Ha adelgazado mucho. No hay mejor dieta que la preocupación y una criatura agarrada a tu falda. Aún guarda la esperanza de que todo se pueda arreglar, de que él abra la puerta con las llaves que conserva, y todo, como en moviola, vuelva atrás. A antes. Si alguna vez lo hubo.
No es buena cocinera, pero cuando se decide a preparar algo comestible, le reserva su porción. Se la lleva a su lugar de trabajo. Tan alta, tan delgada, tan sola. No tiene apetito, le dice, no es bueno para el colesterol. Pero ella siempre reserva su porción.
Quiere darle tiempo a que vuelva. A que se replantee su decisión. Mide el tiempo. Es como caminar a oscuras sin ser ciego, palpando el aire, temiendo el siguiente paso. Temiendo caer.
Pero ella le reserva su porción.
Como antes.
Quién sabe, a lo mejor regresa?
Besos
Mercedes
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Eso ya sería otra historia…. 😉 . Muchas Gracias, Mercedes. Un beso grande!
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