Ella catorce, él veintidós. Malas cartas. Como amigo de su hermano le ve todos los días. Él busca quedarse a solas con ella. Nadie desconfía. Es verano. Demasiado calor. El principio de algo.El uno para el otro. Nadie lo sabe. Sólo ellos dos.
- Ven…
- Nos van a ver…
- No hay nadie, ven…
- Pero…
- Tu también quieres…o no?
- ….
- Ven
- Y si vienen?
- Están todos en la piscina de Juan…
- Tú crees..?
- Ven..
Él la busca contra la pared de una de las habitaciones de atrás, perdiendo sus manos bajo la ligera camiseta, le deshace el nudo del bikini, que cae a sus pies, sus incipientes pechos en sus manos, que se deslizan por dentro de los shorts, que le baja lentamente sin dar tregua a su boca. Ella le agarra las manos insegura, él sonríe contra su boca, esa sonrisa canalla que la vuelve loca, y le deja bajarselos. Le quita la camiseta y el se quita el bañador, ella sonríe nerviosa.
- No es la primera vez que la ves…- Susurra él en su oído.
Consuelo les observa mientras se ponen el casco para ir en la vespa de él a la piscina de Juan, se habían quedado en la casa con la excusa de las matemáticas de ella para septiembre, él le iba a explicar unos ejercicios. Desaparecen por la avenida que lleva a la casa, ella ríe rodeándole la cintura, la sonrisa de él podría derretir un glaciar.
- Estos dos se entienden- Comenta Consuelo volviendo a la mesa de la cocina, donde hace los preparativos para la cena, hoy la familia come en casa de Juan, Amanda la mira mientras pela las patatas.
- Quién?
- Gonzalo y la niña- Amanda se encoge de hombros.- Él pasa más tiempo aquí que en su casa, y tanta sonrisa, y ella como embobada…
- Es un chico muy guapo…
- También ella lo es, pero ahí hay algo…- Y saca el pollo adobado de la nevera, Amanda sonríe para si, pero continúa en silencio con las patatas. Hacía unos días les había visto comiéndose a besos en la bodega, ellos no la habían visto a ella. Tenía que darle la razón a Consuelo, se entendían muy bien esos dos.
Invierno: Ella en el colegio, él en la Universidad. Los sábados excusa de ir al cine con más gente. De vuelta la lleva a la antigua casa de su tía. Ella se entera de que tiene una novia. No le dirige ni palabra ni mirada durante semanas. Él le jura que es sólo para aparentar. Ella hace lo mismo. Él la amenaza con partirle la cara al chico si no acaba con el teatro. El hermano de ella sospecha algo. Pero no llega a ninguna conclusión. Él tiene un accidente de moto y se rompe una pierna. Élla casi se muere del disgusto y le visita todos los días. Se cela de las enfermeras. Le hace reir.
Primavera: A ella la quieren enviar a Inglaterra a un internado. Élla no quiere ir. Él le asegura que la irá a visitar siempre que pueda. Lo cumple. Ella se emborracha en una discoteca y la trae la policía a casa. Él le monta una bronca peor que la de su padre. Ella tiene una falta. Los dos en vilo y tensos. Falsa alarma.
Verano: Verano de piscinas y casas de veraneo. Él se lo deja caer al hermano de ella. Como de nuevas. No tiene nada en contra.
- Y eso desde cuándo?
- Un par de meses…nosotros…
- Por mi encantado que „ todo quede en familia“-Se ríe- Pero te estoy vigilando tío….es mi hermana pequeña….!. Y cuidado con lo que haces…- El ríe y asiente, si él supiera toda la historia otro gallo cantaría, piensa.
Otoño: Ella en Inglaterra él en Madrid. Él va cuando puede.
Lo hacen oficial cuando ella regresa del internado. Ya tiene dieciseis. Él veinticuatro. Todo es legal.
Se casan el verano en el que ella acaba la carrera de enfermería. Tres hijos. Pasa el tiempo. Y el verano siempre regresa. Y las piscinas.
- No vienes a casa de tu tío?- Ella se lo pregunta a su hija, es verano, en la casa de siempre, la chica se encoge de hombros.
- Javier me va a explicar los algoritmos que no entiendo…- Explica, Gonzalo, que lee el periódico sonríe para si.
- No hace falta que se tome la molestia, te los puedo explicar yo- Decide, la chica sonríe y asiente, se le acerca y le da un beso.
- Qué alivio papá! ….es que es un pesado de verdad…- Y se aleja canturreando hacia el jardín. Ella se sienta a su lado y le mira sonriendo.
- Algoritmos- Dice ahogando la risa, él le rodea los hombros y se asegura de que nadie esté cerca.
- Tu y yo hicimos muchos…no te acuerdas?- Y le roza los labios, sigue teniendo esa sonrisa canalla, que la vuelve loca, él le muerde levemente el cuello- Algoritmos y algoritmos…- Ella mira hacia el jardín- Ven…- Y cogiéndola de la mano se pierden en el piso de arriba.
- Nos van a oir…
- Ven….
Como todas tus historias, una maravilla.
No dejes de escribir 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas Gracias, Xoana! Siempre tendré una historia que contar 😉 . Un beso como un mundo!
Me gustaMe gusta
❤️
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ay el Amor!…:) Gracias!
Me gustaLe gusta a 1 persona
De nada. 🌹
Me gustaLe gusta a 1 persona