IV- Xoxón

Ella hubiera escogido otro estampado para las cortinas. Verde musgo de fondo con unicornios alados amarillo mostaza no entraba dentro de sus baremos del buen gusto, tenía que admitir que al cerrarlas regalaban discreción y oscuridad, a falta de persianas, ausentes en toda la casa. Hacían juego con los cobertores de las camas, afortunadamente sólo en el tono de verde,y las mesillas de noche. Loreto le había hecho caso y se había decidido por poner dos camas en el dormitorio de invitados, puestas juntas parecían una de matrimonio. De matrimonio malavenido, ya que a ella le parecía de un ancho exagerado. Pancho y ella dormían también en dos camas juntas, que en comparación le parecían ahora diminutas. Y luego estaba el suelo. Loreto les había dado en la mano, nada más llegar, unas zapatillas de fieltro grises, las suyas con bordados dorados, las del padre con renos azules, y había metido los zapatos en un armario empotrado en la entrada. Les había dicho el tipo de madera que era, pero a ella ya se le había olvidado; era oscura, suave, y muy cara. No se podía andar con zapatos por encima. A lo mejor le copiaba la idea del armario, la de las zapatillas también, pero tenía que madurarla.

La semana se le había pasado volando, tenía la impresión de no haber podido hablar demasiado con Loreto, pero la veía feliz y eso era lo único que le importaba. Archi y ella seguían tan enamorados como el primer día, y la niña era una cucada, si se la cogía de la mano ya intentaba caminar y articulaba balbuceos que Loreto interpretaba como “mamá” y Archi como “papá”, a ella le parecían las gárgaras guturales de cualquier bebé. La chica que tenían para la niña era japonesa, y le hablaba en japonés. Loreto les había explicado que así Zoe, con el tiempo, tendría de base ya tres idiomas muy importantes para su futuro, el inglés por Archi, el español por ella y el japonés con Aiko. Pancho encontraba la idea brillante, ella se había unido a la opinión, abrigando esperanzas de poder hablar con su nieta algún día en algún idioma inteligible para ambas.

Se habían decidido por volver el lunes por la mañana, para aprovechar mejor el domingo pero al final se habían tenido que quedar en casa porque no paraba de llover, así que había dedicado parte de la tarde a hacer las maletas, no quería dejarlo para última hora, además, como de costumbre, había comprado demasiadas cosas que temía no cupiesen. Cuando acabó, bajó escaleras y por las risas y conversaciones que provenían de la cocina, supuso que se habían puesto todos a hacer la cena. Si había algo que no le gustaba, era cocinar, así que miró el reloj y sigilosamente volvió sobre sus pasos al piso de arriba. Era hora de llamar a Santa.

La llamó al móvil. Contestó al segundo tono. Tranquila, demasiado tranquila.

-Hola, soy yo, todo bien?- Preguntó Xoxón dando un tono festivo a su voz, que contrastaba con la forma con la que involuntariamente jugaba con el bordón que adornaba las cortinas, un unicornio verde musgo de raso.

-Si, todo bien- Contestó la voz de Santa, estaba demasiado tranquila, Xoxón carraspeó y buscó la risa, casi nerviosa.

-Ya no queda nada, mañana ya nos tienes por ahí- Dijo mientras recorría el contorno del unicornio con el pulgar. Silencio.- Santi? Sigues ahí?

-Mañana? No volvíais pasado?- Xoxón soltó el unicornio para rodearse el talle con el brazo, y alzó la vista hacia el cubrepersianas, una de las costuras había dejado a uno de los unicornios sin cabeza. Volvió a buscar la risa, se le daba bien, podía haber sido una buena actriz.

-Lo cambiamos a última hora….no te lo había dicho? Se me debió pasar, en fin, quieres algo de Londres?- Algo no iba bien. Silencio- Santi? Estás bien?

-Si, ya te dije que todo bien María Encarnación. No traigas la lluvia, por favor- Ahora no tuvo que fingir, y la risa le vino sola, volvió a carraspear. Quizás sólo eran cosas suyas. Todo bien.

-Bueno pues, hasta mañana….está Piluca por ahí? Tengo que…-

-Está tendiendo atrás- La respuesta llegó antes de que ella pudiera terminar la frase, asintió con la cabeza automáticamente y sonrió.

-Pues nada, mañana nos vemos entonces –

-Si, adiós- Y la comunicación se cortó. Demasiado tranquila. Meneó la cabeza tratando de descartar la idea, y buscó su pitillera en el bolsillo de atrás del pantalón. Esa era otra, en la casa no se podía fumar. Entró en el baño anexo y abrió la ventana de par en par, la primera calada la aspiró profunda para expulsar el humo lentamente hacia el exterior,que se perdió en los hilos de niebla. Todo bien.

La sobrecargo les anunció el desvío al aeropuerto de Santiago de Compostela poco antes de aterrizar. No dio razón alguna. Así que pensaron que sería por la niebla. Más vale prevenir, le dijo Pancho, ella se limitó a seguir admirando el mar de nubes por la ventanilla. Nada más aterrizar, buscó el teléfono de su amiga Irene, que vivía en Santiago, para que les hiciese el favor de ir a recogerles y llevarles a La Coruña, encargo que la otra aceptó gustosa.

-Años que no voy a Londres, fíjate, ahora voy más a Paris…-Comentaba Irene cogiendo del brazo a Xoxón.

-Esa cae en Semana Santa- Apuntó Pancho, que llevaba el carrito con las maletas.

-No me extraña que os desviaran con la que hay montada en Coruña..

-Y luego que pasó?- Y Pancho paró en seco para volverse hacia ellas.

-Claro, vosotros no os enterásteis…pues que apareció una niña solita por las pistas de Alvedro…así de repente…y además como disfrazada y no saben cómo llegó allí ni nada…mira..- E Irene sacó su móvil del bolso y deslizando el dedo les mostró algo en la pantalla, Xoxón se llevó la mano a la boca y su rostro se desencajó- Xoxón? Jesús…estás pálida…

-Si…puede ser…espera, me voy a…sentar…

-Estás mal, nena? Eso es de las turbulencias fijo…- Se preocupó Pancho, Irene la guió hasta un grupo de asientos y Xoxón se sentó, pasándose la mano por la frente, su rostro aún del color del papel.

-Pancho…busca agua…esto es de la tensión seguro- Anotó Irene ayudándola a sentarse mejor, Pancho se alejó a paso rápido hacia una de las máquinas de venta de bebidas. Después de beber un par de tragos, el color regresó poco a poco al rostro de Xoxón, si bien no pudo desmaquillar de él la expresión que le había regalado el visionado de la pantalla del móvil de su amiga.

Xoxón Mosquera residía en un edificio de corte señorial conocido como “Casa Barrié”sito en la avenida que discurría paralela al puerto, dos pisos unidos comunicados por una  puerta, y que se abrían a él. En el derecha vivía ella, en el izquierda su hermana Santa. Nada más dejar las maletas en el recibidor de su piso y mientras Pancho e Irene se ponían cómodos en el salón, Xoxón, con la excusa de ir al baño, se dirigió a la puerta que comunicaba su piso con el de su hermana. Se sorprendió de encontrar el pasillo a oscuras, encendió una de las lamparitas de pared, desde algún lugar le llegó un rumor de voces, pero no supo distinguir si era la radio o la televisión.

-Santi?…- Preguntó mientras recorría el pasillo ahora en penumbra, pero nadie contestó, las puertas de las habitaciones estaban cerradas, y según se iba adentrando en la casa la oscuridad se hacía mayor, optó por encender otra lamparita, que le regaló algo más de luz, y se dirigió al salón desde donde le llegaba el murmullo de voces y tras doblar el codo del pasillo los reflejos azules de la televisión. Alcanzó el umbral y entró, las persianas estaban bajadas y las cortinas echadas, la estancia sólo la iluminaba una intermitente y siempre cambiante luz azul del programa que había en el aparato, a un volumen un tanto alto. Su mirada vagó por los muebles hacia el sofá, antes había estado de lado, ahora de frente a la televisión, al igual que las dos butacas. Algo llamó su atención entonces. Una gran cantidad de bultos que, debido a la oscuridad y sin gafas, no pudo distinguir, y que ocupaban los asientos, retrocedió dos pasos y dio la luz de la lámpara del techo. Muñecas. De todos tipos y tamaños. Unas sentadas junto a otras. En perfectas hileras.Sobre el sofá y las butacas. Mudas espectadoras de la programación de tarde. Se llevó la mano a la boca.

-Te pedí que no trajeses la lluvia….- La voz cristalina de Santa a su espalda la hizo dar un respingo y un chillido involuntario, cuando se volvió su hermana ya era una sombra que se alejaba despacio por el pasillo, fumando un pitillo y regalándole una de sus sonoras carcajadas- Nunca aprendes, Encarnación, nunca aprendes…- Y desapareció en la oscuridad del fondo del pasillo, Xoxón se apoyó en el marco de la puerta del salón y se llevó la mano al pecho, tratando de volver a respirar a un ritmo normal, negó con la cabeza y cerró los ojos. Tenía razón. Ella era de las que no aprendían.

-Piluca…hola, buenas tardes…no tendrás por ahí una aspirina..- Xoxón entró en la cocina de su piso y buscó apoyarse en uno de los armarios-alacena del suelo al techo, Piluca, la mujer que que trabajaba para ella haciendo las labores de la casa la miró preocupada.

-Qué mala cara tiene…le preparo la cama? O le hago una sopa..la comida ya está en la mesa- Xoxón cerró los ojos y meneó la cabeza negativamente acariciándose la frente con los dedos de una mano.

-Una aspirina bastará…otra cosa…qué tal fue todo?- Piluca abrió uno de los cajones y sacó una caja de aspirina efervescente, luego se apoyó en la encimera, y miró fugazmente hacia el patio- Qué pasa?- Xoxón crispó sin querer el tono, y volvió a cerrar los ojos contra su mano.

-Su hermana se fue…luego volvió, pero se fue…..

-Bueno…como las otras veces…

-Ya…pero quiero que lo sepa…..y ahora las rompe..- Xoxón levantó la vista hacia ella, sin entender a qué se refería.

-Qué es lo que rompe, Piluca?

-Las muñecas….el viernes entré es su habitación y estaban todas estradas y rotas…

-Pues te doy el dinero y le compras otras…qué problema hay?

-Yo? ay yo ahí ya no…cómpreselas usted que sabe cuáles le gustan…porque ya sabe que…

-Ya lo sé, Piluca, ya lo sé…- La voz de Xoxón sonó de pronto enervada y cansada, al igual que sus gestos, sin embargo respiró hondo, miró al techo y buscó una media sonrisa.

-Perdona…es la cabeza, me va a estallar….después salgo y se las compro yo- Piluca asintió y le pasó una aspirina con un vaso de agua- Gracias…debió de ser la presión del avión- Piluca, levantó las cejas y se secó las manos al mandil.

-Si, seguro- Anotó, para después salir de la cocina.

 

Por la luz que nos alumbra

Cuando Gelo llegó esa tarde a casa, se encontró a su madre limpiando los azulejos de la cocina con un cepillito mínimo, que mojaba a intervalos regulares en un cubo de playa lleno de agua jabonosa, tan concentrada estaba en su labor, que no pareció darse cuenta de la llegada de su hijo, sin embargo cuando éste iba a dar media vuelta y seguir camino hacia la sala, le llamó.

-Ven aquí- Instó, sin cesar de cepillar con fuerza el borde de un azulejo, Gelo volvió a entrar en la cocina y se apoyó en una encimera, metiendo las manos en los bolsillos. Cuando su madre se ponía a limpiar los azulejos de la cocina con tanta fruición, era señal de que tenía un problema que no sabía solucionar,así que  esperó a que acabase de cepillar el azulejo de turno.

-Qué tes*?- Piluca, con el ceño fruncido de aquellos que se concentran en una ardua labor, le miró fugazmente, luego se pasó el embés del brazo derecho por la frente, y contempló el cepillito- A ver mulleriña….desembucha- Piluca se quitó los guantes y se apoyó a su vez en la encimera frente a él con los brazos cruzados.

-Se me volvió a ir….y yo qué iba a hacer….xa me dirás….

-Quién? No te pillo…

-Santa….la hermana de la Mosquera, y si sólo se fuera de paseo pero…- Y torciendo el gesto de su pecoso rostro giró la cabeza hacia la ventana del patio, llevándose su mano derecha al cuello, mientras dejaba la otra abarcando su ancho talle.

-Que buya hizo entonces?

-Yo creo…yo eh?….por esta luz que nos alumbra…que ella fue lo de la chavala del aeropuerto…- Y le miró arqueando una ceja, como retándole a demostrarle lo contrario. Gelo soltó un silbido y se ajustó innecesariamente el gorro de lana negro que llevaba puesto.

-Tu flipas neno, y cómo….me explico…que no rige está claro…pero birlar una chavala ya es otro rollo….

-Cuando rompe las muñecas es que le va a dar lo que le da a ella…..que no la quieras ver…y el otro día rompió una morea de ellas….la hermana pretendía que yo le comprara nuevas….ponte aquí e ves A Coruña* le dije básicamente…..sólo me faltaba, no sabes? Para que a colla eu xusto do revés*…que no la quieras ver….- Gelo miró la hora.

-Yo me tengo que pirar a buscar a las chavalas a natación….con todo eso qué me quieres decir…me explico….yo qué pinto?- Piluca respiró hondo y recompuso su postura,como quien se prepara a dar una sentencia,sin apartar de él un ápice sus vivos ojos verdes.

-Quiero que llames a Naveira

-A Naveira? Para qué?…me explico…tu te montas películas…

-Ya, pero si resulta que es ella, la madre que te parió, que es esta de aquí, eh?, es la que va a achantar con todo…..porque eses son así non sabes?….la culpa fue de Piluca que lo sabía y no dijo nada…..y no me da la gana….Tu hermana en esa plataforma de Dios que sólo le pido a la Virgen Santísima que no se los lleve una ola, tú doblando turnos y con sus chavalas de arriba para abajo, y yo, además de todo lo que tengo que hacerle a esa gente, ahora de cancerbero…non filliño non*..buena es Piluca Abuín….porque la hermana hoy tenía el cuerpo roto…por algo será…no perdemos nada por hablar con él..

-Bueno, pues ya lo llamaré…

-Non, chama-o xa *

*Qué tienes?

*Te pones aquí y ves La Coruña (Dicho coloquial que se utiliza cuando una persona no se cree lo que le están contando)

*Para que la coja justo del revés.

*No hijo no.

*No, llámalo ya.