13:32 S4 nach Kaiserslautern via Heidelberg fährt von Gleis nummer 2.Regional-Express von Mannhein Hauptbahnhof nach Frankfurt am Main Hauptbahnhof, der ursprünglich um 13:00 Uhr aus Gleis 2 fahren sollte, fährt heute aus Gleis 3. Direkt gegenüber.“

Loli no se movió. Siguió oteando un punto indefinido en la distancia, parpadeando lento, como si tuviera que tomar una decisión de vital importancia, y allí, en aquel punto, estuviese escrita la respuesta. Su hermana Candela también miró hacia allí. Sin encontrar nada especial en el andén de enfrente.

-Qué dijo?- Le preguntó, mientras se colocaba bien la mochilita que llevaba a la espalda.

-Quién?- Loli pareció querer fijar la vista en algo, y guiñó los ojos levemente, todavía ocupada en observar el andén contrario.

-La de megafonía

-Aquí estamos bien…

-No, como miras hacia allí…- Loli la miró entonces, sin saber a qué se refería, y cotejó los billetes que tenía aún en la mano.

-Ya llega ahora- Y los guardó en el bolsillo pequeño de su mochila.

Hizo su entrada entonces el S4 a Kaiserslautern via Heidelberg, apenas dos minutos después, en el andén contiguo, el Regional -Express a Frankfurt/Main. El estrecho andén se había ido llenando poco poco en los diez minutos anteriores a la llegada de ambos trenes, de pasajeros que deseaban tomarlos, con sus maletas, mochilas, bolsas, bicicletas y enseres de todo tipo, que la gente, por algún motivo, decide llevar consigo en un viaje en tren. A esta multitud espectante e impaciente, se le unió la riada de pasajeros que abandonaron los trenes, también arrastrando, cargando y trastabillando sus equipajes, empujándose unos a otros, en su afán de llegar lo antes posible a cualquier sitio. Candela cogió a Loli del brazo, después de que dos japoneses acarreando dos bicicletas casi se la llevasen por delante en su carrera para alcanzar las escaleras y cambiar de andén.

-Mira que si no nos podemos sentar…- Alcanzó a comentar Candela, Loli negó con la cabeza.

-Eso aquí no pasa..- Candela la miró escéptica, al encontrarse ellas en medio de una pequeña multitud, que, eso sí, silenciosa y ordenadamente iba entrando al vagón.

Una vez dentro, Candela siguió a Loli a través de un vagón ya completamente ocupado, a la mitad del segundo, Loli paró en seco y la dejó pasar a un asiento de ventanilla, ocupando rápidamente ella el contiguo.

-Además vamos en la dirección del tren…mira tú que bien- Dijo ofreciéndole una sonrisa triunfante, Candela sonrió también y se quitó la mochila.

Nada más arrancar el tren hizo su aparición la orquesta. Primero aparecieron dos contrabajos, seguidos de dos chelos y un trombón, además de los instrumentos arrastraban maletas,o, a la par que el instrumento, cargaban una mochila. El chico del trombón iba a disculparse con Loli por casi habérselo echado encima, por culpa de un traqueteo del tren, cuando en dirección contraria avanzó un matrimonio con un carrito de bebé,dos maletas, una mochila de montaña y tres niños pequeños, uno de ellos un bebé, que el hombre llevaba en brazos.

-Na toll…

-Einfach zurück…

-Nee, geht nicht…

-Das ist aber lustig!..

-Die Kinder, geben Sie mir die Kinder…

-….Y ahora?

-Coge esto…

-Wären Sie so nett….Daaanke…- Y Loli le pasó a Candela la pesada funda de un violonchelo, mientras ella acomodaba en su regazo la funda de un violín.

-Wo müssen Sie hin?

-Ein Wagen weiter….der Ulli ist schon da…

-Der Ulli…

-Mein Schwager, der ist früher eingestiegen…

-Esta gente se pone hablar….qué se dicen?- La voz de Candela le llegó a su hermana tras el violonchelo, Loli acomodó mejor el violín.

-Lo mejor es que se suban al reposabrazos…..ves? No te digo yo…. – Tras repartir los instrumentos, las maletas y las mochilas entre distintos pasajeros, los músicos pasaron a encaramarse a los reposabrazos y apoyarse en los portaequipajes del lado contrario, formando una suerte de pérgola humana, bajo la que avanzó la pareja, empujando carrito y portando maletas, seguida de los dos niños. Todo amenizado por las risas de los músicos y los comentarios jocosos de otros pasajeros.

-Y luego dicen que no tienen humor….- Comentó Loli al tiempo que ayudaba a devolver ambos instrumentos a sus dueños, quienes siguieron entonces en su avance por el pasillo, aún entre risas.

-Inventiva no les falta- Anotó Candela, Loli rio y se acomodó mejor en el asiento.

El viaje continuó sin más incidencias por cerca de cuarenta minutos, en los que Loli sacó los bocadillos que les servirían de almuerzo de la mochila, y se entretuvieron contemplando el paisaje y las estaciones que dejaban a su paso.

El revisor, que hasta ese momento no había hecho acto de presencia, pasó casi a la carrera en sentido contrario a la dirección del tren, sujetándose a los cabezales de los asientos. Regresó después seguido de otro colega, igualmente vestido, ambos con gesto preocupado y hablando casi a la vez uno con el otro,al tiempo que recorrían el vagón tan rápido como lo había hecho el primero de ellos antes.

Y el tren paró. Candela miró hacia fuera. Estaban en medio de una nada marrón. Ni siquiera había árboles. Sólo nada. Loli, tan extrañada como ella, se encogió de hombros ante la pregunta de otro de los pasajeros.

Wir bitten dafür um Verständnis. Reisende können den Zug im Fall von Havarien erst verlassen, wenn sicher ist, dass keine Gefährdung vorliegt. Aber als Ausnahmefall MÜSSEN SIE DEN ZUG VERLASSEN. WIR BITTEN UM VERLASSEN DES ZUGES GEEHRTE FAHRGÄSTE. Wiederhole: VERLASSEN SIE DEN ZUG!!“ -La voz enlatada del revisor rompió la calma.

Y el vagón entero, incluida Loli, se levantó a una.

-Qué pasa?- Quiso saber Candela.

-Levanta…

-Pero qué…?

Wir bitten um Verständnis. Ruhe bewahren. Sehre geehrte Fahrgäste, DER ZUG MUSS VERLASSEN WERDEN. SOFORT. WIEDERHOLE. SOFORT VERLASSEN WERDEN!!.RUHE IS DIE DIVISE…“

Hay que salir de aqui…- Dijo Loli poniéndose la mochila y entregándole a Candela la suya, su asiento estaba a mitad del pasillo, ahora ocupado por una aglomeración de gente, que trataba de recuperar sus pertenencias de los portaequipajes, volver a ponerse zapatos, guardar comida en tuppers, doblar periódicos, despertar niños dormidos y no empujarse unos a otros, en un nervioso desorden.

Einmal draußen, meine sehr geehrte Fahrgäste, MÜSSEN SIE, wiederhole, MÜSSEN SIE, die Gleisen überqueren und die SOFORT VERLASSEN. Die Gleisen MÜSSEN verlassen werden, um Ihre Sicherheit zu bewahren. DER ZUG MUSS VERLASSEN WERDEN!.“

-Pero qué pasa, Loli?….-Quiso saber Candela, Loli la cogió de la mano y se abrió paso al pasillo, avanzando en la alterada multitud que empujaba y apremiaba, ya alzando la voz y perdiendo los nervios. Llevadas por la fuerza de la multitud, llegaron al reducido recibidor entre vagones, donde se encontraban las puertas de salida. Alguien había abierto una de ellas. Loli, en el fragor de la masa, soltó de la mano a Candela, perdiéndola ésta en un muro de gente, que la arrastró sin voluntad por el habitáculo. Hasta que alcanzó la puerta. El Regional- Express era un tren alto, de dos pisos, cuyas puertas de acceso, a campo abierto y fuera de una estación, podían llegar a alcanzar del metro y medio a los dos metros de altura. Dependiendo del terreno. A Candela se le representó tener que saltar en paracaidas.

-Salta, Candela,salta!- Escuchó la voz de Loli desde algún sitio, pero no pudo moverse, aferrada a la barra de la puerta.

-Springen Sie doch!- Gritó un hombre tras ella.

-Salta! Candela! Mírame! Salta!

-Mensch! Machen Sie was!

-Was soll ich machen!! Sie schubsen??!

-Doch!

-Spinnshndu!

-Springen Sie doch, Mensch!

-Salta, Candela! Salta!

Y Candela saltó. Soltando al tiempo un grito,como el que cae en un sima sin fondo. Se encontró entonces en la franja de gravilla negra entre las vias. Loli volvió a cogerla de la mano.

-Corre!

VERLASSEN SIE DIE GLEISEN!! ERREICHEN SIE DIE GEGENÜBENLIEGENDE GEBÄUDE!SOFORT!“

Candela miró a su alrededor, tras atravesar las vias y, de la mano de Loli, tratando de correr campo a través. Descubrió entonces una marea humana que, como ella, avanzaba penosamente en su misma dirección. Hombres, mujeres, niños, acarreaban maletas, mochilas, capachos, cochecitos, trombones, violonchelos, sillas de ruedas, bicicletas, cestas y neveras portátiles en desordenada huída del tren y de las vias. Por un momento se acordó de las películas de guerra, en las que, justo en ese momento, aparecerían los bombarderos.

-Pero qué pasa!- Alcanzó a preguntar, Loli, casi sin aliento, aferrada a su mano, corría como hacía mucho tiempo que no la veía correr.

-Corre, tú corre- Musitó sin volverse

Die klimaanlage funktioniert endgültig nicht!!. Meine Damen und Herren. Bitte erreichen Sie die gegenüberliegende Gebäude!!!“- La voz a través del altavoz del tren les alcanzó a medio trecho entre el tren y una especie de granjas que Candela logró divisar en la distancia.

Sin parar un momento a coger resuello, alcanzaron lo que de lejos parecían granjas, y de cerca eran los edificios de una fábrica de piensos, donde estaban ya aparcados dos autobuses, al pie de los cuales, les hacían señas dos empleados de la empresa de ferrocarriles.

-Y ahora?…

-Tú ven….apura- Loli, sin soltarla de la mano, esforzó el último sprint hasta los autobuses y entró en uno de ellos, ocupando esta vez ella uno de los asientos de ventanilla, donde se dejó caer, tratando de recuperar la respiración, Candela la imitó.

-Pero qué pasaba?- Loli rebuscó en su mochila.

-Nada, el aire acondicionado….quieres agua?

 

  • No traduje las frases en Alemán, para que el lector se haga cargo de la confusión de la protagonista. Gracias.