás mala?”. Ahí está el borde de la muerte, y aquí estoy yo. Fíjate lo que te digo. “Pues nada, bebe mucha agua!Ciao!” .Y no olviden vitaminarse y mineralizarse. Vai!.

“ Yo le dije no, y él me dijo entonces qué y yo le dije rollo tal y él…A su izquierda pueden ver la facultad de…Mamaaaá!Mamaaá!…c’est magnifique la…Lonely rivers flow to the sea, to the sea, to the open arms of the sea, yeah, I’ll be coming home, wait for me oooh myyyy daaarlinnng my daaarliinng…”

Cuánto lloré con la película. Total pa qué. Emosido Engañado. No es tal. Di tú que la energía aquella. Lechuga. Tú querías comprar lechuga. Hete aquí. No plastics. No, No. Elsewhere. Enfin. Quieres caldo? Pues dos tazas. Ya no una bolsa. Dos, Señoras y Señores. Lo que cuenta es que comemos, no?. Pues ya está. “Titaaantoos Eeeurooos!!!”. Me parece que el señor aquel del fondo no se ha enterado del precio de mi compra, usa el megáfono. Mensch!. Vaya dónde vaya, vaya en autobús. Y, si puede, sentado.

“Luise no participa porque es vegana…Pero pollo comerá o no?…A Roger le operaron el menisco pero nada, quedo igual, camina así como zambo…shen abtobuc dyshe malenki, tyt bce malo….creo que vamos en dirección contraria loco….”

La mujer que bajó una colina, y subió una montaña. Pero sin Hugh Grant. Bienaventurado sea aquel que hizo operativo el bus de montaña. Oh Secret Valley,Oh Secret Valley tatatií tatatíi. Australia. Qué grande es Australia. Tú ya estás cayendo en barrena. No te rías. Vamos que nos vamos. Como El Almendro, llego a casa para cenar.

“Mamápuedobajrconestosqueyaestánenlaplaza?….Mamácomprastepan?….Mamáaprobéingléspuedojugarconlaconsola?…Mamá mañana tengo que llevar un sombrero de copa verde…”

Sólo uno? Les vale en azul?

El Informe

30 domingo Abr 2023

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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La Sra. M. es constante. Prevalece en su voluntad permanente de informar a cerca de su opinión, sea ésta cuestionada o no se dé el caso. La Sra. M. se muestra diletante a la hora de dar explicaciones fundadas de sus actos, que, en ocasiones, pueden resultar lejanos a una reglada ortodoxia. Preguntada por estos episodios, aduce el acontecer de éstos a lo que ella denomina “ Fantasía”, para lo cual no tiene explicación plausible ni certificado que lo acredite. La Sra. M. es puntual y ventila su espacio de trabajo. Las personas a las que dedica sus horas de actividad laboral han asegurado, feacientemente, que la calidad de su vida ha mejorado desde que las actividades con la Sra. M. han dado comienzo. Cabe anotar, también en este caso, la ausencia de una explicación plausible y la ausencia de certificado médico que la corrobore. La Sra. M. es impredecible, pero eficaz. De haber sido posible realizar su trabajo en equipo, podría haber tenido “Team-Geist”, pero, al no darse el caso, la Sra. M. es autosuficiente.

La Sra. M. se declara defensora del talento creativo individual del ser humano, y por ende, de aquellos seres humanos que directa o indirectamente estén presentes en el radio de efectividad  de sus actos.

La Sra. M. es musical, si bien carece de talento instrumental.

La Sra. M. carece de la documentación necesaria que certifique posea una fundada formación profesional que la capacite para labores administrativas, es, sin embargo, capaz de operar con un ordenador.

La Sra. M. no tiene formación contable, pero no desconoce el desglose de transacciones monetarias a nivel usuario. La Sra. M. sabe la tabla de multiplicar.

Por las razones señaladas, nos vemos obligados a prescindir de los servicios de la Sra. M., a la que deseamos lo mejor en el futuro.

Suyo Atentísimo,

Este que lo es.

Broca

28 viernes Abr 2023

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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  • Estás cansada?
  • También…
  • Entonces…
  • Es que…no sé..
  • Te encuentras mal? Quieres que pare por algún sitio?
  • Ay Rober….que creo que me está dando un ictus…
  • Joder….a ver, tranquila, espera…justo ahora viene un camión.. joder…tú tranquila, vale?
  • Es que ahora me duele la cabeza, y yo creo que ya empezó en casa de Sito, porque ya sabes que dicen que empiezas por no entender nada de lo que te digan y tampoco puedes decir nada congruente…pues eso…
  • Voy a salir por aquí…y después ya vemos por dónde llego más rápido a un hospital…pero tú me estás entendiendo ahora?
  • Sí, perfectamente…es que no sé, supongo que va por olas…y la primera fue con el tío que estaba allí…
  • Qué tío?…voy a coger por aquí…OK Google el hospital más cercano…(”El Hospital más Cercano  es un libro de autoayuda publicado por….”.)..joder..pues estamos bien…
  • Jotaerre…o algo así
  • Como el de “Dallas”
  • Eso le dije yo, pero no…a lo mejor no me dijo Jotaerre, es que yo ya no sé…yo no entendía nada, ni tampoco podía explicarme congruentemente.. y pensé, pues sí que ya llevas un buen pedal, Lali, con un solo GinTonic, que ni estaba cargado…
  • Pero qué te decía?
  • No lo sé Rober…pero ahora me explota la cabeza…
  • Tú tranquila…mira, esa luz roja de allí?…en nada ya llegamos…
  • Y ya decimos que es un ictus o algo así…no sé..
  • Espera que te abro la ventanilla, a ver si con el aire…me tiemblan las piernas…
  • Tú tranquilo, amor, no va a ser nada…ya verás…
  • Ya entro por donde dice “Sólo Ambulancias”…
  • Ay Rober…

DOS HORAS ANTES ….

Lali – Qué agradable, verdad? Con esta luz así, el ambiente, la música de fondo…lo mejor para acabar la semana, bueno, hola, soy Lali..

Jotaerre – Sí, desde luego, las luminarias bálticas orientan los sentidos de forma cuasi onírica…yo me denomino Jotaerre.

Lali – Bálticas?…pues..Jotaerre, como el de Dallas entonces…

Jotaerre – En realidad, la superposición fonémica es libre de ser elegida por el individuo a tenor de la ocasión

Lali – Ya..

Jotaerre – Y tú…eres liberada?

Lali – Sí, bueno no sé…liberal soy…pero…

Jotaerre – Ser y estar no es lo mismo, por descontado, se es cuando se es y se está cuando se está, independientemente de la mera exactitud espacial y emocional del momento, ya me entiendes, ese saber “lo que” o “cómo”, tan típico hoy en día..

Lali – Ya…yo estoy bien..

Jotaerre – Racionalizar es de sabios…

Lali – Claro..

Jotaerre – Y no hacerlo coacciona, a ti no te coacciona?

Lali – Pues…

Jotaerre – Es una pasada, la coacción puede irrumpir en tu vida de buenas a primeras..

Lali – Ya..puede ser…

Jotaerre – De la nada, bum, te cuestionan, te coactan, niegan el Tú de ti, sin preguntar ni avernirse a razón de ser..

Lali – Tú de ti?…eso es nuevo?

Jotaerre – Canalización…hay que canalizar, esa es la clave, y no está en Rebeca…

Lali – Rebeca…

Jotaerre – Y aguantar la impronta con actitud y gracia, siempre la gracia…

Lali – Andalucia…ya..o no…

Jotaerre – Tu vilipendias?

Lali – …..

Jotaerre – Me refiero…sales por peteneras o la tangente te queda más cerca?

Lali – Yo..soy muy yo…

Jotaerre – Esa es la actitud, Lali eras?, ser, y no no-ser muy mucho for ever…

Lali – ….

Jotaerre – Mira, esos bailan, pobres…

Lali – Ya…

Jotaerre – Bailar es demodé, sentir, eso no es un dilema…

Lali – De moda…yo, no sé..voy a Zara y así…

Jotaerre – Necesitas deglutir?

Lali – …..

Jotaerre – Yo no, el agua es el principio y el fin..

Lali – …..

Jotaerre – Te noto ausente….te mueves o sólo eres satélite?

Lali – Me tengo que sentar…

Jotaerre – Perfecto, yo me encamino a socializar, es una pasada, encantado de haber intercambiado sintagmas complejos contigo…vive bien!

Lali – …..

Púgil

06 martes Sep 2022

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Perro y Rivera le habían sacado casi a rastras del cuadrilátero, le habían cubierto con una manta y abandonado con él el lugar. No recordaba cómo había llegado al hotel, todo se confundía en su cabeza en una vorágine de imágenes de gente, focos, gritos, y empujones. Rivera quiso meterle en la ducha, pero Perro se lo impidió, antes tenía que venir el médico y los inspectores, no quería más problemas de los que ya tenían, él los escuchaba sin saber a qué se referían. O tal vez sí. Aún tenía puestos los guantes, con restos de  la sangre y el sudor de Gabor. Se metió uno de los cordones en la boca rota, pero Perro le apartó la cabeza de un manotazo lento, deja coño, eso sólo te lo quita un juez. Rivera le sentó en el borde de la cama y le cubrió con un albornoz. Déjame que le corte los pómulos, parece un Santo Cristo, cagoendiós Rivera no me toques los cojones, ahí vienen.

Y la habitación se llenó de gente desconocida, hablando a gritos. Él seguía sin saber el porqué de tanto nerviosismo, o quizás sí. No estaba seguro. Sólo estaba sumamente cansado. De repente. Como si le hubieran cargado dos sacos de cemento sobre la espalda. Una voz de mujer le hizo entreabrir los ojos, o ya los tenía abiertos, no la entiende, estaba arrodillada ante él con una lamparita en la mano, le hablaba con calma y articulando bien las palabras en un idioma que en un principio no reconoció. Primero el ojo derecho, luego el izquierdo, le oscultó el corazón, alguien le pasó una jeringuilla, y ella le explicó algo al tiempo que le mostraba el artilugio y unas cánulas de muestras, él no sabía qué tenía que decir, buscó a Perro en la pequeña multitud que atestaba la habitación, pero no le encontró, la mujer le pinchó en la flexura del brazo derecho, un liquido rojo llenó las cánulas de muestras, entraba casi a presión a través de la jeringuilla, no es rojo, es casi granate, pensó, y se dio cuenta entonces de que era su sangre y le entraron nauseas. No era la primera vez que veía sangre. Y tampoco la suya. Pero la habitación con todas las personas que estaban en ella comenzó a dar vueltas sin control ante él. Y se hizo la oscuridad.

Durmió días. O a lo mejor sólo fueron horas. Nunca lo supo con exactitud. Cuando se despertó ya no estaba en el hotel, la habitación, en oscura penumbra, parecía de hotel pero no lo era, olía distinto y no tenía televisión. Le habían puesto un pijama azul cielo de raso con botones nacarados, se incorporó en la cama y se sentó en el borde, todavía sin saber dónde estaba, alguien había dejado unas zapatillas de casa a juego con el pijama junto a la mesilla de noche, de madera oscura y brillante. Se miró las manos, tiritas blancas decoraban sus nudillos abultados, se las llevó al rostro y se palpó los pómulos, también con curas al igual que sus cejas, supuso la hinchazón ya que apenas podía abrir bien los ojos. Se puso las zapatillas y se levantó de la cama, midiendo sus pasos se dirigió a la ventana. Las cortinas eran marrones, de una tela suave, descorrió una y la claridad le atizó en los ojos, teniendo que apartarlos un instante, cuando volvió a mirar vislumbró un paisaje nevado. No se podía distinguir entre el cielo y la tierra, de vez en cuando emergían lo que parecían muretes de piedra en la blanca inmensidad, sobre la que seguía cayendo nieve en pesadas cortinas.

Se estaba preguntando en qué lugar de Canadá podía estar, cuando alguien llamó a la puerta. Hubo de carraspear para recuperar su voz e invitar a la persona a entrar.

El hombre era alto y vestía un traje caro, si algo le había enseñado su madre era a distinguir entre los trajes baratos y los que no lo eran, si pudiera acariciar la tela podría llegar a decir de quién era la factura. El hombre con el traje caro traía un maletín en la mano, venía solo y cerró la puerta despacio tras si, tenía el pelo castaño claro algo largo pero correctamente peinado, enmarcando un rostro serio y de facciones perfectas, por un momento le recordó a una escultura que Rivera y él habían visto una vez en un museo, no se acordaba cual. El hombre se acercó a él ofreciéndole la mano.

  • Buenos Días Fausto, mi nombre es Hermes Landas- Le estrechó la mano sin demasiada fuerza al observar las tiritas, tenía los ojos de un color que no supo identificar pero que le hicieron recordar el paisaje helado que había observado hacía un momento. Posó su maletín sobre una mesa auxiliar, y sacó un par de papeles, invitándole a tomar asiento, él se sentó de nuevo en el borde de la cama. Landas descorrió una de las cortinas y ocupó una silla junto a la mesa.- Puedes recordar algo de lo que ha pasado?- Su voz correspondía con su aspecto, e infundía tranquilidad. Fausto se encogió de hombros y miró fugazmente hacia la ventana.
  • Yo vine aquí para el combate contra Gabor Iliescu, recuerdo que sonó el tercer round y…en realidad poco más..yo- Obvió decirle que recordaba ver desplomarse a Gabor a sus pies salpicándole las botas con la sangre que le salía a borbotones por la boca, no sabía si era verdad o una de las pesadillas que había tenido. Landas asintió y leyó algo en los papeles.
  • Siento comunicarte que Gabor, el señor Iliescu, falleció antes de llegar al hospital. Según el informe preliminar, debido a una hemorragia interna masiva con la que tú, lo creas o no, no tienes nada que ver- Informó con aquella voz bien modulada y tranquila, él sintió como su estómago se retorcía y hubo de encogerse sobre si mismo, al tiempo que se llevaba las manos a la cabeza y cerraba los ojos. Landas le observó en silencio, luego se incorporó y acercó la silla un poco más a él.- Había sido operado de una úlcera hace tres meses, nunca debió subirse a ese ring. Sé que no te ayuda, pero, no tienes que sentirte culpable- Indicó, él se incorporó lentamente y le miró sin saber realmente lo que sentía, le pareció distinguir por un instante un cambio en la expresión del rostro de Landas, pero tan fugaz que lo achacó a su confusión.- Tienes dos opciones, la primera es tomarte un tiempo de reposo y por qué no de duelo, en el que te repones  para después volver al ring ,la segunda es a titulo personal y la puedes aceptar o no, es encargarte de mi seguridad y la de mi futura esposa, bajo condiciones negociables y hechas a medida.
  • Se refiere usted a ser su guardaespaldas?- Se lo preguntó más a si mismo que a su interlocutor, sin ser consciente de no haberlo dicho para si. Landas asintió con la cabeza y sin darle tiempo a contestar se incorporó y se dirigió a la mesa auxiliar a devolver los papeles a su maletín.
  • No tienes que contestarme ahora, he hablado con Rilley, Magnus Rilley, el promotor,  esta es su casa por cierto, y está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con la federación para que te compensen económicamente. Y lo harán, créeme. Así que, por el momento, no tendrás problemas de liquidez. Te dejo aquí mi tarjeta y mis números personales. Tú decides- Se acercó a la ventana, se había levantado una ventisca y los copos formaban tupidos remolinos, negó con la cabeza y se mesó el cabello antes de volverse ofreciéndole de nuevo su mano, él se incorporó y se la estrechó, esta vez con fuerza, y Landas se dispuso a abandonar el cuarto.
  • Señor Landas…yo- Comenzó inseguro, Landas se volvió ya casi en la puerta.
  • Llámame Hermes, por favor, el Señor Landas murió hace mucho tiempo- Acotó sin acritud, él miró fugazmente al techo, como buscando allí el valor que necesitaba y luego enfrentó la mirada de Landas.
  • Yo…soy gay- Y sintió un alivio extraño y nuevo, como si hubiera retenido la respiración durante demasiado tiempo y pudiera volver a sentir aire invadiendo sus pulmones, Landas no se inmutó.
  • Eres libre de ser lo que quieras Fausto, descansa y estamos en contacto- Y sin más, se dirigió a la puerta y abandonó la habitación.

Él fue lentamente hacia la ventana y observó los copos en la ventisca, respiró hondo y ensayó un conato de sonrisa en su boca rota, al tiempo que apoyaba la frente contra el cristal. La nieve. Tan blanca. El frío. Y la nieve. La nieve.

(…)

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