No fue mala idea traer el bastón. No es que lo necesite, la verdad, pero ayuda. Tampoco fue mala idea animarme a bajar a comer al Centro. Siempre me da una pereza increíble, ponerme presentable, calzarme, buscar el bolso, menos mal que siempre dejo las llaves dentro, si no también tendría que buscarlas, y para cuando las encontrara ya no tendría ganas de ir a ningún sitio. Pero me apetecía comer albóndigas, qué quieres que te diga. Antes las hacía a menudo, pero ahora para mi sola, se me hace demasiado trabajo. Además ya está todo pago, yo sólo tengo que aparecer, sentarme y comer. Hoy no había mucha gente, los de mi mesa después se pusieron a jugar al Tute. Yo soy más de Bridge, no me acuerdo por qué empecé a jugar al Bridge la verdad, porque supongo que en algún momento tuve que empezar a jugar al Bridge, digo yo, que no nací aprendida. Tampoco me acuerdo de dónde tengo las cartas. En el cajón del aparador, seguro. Como todas las cosas. Es que me resulta muy cómodo. Me queda de paso y sé que están allí. Ahora cuando llegue a casa me voy echar un rato, las albóndigas estaban muy buenas, la verdad, yo les hubiera puesto jamón, qué quieres que te diga, pero allí no le ponen sal ni a los pensamientos que diría mi hermano, pero ahora tengo modorra. Sólo son dos calles.

-Hola Dosi! Dichosos los ojos!- Y esta quién es?. Ver veo perfectamente, que nunca necesité gafas, pero no sé quién es, qué quieres que te diga. Sólo Alfonso me llamaba Dosi. Cuando quería algo. Y esta qué querrá?.- No sabes lo que pasó!- Voy a decir que no, porque es la verdad. Yo sólo veo el parte del mediodía, y nunca pasa nada que me afecte, qué quieres que te diga. No. No sé lo que pasó- Pues verás, tú te acuerdas de aquella chica, bueno, chica, tú ya me entiendes, bueno, de aquella chica que vivía en las casas que había junto al río, que eran bajas y marrones, pero la suya era azul, y que colindaba con la del barquero, el que estaba casado con una muy pelirroja y todos los hijos eran pelirrojos, menos el que después se casó con Agustina la del practicante, que era más bien castaño,no sabes?…pues murió..

-El barquero?….qué va..yo creo que estaba yo aún soltera cuando murió…- Sí que estaba soltera porque recuerdo que mi padre se llevó un disgusto terrible, no por el barquero, que no lo conocía de nada, sino porque no había repuesto y tenía que dar un rodeo terrible para ir al banco. No sé quien es Agustina.

-No, el barquero no, mujer, la chica de la casa azul, sí mujer, que se casó con uno que tenía una hermana viuda, y que llevaba levita, no la hermana, se entiende, él, él llevaba levita, y no era militar, que andaba con Luís el que después se casó con Pura, y se les mató el hijo con la moto haciendo la mili, qué disgusto hubo en esa casa, ella nunca se recuperó, hablaba sola, seguro que la tienes visto, él lo llevó mejor pero murió…

-El de la levita…- Algo recuerdo con una levita. Pero lejanamente. Ahora mismo no sé quién es militar y quién no.

-No Luís, a Pura la metieron en un centro, no sé si vive todavía, tenían otro hijo que cogió la farmacia de Don Anastasio y se casó con una americana que llevaba a los hijos al colegio en patines, fíjate qué cosa, yo ya le decía a Lolo, sólo nos falta que se meta uno debajo de un camión, pero no, nunca les pasó nada…- Cuando cumplí doce años mi padre me regaló una bicicleta. Es algo que no se olvida, creo. No me veo andando yo ahora en bicicleta. La verdad. – Pero seguro que sabes quién es…

-Quién?

-La chica de la casa azul…ya se enterró, el funeral es mañana a las seis, si quieres te paso a buscar, voy a ir con mi cuñada, la de mi hermano Mateo, que ya sabes que murió el año pasado- Pues no. La verdad. Ya tengo una edad en la que me preocupo más por seguir viva yo, no por las muertes de los demás. Sigo sin saber quién eres.

-No deja…ya…- A ver si así puedo seguir camino.

-Yo te timbro- Tú haz lo que quieras. Me has dejado la cabeza como un bombo. Voy a caer redonda. Tanto muerto. Ahora dos besos. Vale.

Creo que me suena el móvil. Lo sé porque es „La Canción de la Espada“. Me la puso Rodolfo. Rodolfo. Ahora mismo no sé porqué le pusimos semejante nombre. Y una vez puesto Alfonso tenía miedo que acabasen llamándolo Rudi, yo la verdad le tenía más miedo a Rodolfito, me sonaba a componente químico. Al final se llamó él mismo Fofó. Y me llama. Pues voy a tener que coger, porque si no es capaz de llamar a los bomberos. Yo sólo quería comer albóndigas, qué quieres que te diga. A ver.

-Mamá?, Mamá?…dónde estás mamá?- Dónde quiere que esté. Este hijo mío.- Estrellita ya iba a llamar a urgencias, estás bien?Bueno, sólo era para decirte que esta tarde nos pasamos con los niños un rato, vale?, no hagas nada que ya llevamos nosotros, a lo mejor también va Tetela, pero no lo sabe aún…mamá? Estás bien mamá?- Pues no sé que decirte. Yo sólo quiero llegar a casa y dormir la modorra. Adiós, ya. Tetela. Para no cometer el mismo error la llamamos María. Simple y llanamente María. Pues no. Ella hubo de llamarse Tetela. Ya apuntaba. Por eso trabaja en Sindicatos. Los niños dice. Yo creo que se refiere a sus nietos. Que no haga nada. Tampoco pensaba. Yo me voy a dormir la modorra. Y después busco las cartas e intento un solitario. Si las encuentro. Pero seguro que están en el aparador. Con el resto de las cosas.