• Cuéntame una historia….

Alquimista de Historias

~ Relatos

Alquimista de Historias

Archivos mensuales: septiembre 2022

Púgil

06 martes Sep 2022

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

≈ Deja un comentario

Perro y Rivera le habían sacado casi a rastras del cuadrilátero, le habían cubierto con una manta y abandonado con él el lugar. No recordaba cómo había llegado al hotel, todo se confundía en su cabeza en una vorágine de imágenes de gente, focos, gritos, y empujones. Rivera quiso meterle en la ducha, pero Perro se lo impidió, antes tenía que venir el médico y los inspectores, no quería más problemas de los que ya tenían, él los escuchaba sin saber a qué se referían. O tal vez sí. Aún tenía puestos los guantes, con restos de  la sangre y el sudor de Gabor. Se metió uno de los cordones en la boca rota, pero Perro le apartó la cabeza de un manotazo lento, deja coño, eso sólo te lo quita un juez. Rivera le sentó en el borde de la cama y le cubrió con un albornoz. Déjame que le corte los pómulos, parece un Santo Cristo, cagoendiós Rivera no me toques los cojones, ahí vienen.

Y la habitación se llenó de gente desconocida, hablando a gritos. Él seguía sin saber el porqué de tanto nerviosismo, o quizás sí. No estaba seguro. Sólo estaba sumamente cansado. De repente. Como si le hubieran cargado dos sacos de cemento sobre la espalda. Una voz de mujer le hizo entreabrir los ojos, o ya los tenía abiertos, no la entiende, estaba arrodillada ante él con una lamparita en la mano, le hablaba con calma y articulando bien las palabras en un idioma que en un principio no reconoció. Primero el ojo derecho, luego el izquierdo, le oscultó el corazón, alguien le pasó una jeringuilla, y ella le explicó algo al tiempo que le mostraba el artilugio y unas cánulas de muestras, él no sabía qué tenía que decir, buscó a Perro en la pequeña multitud que atestaba la habitación, pero no le encontró, la mujer le pinchó en la flexura del brazo derecho, un liquido rojo llenó las cánulas de muestras, entraba casi a presión a través de la jeringuilla, no es rojo, es casi granate, pensó, y se dio cuenta entonces de que era su sangre y le entraron nauseas. No era la primera vez que veía sangre. Y tampoco la suya. Pero la habitación con todas las personas que estaban en ella comenzó a dar vueltas sin control ante él. Y se hizo la oscuridad.

Durmió días. O a lo mejor sólo fueron horas. Nunca lo supo con exactitud. Cuando se despertó ya no estaba en el hotel, la habitación, en oscura penumbra, parecía de hotel pero no lo era, olía distinto y no tenía televisión. Le habían puesto un pijama azul cielo de raso con botones nacarados, se incorporó en la cama y se sentó en el borde, todavía sin saber dónde estaba, alguien había dejado unas zapatillas de casa a juego con el pijama junto a la mesilla de noche, de madera oscura y brillante. Se miró las manos, tiritas blancas decoraban sus nudillos abultados, se las llevó al rostro y se palpó los pómulos, también con curas al igual que sus cejas, supuso la hinchazón ya que apenas podía abrir bien los ojos. Se puso las zapatillas y se levantó de la cama, midiendo sus pasos se dirigió a la ventana. Las cortinas eran marrones, de una tela suave, descorrió una y la claridad le atizó en los ojos, teniendo que apartarlos un instante, cuando volvió a mirar vislumbró un paisaje nevado. No se podía distinguir entre el cielo y la tierra, de vez en cuando emergían lo que parecían muretes de piedra en la blanca inmensidad, sobre la que seguía cayendo nieve en pesadas cortinas.

Se estaba preguntando en qué lugar de Canadá podía estar, cuando alguien llamó a la puerta. Hubo de carraspear para recuperar su voz e invitar a la persona a entrar.

El hombre era alto y vestía un traje caro, si algo le había enseñado su madre era a distinguir entre los trajes baratos y los que no lo eran, si pudiera acariciar la tela podría llegar a decir de quién era la factura. El hombre con el traje caro traía un maletín en la mano, venía solo y cerró la puerta despacio tras si, tenía el pelo castaño claro algo largo pero correctamente peinado, enmarcando un rostro serio y de facciones perfectas, por un momento le recordó a una escultura que Rivera y él habían visto una vez en un museo, no se acordaba cual. El hombre se acercó a él ofreciéndole la mano.

  • Buenos Días Fausto, mi nombre es Hermes Landas- Le estrechó la mano sin demasiada fuerza al observar las tiritas, tenía los ojos de un color que no supo identificar pero que le hicieron recordar el paisaje helado que había observado hacía un momento. Posó su maletín sobre una mesa auxiliar, y sacó un par de papeles, invitándole a tomar asiento, él se sentó de nuevo en el borde de la cama. Landas descorrió una de las cortinas y ocupó una silla junto a la mesa.- Puedes recordar algo de lo que ha pasado?- Su voz correspondía con su aspecto, e infundía tranquilidad. Fausto se encogió de hombros y miró fugazmente hacia la ventana.
  • Yo vine aquí para el combate contra Gabor Iliescu, recuerdo que sonó el tercer round y…en realidad poco más..yo- Obvió decirle que recordaba ver desplomarse a Gabor a sus pies salpicándole las botas con la sangre que le salía a borbotones por la boca, no sabía si era verdad o una de las pesadillas que había tenido. Landas asintió y leyó algo en los papeles.
  • Siento comunicarte que Gabor, el señor Iliescu, falleció antes de llegar al hospital. Según el informe preliminar, debido a una hemorragia interna masiva con la que tú, lo creas o no, no tienes nada que ver- Informó con aquella voz bien modulada y tranquila, él sintió como su estómago se retorcía y hubo de encogerse sobre si mismo, al tiempo que se llevaba las manos a la cabeza y cerraba los ojos. Landas le observó en silencio, luego se incorporó y acercó la silla un poco más a él.- Había sido operado de una úlcera hace tres meses, nunca debió subirse a ese ring. Sé que no te ayuda, pero, no tienes que sentirte culpable- Indicó, él se incorporó lentamente y le miró sin saber realmente lo que sentía, le pareció distinguir por un instante un cambio en la expresión del rostro de Landas, pero tan fugaz que lo achacó a su confusión.- Tienes dos opciones, la primera es tomarte un tiempo de reposo y por qué no de duelo, en el que te repones  para después volver al ring ,la segunda es a titulo personal y la puedes aceptar o no, es encargarte de mi seguridad y la de mi futura esposa, bajo condiciones negociables y hechas a medida.
  • Se refiere usted a ser su guardaespaldas?- Se lo preguntó más a si mismo que a su interlocutor, sin ser consciente de no haberlo dicho para si. Landas asintió con la cabeza y sin darle tiempo a contestar se incorporó y se dirigió a la mesa auxiliar a devolver los papeles a su maletín.
  • No tienes que contestarme ahora, he hablado con Rilley, Magnus Rilley, el promotor,  esta es su casa por cierto, y está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con la federación para que te compensen económicamente. Y lo harán, créeme. Así que, por el momento, no tendrás problemas de liquidez. Te dejo aquí mi tarjeta y mis números personales. Tú decides- Se acercó a la ventana, se había levantado una ventisca y los copos formaban tupidos remolinos, negó con la cabeza y se mesó el cabello antes de volverse ofreciéndole de nuevo su mano, él se incorporó y se la estrechó, esta vez con fuerza, y Landas se dispuso a abandonar el cuarto.
  • Señor Landas…yo- Comenzó inseguro, Landas se volvió ya casi en la puerta.
  • Llámame Hermes, por favor, el Señor Landas murió hace mucho tiempo- Acotó sin acritud, él miró fugazmente al techo, como buscando allí el valor que necesitaba y luego enfrentó la mirada de Landas.
  • Yo…soy gay- Y sintió un alivio extraño y nuevo, como si hubiera retenido la respiración durante demasiado tiempo y pudiera volver a sentir aire invadiendo sus pulmones, Landas no se inmutó.
  • Eres libre de ser lo que quieras Fausto, descansa y estamos en contacto- Y sin más, se dirigió a la puerta y abandonó la habitación.

Él fue lentamente hacia la ventana y observó los copos en la ventisca, respiró hondo y ensayó un conato de sonrisa en su boca rota, al tiempo que apoyaba la frente contra el cristal. La nieve. Tan blanca. El frío. Y la nieve. La nieve.

(…)

Bombardino Manteiga

02 viernes Sep 2022

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

≈ Deja un comentario

Yo no soy gallego. Mi familia es de la Capital desde tiempos inmemoriales, literalmente, porque decidimos averiguarlo, ya cansados de la pregunta, y llegados a mis tatarabuelos seguíamos encontrando el mismo origen: La Capital. El nombre de familia para hombre es Bombardino, de mujer Carmen. A mí, como ya sabéis, me llaman Bomba. Lo mejor es que empiece por el principio, y así se entiende todo mejor, tú si quieres me vas preguntando por el medio lo que te parezca. Veamos. Nosotros no somos un “ grupo de garaje”, como se suele denominar a muchas bandas, nosotros somos un “grupo de trastero”, no te rías, es la verdad. Todos vivíamos en el mismo bloque, en Amazonia 10…qué?..sí, el mismo que saltó por los aires, pero afortunadamente el nuestro, bueno, el de nuestras familias, es el 10, el que explotó fue el 4, Amazonia llega hasta el 20. En fin. Vivíamos todos en el mismo bloque, así que nos conocemos desde nuestra más tierna infancia, como suele decirse, pasábamos mucho tiempo juntos. Si algo tiene Amazonia, son trasteros, un kilométrico laberinto de ellos, si pudiesen hablar, contarían muchas cosas, te ríes pero es cierto, y los chavales nos la pasábamos allá abajo haciendo mil cosas. A Pedro le regalaron sus tíos una guitarra eléctrica, y con eso surgió la idea, yo ya estudiaba piano, Tino y Pelayo también se animaron, y como nos faltaba la voz, convencimos a David, que aceptó porque el trastero estaba prácticamente a oscuras y no suponía peligro alguno para su tipo de epilépsia. Dicho y hecho. Allá abajo podíamos hacer el ruido que nos diese la gana, que nadie iba a protestar, porque al principio lo que hacíamos era ruído, no nos engañemos, después ya dimos forma a cosas, y con el tiempo la gente de los bloques bajaba a escucharnos tocar. Hasta que comenzaron las aglomeraciones, mi madre me decía que cualquier día pasaba una desgracia, pero en aquel momento nosotros no pensábamos más que en tocar y pasarlo bien. Un día vino un tipo de un garito, y nos propuso que tocásemos en su local, de gratis, por supuesto, nosotros le advertimos que, de hacerlo, tenía que ser con luces muy tenues o totalmente a oscuras, pero no le dijimos la razón, el tipo no puso pegas, y nos preguntó cómo se llamaba el grupo, y nosotros caímos en ese momento en que no teníamos nombre. Nos miramos, empezamos a decir “Los….”,”Los…”, mientras tratábamos de dar con una denominación, y David, sin más dijo “Somos LOS a secas”. Y así quedó. “Los”. Cada vez que tocábamos en algún sitio, suponía un lleno total, así que no tardamos en tener nuestro circuito, pero no nos regalábamos mucho, no creas, porque cada uno tenía sus obligaciones y David no podía agotarse, y para nosotros eso es sagrado. Nos hicimos más conocidos, llenábamos cualquier sitio, daba igual dónde, era el abarrote. A oscuras. Éramos un misterio. Entonces apareció Hermes Landas y todo cambió para mejor. Firmamos con su discográfica y hasta hoy. Al principio continuamos con la oscuridad, hasta que conseguimos las famosas gafas oscuras de David, sí, esas que ya son su seña de identidad, y que son un diseño especial que le permite estar en el escenario con todos los cambios de luces posibles, sin que le afecten. Qué? Sí, Hermes Landas existe, por supuesto, no es una leyenda urbana, lo que pasa  es que prefiere ser anónimo, no hay más. De hecho, a aquella Conferencia, le habían invitado a él, y fui yo en su lugar, porque yo por Hermes cualquier cosa, y fíjate tú todo lo que eso provocó. Nosotros estábamos en pausa aquel verano, seguimos sin prodigarnos mucho, como bien sabes, y yo, para variar, no tenía nada que hacer, así que allá me fui. Hacía un calor pegajoso, horrible, como de horno, hasta en la sombra, así que, buscando desesperadamente un lugar fresco llegué a la capilla de la abadía. Fue como revivir. Me senté justo al lado de la puerta de la sacristía, porque había corriente, y no molestaba a nadie mientras componía una cosa en mi dispositivo. Earpods, corriente y un piano. La gloria. Cuando me di cuenta, estaba rodeado de gente trajeadísima por todas partes, y descubrí que me había colado en una boda. Entonces, vi junto a mi a un ser de luz. Y pensé que me estaba dando algo por el calor, pero no, era realmente un ser de luz porque el vestido que llevaba brillaba de una forma maravillosa. Hola, yo soy Mariola y soy de Reyes, tú de quién eres?. Y ya la adoré. No me cupo la menor duda. En un momento le confesé que siempre había querido gritar “Yo!” en el momento en el que el cura dice la famosa frase de que si alguien supiese de algún impedimento que hablase en aquel momento o callase para siempre, y me dijo que ella también. Es tan difícil aguantar la risa en una misa solemne. Acabamos llorando. Pero como todos lloraban, nadie se dio cuenta. Nosotros nos casamos en Las Vegas, nos casó el mismísimo Elvis, faltaría más. Cuál es el secreto de nuestro éxito? Me lo preguntan muchas veces, y nunca sé que contestar, yo creo que seguimos siendo aquellos chicos del trastero, disfrutamos haciendo música juntos y, sobre todo, nos queremos mucho, somos piña, no siempre estamos de acuerdo, por supuesto, pero lo hablamos y ya está, sé que sueno melindroso, pero es la verdad. Las letras? También, las trabajamos mucho, mira, mi padre, cuando yo era niño, siempre me decía que tenía que hablar “con propiedad” y eso lo llevo también a las letras. Por ponerte un ejemplo, hay una canción que suena mucho por ahí que en un momento dice “…el mosquito más tonto de la manada”, vamos a ver, a ti te dicen ahora mismo que por la calle avanza una manada de mosquitos y no te dan la piernas para correr, los mosquitos se mueven en nubes. Cuadra tú “nube”. Difícil. Pues se queda “manada” y Santas Pascuas. Nosotros intentamos que nuestras letras cuadren, y que lo que ofrecemos llegue. Se dice de nosotros que somos un “fenómeno global”, encantados que nos comparen con el Cambio Climático, pero lo primeros sorprendidos fuimos nosotros. Con qué momento me quedo? Con la primera vez que llenamos Ventas, Hermes y Liberto no nos dijeron nada los muy cabrones, nos dejaron pensar que iban a ser cuatro gatos. Cuando salimos al escenario, nos recibió nuestra primera ola de entusiasmo colectivo. Yo soy llorón, lo confieso, y me dio llorona. Nos abrazamos en piña y después lo dimos todo. El resto es historia.

Abonnierte Blogs

Entradas recientes

  • Púgil
  • Bombardino Manteiga
  • El tipo con el dron.
  • La Situación (Dedicada a Celia B.)
  • ChowChow
  • Hollywood
  • Seattle
  • Sentido Común
  • El Giro (Dedicada a Mark M.)
  • Boeing
  • La Gente de W.
  • Ángulo Muerto
  • Bering
  • El Favor
  • En Dulce Recuerdo
  • Consejo de Sabios
  • Jessi
  • Nivel 3
  • La Rampa
  • Cracovia

Mi Calendario

septiembre 2022
L M X J V S D
 1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930  
« Ago    

Blog de WordPress.com.

Cuadernos negros

Es una aventura esto de escribir y se vuelve divertido, complicado, inquietante, aterrador, con vida propia cuando llega y, si se queda, toma el control.

Irreflexiones

Pensamientos perezosos, especulaciones y sospechas

El PROFE

Encuentra tu voz

"La mujer que lee, almacena su belleza para la vejez''.

Rec. al alba

Poesía y recuerdos

MISTERIOS Y LEYENDAS DE GALICIA Y ASTURIAS

MISTERIOS Y LEYENDAS DE GALICIA Y ASTURIAS

Tinta en caída libre

Ink in free-fall

Profusión Real Estate

Te mostramos tu hogar

Lo irremediable

Cultura accesible a todas, todos, todes @conejoexistencial

Tablaturas de mis pasos

Unas cuantas palabras y fotos para los lugares que me hacen feliz.

Trust and Believe In The Unseen

Live with More Light & Faith by CM.

EvidenceMutumbu

Kingdom marriages,business and lifestyle

Poemas del Alfalfa

escritos en el corazon

IMPREINT journal

The official bulletin of the artist IMPREINT created to repost excerpts from 'En plein air'.

Más y todo libros

Blog de literatura para conocer, leer y comentar libros

Realismo Antimágico

Los propios dioses

Toma de Decisiones

Consejos de Miguel Ángel Ariño

Contar con vos

Me gustaría poder ver el mundo con mejores ojos (...)

Un cuaderno para la vida 4.0

Lifestyle blog

telodigosindecirlo

realidad interpretada

  • Seguir Siguiendo
    • Alquimista de Historias
    • Únete a 129 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • Alquimista de Historias
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra