V- Manhattan
-Y como verás, tienes unas vistas espectaculares- El hombre de la inmobiliaria le presentó lo que se veía a través de la ventana del salón con un gesto teatral de la mano, como si Naveira, a través de esa ventana,fuera a presenciar, en cuanto se asomase, un número de circo. Pero no. La ventana se abría a un patio de luces, ni grande ni pequeño, de paredes de cemento y tendales de ropa, Naveira se volvió tratando de entender la broma, pero la convincente sonrisa del comercial le dio a entender que se lo decía en serio. Buscó sonreír también, y se asomó otra vez para mirar hacia el trocito de cielo que se podía divisar desde esa altura.
-Va a llover otra vez- Dictaminó, y cerró la ventana, el de la inmobiliaria le guió hacia la siguiente estancia, que también daba a ese patio, y, según él, no necesitaría siquiera calefacción porque le daba el sol todo el día. Iba a decirle lo que pensaba a cerca de esa afirmación, cuando le sonó el móvil, al ver quién le llamaba sonrió y luego fingió falsa seriedad al dirigirse al comercial- No sabes lo que lo siento, pero me tengo que ir, ya te llamo para ir a los otros cuando pueda, de acuerdo?- Y le ofreció la mano, el otro asintió y se la aceptó, para pasarle después una hojas con fotos de pisos a todo color.
-Nada, ya me dices, sin compromiso…- Anotó como despedida.
Naveira marcó rellamada en cuanto llegó a la calle, enclavada en la laberíntica barriada colindante con El Corte Inglés.
-Alégrame el día neno…
-Esa sería mi frase
-Siempre quise decirla, debe molar mazo con la pipa..
-No creas…qué me queres amor?*
-Contarte mi vida…en serio, tengo que narrarte rollos…
-Cuándo te va?
-A las dos en el Manhattan?
-No te pilla mejor por el puerto?
-Non ho…que las paredes tienen ojos neno…flipas …
-Oidos
-Bueno, pasa mía, tu ya me pillaste…en el Manhattan?
-Va
-Aburiño*
José Ángel Núñez Abuín, Gelo, siempre había sido un niño alto y flaco. Con el tiempo, sin embargo, había evolucionado hasta convertirse en un coloso, de espaldas del ancho de un armario y brazos de remo que se desplazaba sobre unas piernas tan largas y fuertes como troncos. Trabajaba como estibador en la lonja del puerto, y, según él no necesitaba otra cosa para mantenerse en forma. Naveira le divisó ya desde el momento en que dobló la esquina desde Juan Florez hacia la Plaza de Pontevedra, se había decidido por acudir a la cita dando un paseo, por hacer algo de ejercicio, ya que si bien pagaba regularmente las cuotas de un gimnasio, hacía mucho tiempo que no iba y caminar le ayudaba a pensar. Gelo y él se habían criado juntos, ya que habían vivido en la misma calle en Montealto. Juntos también al colegio y después al instituto, después sus caminos se habían bifurcado, Naveira había sido admitido en la Escuela Nacional de Policía y Gelo había tirado hacia la mecánica, para después recalar en el puerto, como antes lo había hecho su padre. No se veían con frecuencia, pero el vínculo seguía siendo el mismo.
-Siempre que entro aquí me parece que voy romper algo neno…no sé por qué…- Comentó Gelo cuando ocuparon una mesa en la cafetería Manhattan, a Naveira le dio la risa.
-Es que casi se ruega etiqueta..
-Ya lo notara ya…
-Qué es de tu vida? Tus mujeres bien?
-De sultán tengo poco eh?…
-El bellezón de tu hermana…?
-Tu no sabes la frase “Tropecé de nuevo con la misma piedra”…bueno, pues ella lo hizo no una, flipa, sino dos veces, neno….y claro, ahora tenemos dos piedras preciosas en casa, ella se fue de cocinera allá arriba a una plataforma petrolífera y está con un galés que también está allí….
-Un galés…
-Una chorba* de Montealto y un galés se encuentran en una plataforma petrolífera….suena a coña de chiste…pero no, es lo que hay…
-Y tu madre?
-De mi vieja va el rollo que te tengo que narrar..- Naveira dejó de remover el café que les acababan de servir y se le quedó mirando sin entender a dónde quería llegar.- No me junes así, neno, que yo también flipé…
-Sorpréndeme….
-Pues resulta que mi vieja cholla para una gente de guita del 15004*, lo típico, la de Mosquera, en fin, que esa purila tiene una hermana que está pa llá…pero pa llá total, no rige…creo, y el cuento es que mi vieja ahora salió con que la tipa que está pa llá es la que birló a la chavala del aeropuerto…ahí la tienes báilala, como dice el otro- Y se bebió de un trago el resto de su café solo, Naveira, que le había escuchado atentamente, miró fugazmente hacia el exterior, y se bebió él mismo su café de un trago.
-Y en qué se basa?
-La Mosquera se fue fuera una semana, y dejó a mi vieja a cargo de la que está pa llá, pero se le fue…y justo coincidió con lo de la chavala, y con que no sé qué rollo de muñecas rotas y ataques de pánico…una muvi* total, lo dicho…y ella no quiere achantar después con el marrón, entiendes?- Naveira se pasó una mano por el rostro y maduró la información unos instantes.
-No te puedo contar nada, pero desde que apareció Rebeca…la niña, se llama así, no avanzamos ni un ápice ni llegamos a ninguna conclusión….así que me vendría de perlas hablar con tu madre, primero extraoficialmente…porque si es humo…es humo….pero si no lo es…
-Pues te pasas por “territorio enemigo” esta noche si puedes y listo….- Naveira rio descreido y miró hacia el exterior.
-Viven allí todavía?
-Se llamará Fe tu ex, pero a tí no te tenía ninguna eh? je,je Neno….es lo que hay…siguen, siguen…y no me entrará nunca, neno, porque tú no sólo tienes pelasso, eres guapo del copón que decía mi hermana- Naveira soltó una carcajada y negó con la cabeza, para mesarse el pelo después imitando los anuncios de champús.
-Es que yo lo valgo…
-Lo copas, neno, total…
-Le viene bien a tu madre a las siete?
-Allí estaremos.
Xoxón Mosquera llamo a su hijo Amadeo, que estudiaba en Madrid, por video-llamada de Whatsapp, nada más sentarse a desayunar, Amadeo le cogió el teléfono a punto de hacer exactamente lo mismo.
-Buenos Días, corazón!Te desperté?-Amadeo se ajustó las gafas de pasta y alejó un poco el teléfono, para poder verla mejor, luego sonrió.
-Qué va!…tengo clase dentro de una hora…
-Te llamo para darte una alegría…
-Papá vuelve a tocar la harmónica…- Xoxón rio con ganas.
-No, Gracias a Dios…verás…te damos nuestro Audi!- Amadeo guiñó levemente los ojos, y acercó un poco más el móvil.
-El qué?…creo que no te oigo….
-El Audi, corazón, te damos el Audi!- Exclamó Xoxón, llamando entonces la atención de su marido, quien entraba en el comedor en ese momento, y se sentó junto a ella, sin entender a qué se refería.
-Pero qué dices?- Susurró Pancho haciéndole gestos con las manos.
-Mira! Papá está aquí! Te lo lleva hoy mismo, y él vuelve con el Ford K…
-Pero es que con el jaleo que hay por lo del centro….- Quiso objetar Amadeo, buscando a su padre en la pantalla.
-Sale esta misma tarde, y vuelve, ida por vuelta….y nos haces un inmenso favor, mi vida….
-Bueno, vale…pero el seguro y todo eso….
-De eso no te preocupes, ya hablo yo después….
-Y cuándo dices que llega?…yo tengo clases hasta…
-Cuando llegue te llama y ya está…- Pancho frunció el ceño y negó con la cabeza, incapaz de seguirla.
-Ok….gracias!
-De nada, corazón, ya te digo cuando sale…adiós- Y le envió un beso, que Amadeo respondió con otro, antes de poner fin a la llamada.
-Pero nena! Qué está pasando!?- Exclamó Pancho incorporándose, más confundido que enfadado, Xoxón alzó su mirada inundada de lágrimas hacia él, para luego sepultar el rostro entre sus manos, y dar rienda suelta al llanto.
Naveira cumplió su promesa, y acudió a la cita pactada con la madre de Gelo. Cuando llegó, se la encontró ya vestida y arreglada para salir, Gelo se limitó a encogerse de hombros.
-Hay otra persona que te puede contar más que yo, ya la llamé y nos está esperando….no sabes lo que te lo agradezco filliño…es que no pego ojo con la trécola*…ven, vamos, vive en Adelaida Muro…- Y sin darle tiempo siquiera a darle las buenas tardes, lo cogió del brazo y les guió calle abajo.
Hermosinda Tren López, Sinda, en su juventud había sido una mujer alta, muy rubia y de enormes ojos azules. Ahora, superados los ochenta y cinco años, el pelo rubio se adivinaba en las ligeras vetas que jalonaban su impecable pelo corto y blanco, los ojos azules, sin embargo, grandes y despiertos seguían iluminando su rostro, casi libre de arrugas. Les recibió sentada a la mesa del comedor, en la que su hija Lina había dispuesto una merienda que bien podría saciar a un batallón, presidida por un gigantesco bizcocho borracho. Después de las consabidas presentaciones, servidos el café y el bizcocho, Piluca pidió a Sinda que le contase a Naveira lo que sabía de la familia Mosquera.
– Á Santa puxo-a así o pai, non por nada…veulles des anos despois da Xoxón, polo menos, xa non contaban e veu ela. „Culo veo, culo quiero“, mercaballe o de Dios es Cristo con perdón. E eles cartos tiñan e teñen a mansalva. Ela era mais ghuapa ca outra. Tiña os ollos do color de aquela actriz, cómo se chama Lina?, si muller, a da pelicula aquela tan longha, que puxeron ambigú e todo no meio, boeno, aghora non me ven, pero son dunha cor rara. Eles xa as levaban sempre moi ben vestidas, os calcetís cos lazos, os abrighos cos ghuantes…deso era á Fina, qué rolliño lle daban, e daquela có almidón, si muller, que despois casou có de Cortizo. Bonecas pa parar un tren, teñenme dado bonecas por un tubo, escusaba mercar. Alghunhs sen abrire. Si casou Santa? Sí, él era dos Dapena, un rapaz moi bo, pirlouse por ela, e ela por él…boeno, en Santa non se sabe, como é así, o mellor non, pero boeno. O vestido trouxeronllo de Madrid, aquelo foi unha apoteosis, que di meu neto. Ainda teño por ahí o recordatorio, mira na comoda Lina. Foranse vivir ó pazo alá a Alvedro, cando Alvedro era aló no quinto pino. Quería que fose con ela, pero quedeime na Barrié….eu qué facía alí?..Ainda hoxe é incómodo. E eu xa o dicía, pero….Non durou nen dous anos. Por ahí, dous anos cortos. Ela volteu pa casa e él foise. Tivo que irse. Porque ela presentabase-lle onde el vivía, e tal, como se non pasara nada, ela era como é. Eu coido que non o aceptou nunca eso. O caso é que el foise, non sei a donde, pero lonxe. A Felisa, a do Cosme, traballaba nos pais del, contoume que él seica volveu casar, pero non volveu por aqui, iban eles….a Felisa? A Felisa xa morreu muller, onde vai, era maior ca min. A preghunta de Santa de pequena era „Sinda por qué no andan? Por qué no andan y hablan mis muñecas?“a sua cousa era que quiría que a bonecas falasen e se movesen…e…como no o facían rompía con elas. Unhas perrenchas!. Pero nada…traían novas e listo. Qué dis? Si, colleu unha nena do xardín….Ay pero eso foi terrible, calaron á xente con cartos, muitos, e non se soupo nada por fora. Colleu-na, e levou-na a un piso que tiñan na Falperra, …alá se fora o pai. E daquela con Franco….calaron a xente con cartos, e ninghién dixo nen pio. Mandarana a un sanatorio en Suiza seica…pero nada. Santa é así, hay que querela como é, che mira con eses ollos…e xa perdiches.*
Naveira y Jon observaban desde la acera de enfrente la entrada al Parking situado debajo de la Plaza de Vigo, sin decidirse a entrar a cotejar una sospecha que a Naveira se le había ocurrido tras escuchar el relato de Sinda. Se lo había contado todo a Jon a primera hora de la mañana, y desde hacía un cuarto de hora sopesaban pros y contras.
-Entramos, miramos si el coche está y por las ventanillas por si hay algo a la vista…..si no está pues ya es otra cosa…
-Ya, pero con qué derecho inspeccionamos el coche, sólo tenemos la sospecha de Piluca y lo que me contó ayer Sinda…el coche es de la hermana.
-Pues ya es algo…llevamos dando palos de ciego casi dos semanas….
-Vamos pues….
Atravesaron hacia el parking, Piluca le había dicho que el coche era un Audi A6 de color gris metálico y le había dicho la letra y el número de plaza. Cuando la alcanzaron, se encontraron ante un Ford K blanco.
-Empezamos mal- Comentó Jon y trató de distinguir algo del interior haciendo visera contra una de las ventanillas traseras.
-Subimos y preguntamos…..- Decidió Naveira, y a paso vivo abandonaron el aparcamiento.
Santa
A veces se acordaba de Carlos. Y de la forma que tenía de afeitarse. Trazando surcos perfectamente verticales con la maquinilla en la espuma de las mejillas. Para luego limpiarla en el agua del lavabo. La miraba a través del espejo, y le guiñaba un ojo. Y ella a él. Pero sólo a veces. Tenía más cosas de las que acordarse. Listas enteras. Que iba escribiendo en libretas. Nadie podía leerlas. A nadie le gusta que escudriñen en su vida. A ella tampoco. Por eso las escondía. Y sólo ella sabía dónde. Como el manojo de llaves. Ellos creen que ella no se da cuenta. Pero ella lo nota. Ella sabe perfectamente lo que hace, y cómo. Otra cosa es que se lo diga a ellos. Sólo a papá, pero él ya no estaba. Como Carlos. Le gusta volverse invisible. Es fácil. Es cuestión de prática. El mundo está lleno de cosas obvias de las que nadie se da cuenta. Lo había leido en alguna parte. Y era verdad. La gente mira sin ver. Y eso jugaba a su favor. Ya no llovía. Sus ojos, de delicado color lila, acariciaron la niebla de cubría el puerto a la primeras luces del día, y sus facciones, de pálida filigrana, normalmente impasibles, se asustaron levemente con el eco de una sonrisa. Ahora voy, mi vida. Ahora voy.
Blanca y radiante va la novia…
Piluca les abrió la puerta, pero su cara de preocupación no les hizo augurar nada bueno.
-Al Señor le dio un infarto ayer cuando volvió de Madrid….se cayó redondo en el portal, menos mal que estaba el portero sino….
-De Madrid?
-Con todo el jaleo no te lo pude decir….fue a llevar el Audi…
-Y traer un Ford K blanco?-Preguntó Naveira, sacando ya su móvil de servicio del bolsillo de su cazadora
-El de Amadeo..-Confirmó Piluca retorciéndose ya las manos- Ay Dios Mío….
-Dónde está la señora?- Preguntó Jon adentrándose en la casa, Piluca le siguió ya muy nerviosa.
-En la Residencia….digo…el CHUAC*…se fue con él en la ambulacia….y no volvió…
-Y Santa?- Quiso saber Naveira, Piluca hizo un gesto con la mano señalando el pasillo que llevaba hacia la puerta que unía los pisos, y los dos policías se adentraron en él casi a la carrera. El piso anexo estaba a oscuras, como de costumbre, Piluca dio la luz y la llamó, pero sólo les respondió el silencio, Jon y Naveira recorrieron todas las estancias de la vivienda, pero Santa no estaba, Piluca se sentó en una butaca y se llevó una mano a la boca.
-Ay, Dios Mío- Naveira marcó un número en su móvil, y se agachó ante Piluca cogiendole una mano.
-Necesito que nos digas la matrícula del Audi y la dirección de Amadeo……nos ayudaste mucho Piluca…no te preocupes- Piluca asintió sin poder borrar la preocupación de su rostro, y se incorporó para ir a buscar los datos que necesitaban.
Una vez Naveira los tuvo, dio la orden de localizar el coche en Madrid e inspeccionarlo. Después, ya camino de la calle, llamó a Corcubión, para que pidiese una orden de registro mientras él y Jon iban al CHUAC a hacerle un par de preguntas a Xoxón Mosquera.
-Como comprenderán no estoy en condiciones de atenderles- Espetó Xoxón, abrazada a sí misma, viva imagen del cansancio, desmadejada y lejos de querer ser amable, después de una noche en vela en la Unidad de Cuidados Intensivos, en la que su marido estaba ingresado.
-Sentimos mucho lo que le ha pasado a su marido, Sra Mosquera, pero necesitamos que nos de razón de un par de cosas…- Comenzó Naveira, Xoxón le lanzó una mirada furiosa.
-Diga usted una palabra más y la próxima „razón“ que escuche usted por mi parte será una demanda de mi abogado….
-Díganos al menos si sabe el paradero de su hermana….- Xoxón cerró fuertemente los ojos tratando de frenar el llanto y dándoles la espalda, se alejó por el pasillo sin contestar.
-Pues si que ha sido de mucha ayuda…- Comentó Jon siguiéndola con la mirada.
-Volvamos a Barrié…
Atravesaban el Puente del Pasaje cuando casi simultaneamente, recibieron dos llamadas, la primera desde Madrid, el Audi había sido ya localizado, y en su interior habían encontrado, entre otras cosas, restos de purpurina, que coincidían con las muestras tomadas a Rebeca. La segunda desde la central, la voz de Regueira, entrecortada y casi sin aliento, sonaba como si estuviese hablando al mismo tiempo que se moviese a gran velocidad.
-Hay otra….hay otra….le dio un golpe a la madre y se… llevó a la cría en el coche……ahora sólo saber a dónde…- Naveira, que iba de copiloto, abrió la ventanilla, colocó la sirena sobre el capó,la accionó y no dejó acabar a Regueira.
-Llama a Penedo, ellos están más cerca, que vayan al viejo Pazo de los Mosquera, colinda con el Aeropuerto…nosotros vamos para allá- Jon, al oir esto, y sin previo aviso hizo un giro de U hacia la izquierda entre crugir de ruedas y bocinazos de los coches que circulaban a su alrededor en ambas direcciones, Naveira aferró una mano a la puerta y la otra al techo , una vez hubo estabilizado de nuevo el vehiculo en el carril de dirección contraria, Jon soltó una especie de grito vaquero al tiempo que golpeaba el volante con la palma de su mano derecha.
-Siempre había querido hacer esto, macho!! Vamooos, Vamoos!!- Y pisó todavía más a fondo el acelerador, Naveira le miró todavía recuperándose del medio trombo, tratando de que su estomago volviese a su sitio.
Saltándose todos los límites de velocidad, llegaron a la zona del aeropuerto del Alvedro. Tras las diferentes ampliaciones del aeropuerto, las casas que colindaban con él, abandonadas y tapiadas, habían quedado en parte sin acceso directo desde la carretera, hayandose algunas ya dentro del recinto vallado del aeropuerto, otras del otro lado. El antiguo pazo de los Mosquera pertenecía a las segundas, en otro tiempo imponente edificio señorial de piedra y madera, ahora abandonado invadido por maleza y escombro. Jon y Naveira se guiaron por las luces de las sirenas de los coches de la Guardia Civil. Un agente les salió al paso en la carretera que circundaba el aeródromo haciendo aspavientos.
-Hay que ir a pie…- Alcanzó a decirles, tras salir del coche, le siguieron adentrándose en la hierba alta y maleza, tras recorrer medio centenar de metros, llegaron al que había sido el portalón de entrada a la propiedad, cerrado con tres gruesas cadenas oxidadas. Penedo y otros tres agentes ya estaban allí, Naveira descubrió con asombro a Xoxón Mosquera, sentada sobre una piedra, custodiada por uno de ellos.
-Cuando llegamos trataba de abrir el portón…- Explicó Penedo, Naveira se acercó a ella, Xoxón evitó mirarle.
-No…responde al teléfono..-Susurró ella, casi sin voz, mirando, rendida, hacia algun lugar. Naveira se dirigió entonces a Penedo.
-Tiene que haber otro acceso…- Desde lo profundo de la maleza, otro de los agentes llamó su atención.
-Aquí!!….- Todos, incluida Xoxón, siguieron su llamado. El agente había dado con una pequeña cancela a la que se accedía por un sendero de graba proveniente de una servidumbre de paso que daba acceso a una de las casetas de trabajo de Obras Públicas, junto a la que estaba aparcado un coche. Mientras dos de ellos se dirigieron a inspeccionar el vehículo, Naveira y Jon, seguidos de Penedo, Xoxón y otro agente cruzaron la cancela.
No hizo falta llave para abrir la antigua puerta del servicio, ya que estaba entornada. Les recibió el rumor de música, desde algún lugar y el eco de una voz infantil que parecía cantar. El grupo se adentró en la casa, sumida casi en la oscuridad, ya que la mayoría de sus ventanas estaban tapiadas, hasta alcanzar lo que había sido el salón. Una criatura vestida con una vestido azul de tul y descalza jugaba a recorrer la enorme y destartalada estancia con un triciclo, mientras hacía volar dos globos de helio en forma de unicornio rosa que estaban sujetos a una de sus muñecas. Cuando les vio, cesó en su carrera, y su boquita se frunció en un puchero, Jon se acercó a ella y la cogió en brazos.
-Traed mantas! Está helada!- Grito abrazándola contra si, mientras otro agente corría en busca de las mantas, Naveira, Penedo y Xoxón subieron las escaleras que llevaban al primer piso, de donde provenía la música que les guió hasta lo que había sido el dormitorio principal.
El cuarto estaba iluminado por innumerables pequeños quinqués de colores en los que ardían velas, colocados sobre los restos de los viejos muebles, la música provenía de un radiocassette a pilas, que envolvía la estancia con „La Flauta Mágica“ de Mozart. Y en el centro, presidiéndola, una cama de dosel de madera azul cielo y ajados cortinajes morados, sobre la que yacía Santa, recostada sobre un cojín sobre el que se extendía su cabello caoba, ataviada con un camisón de tul blanco que la cubría hasta los tobillos, sus pies en unas sabrinas de charol rosa, sus manos descansaban sobre su vientre, y sus inmensos ojos lila, sin luz, miraban al vacío. Xoxón se acercó despacio a la cama, ya incapaz de contener el llanto, Naveira la detuvo con suavidad.
-Déjeme al menos..cerrarle los ojos.
-Sabe que no puedo.
Piluca le abrió la puerta. Esta vez le regaló una sonrisa y le abrazó, le guió hasta el salón, ahora ya casi desmantelado, y con cajas de madera y de cartón apiladas a lo largo de las paredes. Xoxón estaba junto a la ventana, se volvió levemente a oirle entrar, pero continuó mirando hacia el exterior. Libre con cargos, sólo debía presentarse una vez al mes en comisaría. Piluca les dejó solos.
-Muchas gracias por venir, Sr. Naveira.
-Gracias a usted por la invitación, no creí que quisiera volver a verme…
-Le debo una disculpa, a veces, se dicen cosas que no ha lugar.- Naveira asintió, pero optó por el silencio.- El viernes estará todo listo.
-Piluca ya me dijo que se mudaban a Madrid.
-Ya no hay nada que me ate aquí, Sr. Naveira, y esta casa es demasiado grande…
-Su marido?
-Mejor, gracias, él ya está allí…necesita tranquilidad..no una mudanza- Y casi sonrió, Naveira la secundó.-Tengo una propuesta que hacerle, Sr. Naveira
-Usted dirá…
-He oído que busca piso…
-Ha oido bien…
-Por supuesto este es demasiado grande para usted, pero sé que dentro de poco quedará otro libre, yo podría hablar por usted para que se lo concedan…
-Muchas Gracias…pero por qué quiere usted ayudarme?
-Algo bueno tiene que salir de todo esto, Sr. Naveira- Y posó en él una mirada tranquila y sin acritud.
-Esperemos.
-Esperemos.
*Qué me queres amor?: Qué me quieres amor? (Es también un libro de Manuel Rivas)
*Trécola:Según la Real Academia da Lingua Galega „Razoamentos empregados para defenderse dunha acusación, para non comprometerse nunha resposta ou promesa ou para librarse de algo.“, también se utiliza para definir algo complicado o de difícil factura.
*Gelo: El personaje de Gelo se expresa en Koruño, forma de hablar o variedad idiomática utilizada en A Coruña, recomiendo este enlace para entender los términos: http://inciclopedia.wikia.com/wiki/Koru%C3%B1o .
*CHUAC : Complexo Hospitalario Universitario A Coruña, antes conocido como Juan Canalejo y que en A Coruña se conoce también como “La Residencia”.
*Sinda: Se expresa en gallego, aquí la traducción:
“ A Santa la puso así el padre, no por nada….les vino diez años después de la Xoxón, por lo menos, ya no contaban y vino ella. “Culo veo, culo quiero”, le compraba lo de Dios es Cristo con perdón. Y ellos cuartos tenían y tienen a mansalva. Ella era más guapa que la otra. Tenía los ojos del color de aquella actriz, cómo se llama Lina?, si mujer, la de la película aquella tan larga, que pusieran ambigú y todo en el medio, bueno, ahora no me viene, pero son de un color raro. Ellos ya siempre las llevaban muy bien vestidas, los calcetines con los lazos, los abrigos con los guantes….de eso se ocupaba la Fina, qué rollo le daban con eso!, y entonces con el almidón!, si mujer, que después se casó con el de Cortizo. Muñecas para parar un tren, me tienen dado muñecas por un tubo, ya ni compraba. Algunas sin abrir. Si se casó Santa? Sí, él era de los de Dapena, un chico muy bueno, se enamoró perdidamente de ella, y ella de él….bueno, en Santa no se sabe, como es así, a lo mejor no, pero bueno…El vestido se lo habían traido de Madrid. Aquello fue una apoteosis, como dice mi nieto. Aún tengo por ahí el recordatorio, mira en la cómoda Lina. Se fueron a vivir al pazo allá a Alvedro, cuando Alvedro era allá en el quinto pino. Quería que me fuese con ella, pero me quedé en la Barrié…qué iba a hacer yo allí?. Aún hoy es incómodo. Yo ya decía, pero…No duró ni dos años. Por ahí, dos años cortos. Ella volvió para casa y él se fue. Tuvo que irse. Porque ella se le presentaba donde él vivía, y tal, como si no hubiera pasado nada…ella es como es. Yo creo que nunca aceptó eso. El caso es que él se fue, no sé a dónde, pero lejos. La Felisa, la del Cosme, trabajaba en la de los padres de él, me contó que al parecer él se volvió a casar, pero no volvió por aquí, iban ellos….la Felisa? La Felisa ya murió mujer, dónde va ya!, era mayor que yo. La pregunta de Santa de pequeña era “ Sinda, por qué no andan?, Por qué no andan y hablan mis muñecas?” su cosa era que quería que sus muñecas hablasen y se moviesen….y…como no lo hacían las rompía. Unos berrinches!. Pero nada….le traían nuevas y listo. Qué dices? Sí, cogió una niña del jardín….Ay pero aquello fue terrible, callaron a la gente con cuartos, muchos, y no se supo nada por fuera. La cogió, y la llevó a un piso que tenían en la Falperra,….y allá se había ido el padre….Y en aquel tiempo…con Franco…callaron a la gente con cuartos, y nadie dijo ni pío. La mandaron a un sanatorio a Suiza al parecer….pero nada. Santa es así, hay que quererla como es, ella te mira con esos ojos….y ya perdiste”
Las enfermedades de la mente, a veces, son incontrolables.Tremendo drama familiar y que consecuencias tan graves.
Besos
Mercedes
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La mente, a veces el peor enemigo…. Muchas Gracias, Mercedes. Un beso grande!
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