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Alquimista de Historias

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Alquimista de Historias

Archivos mensuales: octubre 2018

N.O.S.O.T.R.O.S (Neutrales-Objetivos-Sociales-Ordenados-Trabajadores-Respetuosos-Osados-Seguros)

30 martes Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Ruy no quería el yogur. Ni con azúcar ni sin azúcar. Ni haciendo avioncitos o prometiéndole dos capítulos de Pepa Pig. Así que no insitió más, y le dejó levantarse de la silla de la cocina donde desde hacía veinte minutos trataba de convencerle de las buenas propiedades de los lácteos en general y de los yogures de fresa en particular, sin lograr que él abriese un ápice la boca ni dejase de menear negativamente la cabeza haciendo saltar sus indomables rizos pelirrojos. Se lo comió ella, mientras le oía trastear en algún lugar del apartamento, perdió su mirada en el patio de manzana que se podía ver desde la ventana de la cocina. Todo el apartamento daba a ese patio de manzana, en tiempos había sido un piso más grande, pero lo habían dividido en dos. El que daba a la calle era más oscuro y tenía más pasillo, el suyo recibía sol todo el día y, observando las partes de atrás de las otras casas que daban a ese patio, le daba la impresión de pertenecer a un microcosmos dentro de esa gran ciudad en la que le había tocado vivir. Por las noches se entretenía tratando de adivinar qué luces se apagarían primero, cuáles más tarde, las costumbres y rutinas de las personas que lo habitaban, como suponía que ellos hacían con las de ella. Román les ponía nombre y apellido, e inventaba historias a partir de lo que observaba hacían en su día a día. Román era su compañero de piso, después de que Trini se hubiera marchado a Londres a probar suerte, ella había colgado un par de anuncios por el barrio buscando un inquilino o inquilina, y el primero que se presentó fue él. No le molestó tener que compartir vivienda con el por aquel entonces recien nacido Ruy, ni que ella trabajase en mil cosas o en ninguna, él en aquel momento también estaba en paro, después había encontrado trabajo en Decathlon. Conformaban una comunidad de tres, bien llevada y algunas veces bien organizada. A los ojos de aquellos que les observaran a través del patio darían la impresión de ser una pareja bien avenida con niño, si bien ,ellos no estaban juntos y el niño, que no se parecía a ninguno de los dos, sólo llevaba los apellidos de ella.

El vecino del quinto piso de la casa verde agua, trataba de arreglar una persiana sentado en el bordillo de la ventana de espaldas al patio, elevando los brazos hacia la caja y tirando con fuerza de algo que parecía atascado, la sintonía de su movil la asustó y la hizo tirar el yogur al suelo, al tiempo que alcanzaba el telefono llegó a ver como la que supuso que era la mujer del hombre de la persiana le hacía bajar del bordillo haciendo aspavientos con las manos y cerraba la ventana de golpe, respiró tranquila al deslizar el dedo para contestar.

-Hola Isolda, te pillo mal?- La voz de Alfonso sonaba como la de alguien que corriera los últimos metros de una maratón.

-No, la verdad, todo en orden…- Acertó a decir, si bien acababa de descubrir que al tirar el yogur se había salpicado la camiseta, cogió una bayeta del fregadero y trató de enmendar la mancha, pero lo hizo peor, con lo cual la tiró de nuevo al fregadero.- Estás bien?

-No sabes nada, verdad?- Isolda se sentó de nuevo y cambió de oido el móvil.

-Qué ha pasado? No me asustes….algo con María Eugenia?- María Eugenia era la mujer de Alfonso, que se ganaba la vida como representante de Tupper-Ware y pasaba más tiempo en el coche que en casa.

-Ha caido en picado con la avioneta….

-Maria Eugenia?!….y qué hacía en una avioneta?!

-No mujer! Marigeni no!Hildefonso. Ha caido en picado…

-Hildefonso…

-Hildefonso Martínez Cuéllar

-No me gusta repetirme, pero…qué hacía en una avioneta?- se levantó de la silla y se apoyó en la encimera, para luego separarse y apoyarse en la nevera, y volver a sentarse por último sin poder parar de mover su rodilla derecha, señal de nerviosísmo que padecía desde que había tenido la capacidad de sentarse.

-Enseñar a pilotar a otro….una temeridad como otra en estos tiempos….hay reunión, en una hora en la sede central…- Y colgó, antes de que ella pudiese decir nada, antes de que pudiese decirle que Román todavía no había vuelto y que no tenía con quien dejar a Ruy, antes de poder preguntarle para qué la necesitaban a ella en la sede central.

Maldiciendo en voz baja el momento en que había accedido a meterse en política, buscó a Ruy, el suyo era un partido que había basado su programa en las ayudas a las familias monoparentales y aquellas que pasaban por dificultades. Llevaría a Ruy con ella a la reunión. Ya que, a su juicio, ambos puntos del programa coíncidían en su persona en ese momento.

La sede del partido se encontraba en un bajo comercial a tres calles de su casa, antes había dado cabida a una imprenta, antes de ésta una carnicería, y durante varios años había sido un local okupa. Constaba de dos espacios amplios, uno que daba al exterior con un ventanal panorámico, estaba tapizado a medias por carteles de propaganda electoral en los que se veía un grupo de gente, fotografiados desde el aire, formando una N mayúscula sobre un campo con flores de colores, estaba amueblado con tres mesas de despacho desconchadas dispuestas en U y sillas de distintas procedencias, y otro interior, con ventanas tipo tragaluz , en el que habían dispuesto sillas y butacas alrededor de una rotunda y oscura mesa de comedor de madera de tipo castellano oval con un abigarrado pie central que imitaba el tronco de un arbol, dos estanterías Billy de Ikea con una cafetera eléctrica, tazas y carpetas con papeles, completaban la decoración.

Ruy no era el único niño que asistía a la reunión, Matilde llegó con su hijo Damián en su portabebés al pecho y Moncha con sus gemelas profundamente dormidas en sus sillitas. Alguien extendió una manta verde muy gruesa sobre el suelo, y ésta se llenó de cosas de plástico de colores y peluches que esa persona fue sacando de una bolsa de lona. La cafetera estaba ya funcionando.

-No voy a perder el tiempo con explicaciones. Voy a ir al grano. Dos temas:Uno. Hildefonso era el número 10 en nuestra lista, desgraciadamente ha quedado vacante, y como la vida sigue, el siguiente en la lista ocupará su puesto, esto es: Isolda Lindero López. Dos: Me han llamado los otros, nos brindan la oportunidad de sentarnos a las mesas de las coaliciones- Alfonso expuso lo que quería transmitir desde uno de los sitios en el centro mirando a los presentes, sentados alrededor de la mesa, recorriendo los rostros con la mirada por encima de las gafas y clavando levemente ante cada afirmación la mina de un bolígrafo bic sobre una libreta que tenía ante él.

Isolda, que le estaba ayudando a Ruy a desenredar un nudo de uno de los juegos, dejó de hacerlo al oir su nombre y le miró sin ocultar su asombro, que se confundió con el eco de sorpresa de los demás asistentes. Ruy le tiró de la manga, y ella volvió a intentar deshacer el nudo, sin demasiada atención. Si bien se sabía capaz de hacer varias cosas a la vez, lo que había dicho Alfonso había descolocado por completo su puzzle mental. Y le faltaban piezas.

Siguieron dos horas de explicaciones, aclaraciones, dudas, preguntas, respuestas, amagos de debate, esquemas en hojas de libreta, risas, oratoria redundante, más preguntas y bocetos de declaraciones de intenciones, tras las cuales Ruy dormía sobre la manta aferrado a un ingenio de plástico , las gemelas se entretenían gateando por debajo de la mesa y Matilde recorría la sala acunando en brazos a Damián que no se decidía entre quedarse dormido o parar de llorar. Alfonso se había quitado las gafas y se masajeaba el puente de la nariz, mientras otro de los asistentes le leía el apunte de prensa que entregaría a los periódicos lamentando la muerte de Hildefonso, un par comenzaron a recibir mensajes de sus mujeres preguntándoles dónde estaban, otro era partidario de pedir un par de pizzas, todavía había mucho de qué hablar.

-Iba en serio eso de correr plaza?- Isolda se lo preguntó a Alfonso casi sin alzar la voz, ocupando la silla vacía junto a él, mientras el resto de los presentes y otros que llegaban a cuentagotas, pululaban por el local formando grupos que hablaban entre si, dando el aspecto a la reunión de los prolegómenos de una boda.

-Por supuesto, tu eres el número once, ahora estás dentro

-Pero yo no sé si voy a poder…

-Cómo no vas a poder? Claro que si mujer, además, te necesito en esas reuniones.

-A mí? Yo no tengo ni idea de coaliciones ni de nada que se le parezca…

-Tu eres estudiada, yo no, y sabes hablar, yo soy más de organizar.

-Estudiada si, pero de ahí a…

-Juntos llegamos, ya verás,…mira tu por donde, me ha salido un nuevo lema.- Y lo escribió en su libreta en letras de imprenta. Isolda se pasó las manos por el rostro buscando despejarse un poco, no quería tomar café, si lo hacía no podría dormir en toda la noche.

Román llegó cuando caía la noche, había escuchado la noticia en la radio y supuso que la encontraría allí. Fue él el que llevó a Ruy en brazos a casa, después de que se diera por terminada la reunión.

-Necesitaban gente para hacer bulto, y me apunté, por supuesto que el programa que tiene me gustó y esas cosas, pero de ahí a una mesa de negociación hay un mundo…a lo mejor mañana llamo a Alfonso y le digo que no, que llame al número 12, a lo mejor a ese le hace ilusión- Se lo explicaba sentados ambos a la mesa de la cocina, mientras observaban cómo se iban encendiendo o apagando las luces de las ventanas en el patio.

-Tu piensa que no lo vas a hacer de gratis, y que te viene muy bien lo que puedas ganar, además, una mano lava la otra y quién te dice que te sale un buen chollo de ahí?- La voz rota de Román le infundía siempre calma, como un interruptor que aplacase sus nervios nada más accionarlo, le miró en la penumbra y sonrió.

-Y después traigo los pinchos que sobran, como en la fundación aquella te acuerdas?- Román rio y le ofreció un pitillo, la nube del humo se deshiló hacia el exterior hasta desaparecer en largos trazos.

-Lo importante es participar…

-Como en las olimpiadas..

-O los concursos escolares…

Las semanas siguientes las recordaría después como un sin parar de reuniones y encuentros, ruedas de prensa, declaraciones conjuntas, entrevistas en radio y televisión, intrincados vericuetos burocráticos para acceder a su acta de dipitutada, firmas, fotos de grupo, desayunos, comidas, cenas, noches sin dormir y cientos de llamadas e Emails en todas direcciones, mientras Román se hacía cargo de Ruy al que ella sólo veía ya dormido.

Fue entonces cuando apareció Montatanto.

-A qué hora dices que vienen?- Román salía del baño, rodeándose la cintura con una toalla tras la ducha, desde que trabajaba en Decathlon había adelgazado unos cuantos kilos y limado volumen, seguía siendo ancho y alto, pero su aspecto general había cambiado un poco, o eso le parecía a ella, ahora que se fijaba y le veía medio desnudo, como tantas otras veces, como él la había visto a ella, y por qué se fijaba ella ahora tanto.Tampoco se había afeitado.

-A las once, quedé aquí, porque al parecer quieren ver „mi fondo de armario“- Y formó las comillas con los dedos índice y anular de las manos, al tiempo que alzaba las cejas, Román soltó una carcajada camino de su cuarto deshaciéndose de la toalla.

Isabel Palacios y Fernando Aragón llamaron a la puerta a las once en punto, cuando Isolda había sabido sus nombres y apellidos se le ocurrió que no podían haber elegido mejor el nombre para su empresa, Román había apuntado que „Imperio“ también hubiera sido una opción. Montatanto se iba a encargar de la asesoría integral de su imagen, en las últimas semanas su constante presencia en medios de comunicación de todo tipo la habían vuelto un rostro conocido para el gran público, como Isabel le había dicho por teléfono, y ella se había preguntado a qué „gran público“ podía referirse, ya que ella siempre unía esa definición a actrices y cantantes, y ella no era ninguna de esas dos cosas. Ella estaba dando sus primeros e inseguros pasos en la política.

Isabel era una mujer menuda, de pelo rubio en media melena de alisado japonés y ojos azules, aún en pantalones de pinzas tipo chino y camisola blanca de lino irradiaba una elegancia que amenazaba con intimidar, si bien el calido abrazo y los besos que repartió nada más cruzar el umbral la devolvieron a la categoría de un ser común con el resto de los mortales, Fernando venía de traje pero sin corbata, Román comentaría más tarde que le había recordado a Buster Keaton en alto, ya que la que hablaba era Isabel, él se limitaba a deslizar sus dedos por un I-pad.

-Y el resto está en el trastero, claro, el típico trasiego verano aquí, invierno en trastero y demás…- Comentó Isabel ante el armario de Isolda cogiendo una camiseta de los Rolling-Stones con la punta de los dedos, y recorrriendo con los ojos achinados las tres baldas en las que se mezclaban la ropa de Isolda y la de Ruy.

-No tenemos trastero- Apuntó Román, apoyado en el marco de la puerta de la habitación, Fernando se volvió hacia él con los ojos muy abiertos, pero se limitó a deslizar algo en el dispositivo, Isabel asintió con la cabeza, Isolda carraspeó y recogió del suelo el pijama de Ruy poniéndolo sobre la cama.

-Zapatos tengo más, pero tampoco es que sean de diseño..- Y su voz le sonó a excusa, y notó que se ponía colorada, buscó a Román quien a su vez la miró a ella y le sonrió alzando las cejas, y ella le imitó. Isabel se volvió hacia la habitación y dibujó una enigmática sonrisa oriental en su rostro de muñeca de porcelana.

-Desde cuándo sois pareja?- Comenzaron a hablar los dos a la vez, Fernando cesó de anotar en su I-Pad, Isabel no movió un músculo.

-Compartimos piso desde hace tres años, no somos pareja- Aclaró Román, al tiempo que cambiaba de postura y se apoyaba en el marco contrario de la puerta, Isabel miró fugazmente la hora en su ínfimo reloj de pulsera.

-Llama a Alpha y a Fierro- Ordenó atusándose la camisola con la la palma de las manos, Fernando sacó otro dispositivo del bolsillo interior de su chaqueta y excusándose salió del cuarto.

-El café con leche?- Preguntó Román, Isolda acabó de convencerse de que él era capaz de leer sus pensamientos, Isabel ladeó la cabeza y sonrió abiertamente por primera vez desde que había llegado.

-Más café que leche, sin azucar, gracias todo un detalle- Román asintió y se alejó hacia la cocina.

Alpha, una mujer joven con mono vaquero y una chaqueta azul larga de lana y un hombre de gafas de pasta marrones, bermudas beig ,camiseta polo verde y zapatos ingleses con calcetines, no llamaron al timbre, tamborilearon levemente la puerta con los dedos y Fernando les abrió, no se entretuvieron en saludos y les llevó hasta la cocina, que, a falta de salón, se convirtió en centro de operaciones donde Román preparaba café y la mesa se llenó de tablets, Ipads y demás dispositivos electrónicos. Fierro llegó cerca de media hora después, un hombre con el pelo casi al rape y cicatrices de quemaduras en las manos y en parte de su cabeza ,que trajo una bolsa grande con croissanes y una caja con doble fondo de pastas de Titulcia.

-Empecemos por los básicos: Tu madre y tu hermano, algún miembro más, además de Ruy, por supuesto?

-Mi madre vive en Albacete, bueno, en Albacete no, a media hora, trabaja en la oficina de correos…aunque ahora está de baja, creo, por cosas de ciática o hernias discales…no me explicó bien, mi padre murió hace quince años. Mi hermano Hugo es licenciado en Bellas Artes y trabaja de reponedor en el Mercado Central desde hace relativamente poco, antes repartía publicidad- Isolda sentada a la mesa de la poco espaciosa cocina, rodeada de aquel variopinto grupo de gente desconocida, trataba de encontrar las palabras adecuadas para contar su vida sin entrar en demasiados detalles, la mujer Alpha tecleó algo en su portatil.

-Bellas Artes, lo podemos mover a Galerías, yo me ocupo.

-Qué Galerías?- Preguntó Isolda, Isabel le acarició el antebrazo y tomó un trago de café.

-Ella se ocupa- Y guiñó los ojos, el hombre Alpha deslizó algo en su Ipad.

-Ruy- Y se hizo el silencio, y todos miraron a Román que disponía los croissanes en una bandeja.

-No es mío, si es lo quieres saber- Respondió sin volverse hacia la mesa y sin dejar de hacer lo que estaba haciendo, Isolda se tragó la risa y cogió una pasta de Titulcia triangular con una almendra encima.

-Ruy tiene padre, lógicamente, pero no sé quién es…quiero decir, fui a una fiesta de Erasmus en un local que ya no existe y, bueno, pues, me decidí por tenerlo…- Trató de explicarse, para luego morder la galleta y no dar más explicaciones.

-No fue Invitro, quieres decir

-No, fue un encuentro fortuito….

-„Fruto de una relación anterior“

-Pero es que yo no tengo ahora „relación“, como para que sea de la „anterior“..- Protestó Isolda tapándose la boca para que las migas de la galleta no se esparciesen por la mesa, el hombre Alpha carraspeó.

-Me hago cargo, pero así no tenemos que ahondar en explicaciones que no quieras dar- Explicó con calma mientras escribía algo en su tablet, Isolda asintió y miró fugazmente a Román quien apoyado en una encimera de espaldas a ellos esperaba otra vez a que subiese el café en la cafetera.

-Este apartamento por ahora es factible, más adelante ya veremos- Fierro entró en la cocina blandiendo un catalejo, y abrió la ventana para otear con él la distancia- …más adelante, ya veremos- Repitió para luego plegar el catalejo y apoyarse en el fregadero, dejando la ventana abierta, lo que regaló corriente al atestado espacio.- Quién vive en el apartamento B?

-Creo que son estudiantes, pero no estoy segura, antes vivían dos hermanas ya mayores, pero se fueron a una residencia…

-Estudiantes de dónde?- Isolda negó con la cabeza y Román se encogió de hombros, era algo en lo que nunca se habían fijado, Fierro sacó su móvil del bolsillo y abandonó la cocina al tiempo que hablaba con alguien.

-Román-Dijo la mujer Alpha alzando la vista hacia él, pero sin denotar expresión alguna, Román se volvió y recorrió todos los rostros que le observaban por un instante.

-Mis padres viven en el Algarve portugués, en Quarteira al menos la última vez que supe de ellos, no sé si han mudado, profesión „sus labores“- y se pasó una mano por el rostro, obsequiándoles con una media sonrisa, Isabel había ladeado levemente la cabeza, como Isolda había observado que hacía en ocasiones cuando algo le llamaba la atención, estuvo tentada a imitarla, ya que a ella también le había llamado la atención la información, en todo ese tiempo nunca le había preguntado a Román por su familia, ni él le había contado nada- Mi hermano Mateo falleció hace diez años en accidente de tráfico, conducía yo, pero la culpa fue del otro, en fin- Perdió su mirada ahora más negra que nunca, o así le pareció a Isolda, en el patio interior y cruzó los brazos- Yo soy licenciado en Historia por la Universidad de Salamanca, trabajo en la sección de Deportes Acuáticos de Decathlon, y cuido de Ruy cuando ella no puede- Y le guiñó un ojo, y ella rio sin saber por qué, los demás presentes escribieron o anotaron algo en sus dispositivos electrónicos y sólo pararon en el momento en que escucharon subir el café.

-Se me había olvidado que sonaba así, fíjate, y el olor, yo es que tengo una de Nespresso y claro, no hace ese gorgoteo….me voy a tener que comprar una, no es mala idea, Fer…. -Y mientras lo decía, Isabel alcanzó una pasta de Tiltucia con la punta de los dedos, Fernando asintió y escribió algo en una libretita que sacó del bolsillo. Fierro regresó entonces y se situó de nuevo junto a la ventana.

-Mi prima lo hace en una tartera, no sé cómo…- Anotó el hombre Alpha sin apartar sus ojos de su tablet.

-„Café de pota“ el mejor en Galicia, y con gotas ni te cuento- Fierro oteaba de nuevo con su catalejo el patio, ahora desde la puerta de la cocina.

-De Ulloa- Sotomayor Valdevientos?- La mujer Alpha volvió a elevar su mirada hacia Román sin mostrar expresión alguna, Roman abrió una de las alacenas y cogió varias tazas que puso sobre la encimera, volviéndose a medias para asentir con la cabeza.

-Valdevientos?- Preguntó Isolda sin esconder su asombro, Isabel guiñó los ojos y por una vez no ladeó la cabeza, Román pareció sonreír para si mientras servía el café.

-Somos una familia muy extensa- Anotó entregándole a cada uno una taza.

-Un catalán, un coreano, y dos vascos- Comunicó el hombre Alpha dirigiéndose a Fierro, este asintió.

-Suena al típico chiste de „van unos en un tren“, pero lo dicho, por ahora factible…por ahora- Y remarcó sus palabras levantando el dedo índice de su mano derecha, el único libre de cicatrices, para luego volver a sus labores de observación con el catalejo mientras comía una pasta de Titúlcia.

En eso a Isolda le sonó el móvil, se incorporó casi de un salto al ver el número y cambió instantáneamente el movil de oido, como Román sabía que hacía cuando se ponía nerviosa, ella le miró casi presa del pánico.

-Es Ruy, que se ha caido del tobogán de cabeza…- Román se adelantó a cogerle el teléfono.

-No te preocupes, yo me ocupo- y haciéndose cargo de la llamada salió de la cocina a paso vivo para abandonar después a la carrera el apartamento. Isabel hizo sentar otra vez a Isolda y le pasó una tablet con la más amable de sus sonrisas.

-Y ahora nos vamos a ir de compras cielo, desde aquí mismo, no es maravilloso?- y le pasó una pasta de chocolate, Isolda meneó dudosa la cabeza y se la aceptó fijándose entonces en la pantalla de la tablet por la que desfilaban varias modelos de Teresa Helbig, Isabel reaccionó a su mirada escéptica con una risa cantarina, como de hada madrina de cuento.

Ruy llegó en brazos de Román, apoyando su rizada y roja cabeza sobre su hombro, sus ojos, normalmente azul cristalino, estaban hinchados de llanto, y un emplasto adornaba su sién izquierda, en la mano llevaba una jirafa azul con lunares rojos. Isolda quiso cogerle en brazos, pero Ruy prefirió quedarse en los de Román al tiempo que se ponía su chupete y cerraba los ojos aún con un eco de llanto en su respiración, ella le besó el emplasto y volvió a la cocina, mientras los dos se metían en el cuarto de ella.

-Yo creo que un caoba claro, con reflejos rubios le va mejor que bien…

-Ella es claramente castaña oscura, y tiene una tez pálida, si la pones de rubia la matas…

-Entonces caoba con tonos café, en vez de rubios, y le subimos el comienzo del pelo, y ahuecamos, menos ceja, afinamos un pisco la nariz, más labios….

-Las manos….

-Las manos en carmin o en opal, dependiendo de la ocasión…porque hija, las tienes como las de „La más grande“….

-Pues si, fíjate , no me había fijado, y eso que se las hice una vez….ya llovió….

-Y brillos, muchos brillos….

Isolda asistía a esta conversación semi tumbada en un cómodo sillón de terapias estéticas, sin poder tomar parte ya que su rostro estaba oculto tras una mascarilla facial que le impedía siquiera mover un músculo. Alguien le tomó la mano derecha, otra persona la izquierda, una tercera persona el pie izquierdo una cuarta el derecho, optó por cerrar los ojos y dejarse llevar por la relajante música que escuchaba de fondo, como de violines sin violines y lo que le pareció el sonido de las olas del mar.

Montatanto la dejó delante de su portal a última hora de la tarde, recordándole que se verían al día siguiente a las diez. Nada más abrir la puerta de su casa, le recibió un sabroso olor a algo que Román estuviese cocinando y los gritos de Ruy mientras venía corriendo a recibirla.

-Bapa- Ruy escondió su cara entre sus manitas embadurnadas de pintura de témperas y le dió un beso de chocolate en la mejilla, Román le dio la probar una cuchara de madera con una salsa densa y oscura que sabía a tomate con algo más que no supo definir, pero que le abrió el apetito, no se acordaba de la última vez que había comido ese día, además de las pastas de Titulcia.

-Bapísima- Confirmó Román, volviendo a las cazuelas, ella se sentó junto a Ruy y le acarició la mata roja de rizos, aún tenía el emplasto, pero estaba menos hinchado, según Román en urgencias le habían dicho que no le quedaría cicatriz.

Antes de cenar decidió darse una ducha, ya que tenía la impresión de haberse caido en una marmita de crema hidratante para que después alguien le aplicase laca en grandes cantidades.

Román había cocinado una salsa de tomate con calabacin y berengena, y en lugar de acompañarla con pasta se había decidido por arroz, para la ocasión abrieron una botella de vino. Ruy cenó un buen plato y ella lo llevó a dormir, le daba la impresión que hacía semanas que no lo veía. Después se reunió con Román en la cocina.

-Y de qué Valdevientos eres, de los de los bancos, de los constructores, de los transportes…- Se habían sentado mirando hacia el patio, con los pies sobre la calefacción, su rutina nocturna desde que vivían en aquel piso.

-De todos y de ninguno

-Venga Román, que soy yo, que parece mentira hombre, no es que me importe que nades en pasta o no, pero enterarme así…

-El que iba a hacerse cargo de las cosas era mi hermano, a mi me dejaban en paz con mi „capricho“ de estudiar historia, pero se nos cruzó uno que se creía Aiton Senna y…bueno, él se quedó alli- Miró por un momento la brasa de su cigarrillo, ante de tomar otra calada- no me echaron la culpa, porque no la tenía, pero el vacío puede oradar montañas y me fui.

-Pero tenéis contacto o estáis enfadados?

-No, les llamo a veces, y me bajo cuando tengo humor, mi padre viene a menudo y hacemos algo juntos, mi madre no, y yo lo respeto.

-Así que eres un rico heredero

-Heredero del turno de mañana

-Román, esto va muy rápido…

-Rápidos van los trenes y no todos descarrilan, tu haz lo que te diga Montatanto y no hay problema…

-Y si sale mal…?

-Siempre podrás decir la frase „era joven y necesitaba el dinero“, además te vas a codear con gente importante, vas a ir a saraos, a viajar, mal no lo vas a pasar…

-Y Ruy? Me da la impresión de que me lo estoy perdiendo, no sé, todavía es muy pequeño…

-Él sabe quién es su mamá, y eso es lo más importante- Miró por un instante el reloj de la cocina- como también es importante dormir, que si no este servidor mañana es un zombi que vende piraguas…- Y se incorporó para estirarse cuan largo era.

-Román

-Si Mylady…

-Gracias…

-Las que tu tienes „bapa“, que duermas bien- Y pasandole fugazmente la mano por la cabeza abandonó la cocina, ella le siguió con la mirada y cerró los ojos relajando la cabeza en la nuca, no era mala idea irse a dormir.

Montatanto llegaron acompañados de tres operarios en mono gris. A su pregunta sobre qué venían a hacer los operarios a su casa, Isabel le contestó que la casa estaba falta de armarios, y sin más dilación la apremió a apurarse un poco, ya que de lo contrario llegaría tarde a su primera cita del día. Y se sumió en una borágine durante la cual visitó incontables showrooms de firmas de alta costura y de pret-a porter, presidió comités, dirimió debates, viajó a Bruselas, Londres y Ginebra, se reunió con asociaciones vecinales, representantes de grupos antisistema, plataformas de padres, enlaces sindicales, reuniones de los grupos en coalición, habló en radio y televisión, acudió a eventos, se acostumbró a verse en los periódicos, recibió clases intensivas de inglés y francés, de oratoria, de protocolo, y un gabinete logopédico perfeccionó su dicción y ritmo de respiración.

„EL NOVIO CAÑÓN Y FORRADO DE ISOLDA LINDERO“, acompañaban el titular fotos de Román, tomadas mientras hacía jogging por el parque, y en su posterior intento de despistar a los fotógrafos. „CÓMO SE CAZA UN MILLORARIO?“ , alguien les había hecho una foto mientras paseaban con Ruy por las calles aledañas a su casa, Ruy de la mano de ambos. „VALDEVIENTOS. NUESTROS ROTSCHILD“, y a lo largo de varias páginas a todo color se desgranaba la historia de la familia materna de Román, con fotos incluidas.

-Pues sí que han debido de buscar en el fondo del baúl de las fotos, esta es de la puesta de largo de mi madre y mi tío Gervasio murió antes de nacer yo…- Román miraba con interés las fotos, sin poder evitar reirse, Isolda, sentada frente a él a la mesa de la cocina miraba las fotos del parque.

-Y tienen razón, estás cañón…

-Tengo que dar ejemplo al cliente potencial…- Ella suelta una carcajada descreida, él hace que se arregla el peinado, se miran un instante, pero antes de que puedan decir nada, Ruy entra en tromba en la cocina imitando el ruido de las aspas de un helicóptero, Román se incorpora y lo alza del suelo, haciendo de él un avión y perdiéndose con él por el apartamento, Isolda sonrió al escuchar las carcajadas de ambos, se disponía a unirse a la pequeña flota aerea, cuando vibró su móvil. Respiró hondo. Montatanto.

-Ni se os ocurra salir ahora

-Ya

-He vaciado tu agenda para este fin de semana. En casita y tranquilitos. OK?

-OK

-Porque estáis „tranquilitos“…

-Tranquilísimos…

-Perfecto. El lunes a las ocho. Happy Weekend, dear!- Ella le deseó lo mismo, imitándola en los gestos, ahora que no la veía,y dejó con desgana el móvil sobre la mesa, se volvió hacia el patio de manzana, un hombre estaba cortando el pelo a otro junto a la ventana del tercer piso de la casa azul, sonrió, y se acordó de cuando su madre lo hacía con ella. Su madre. Tendría que llamar a su madre.

-Me he bajado todo „Dowton Abbey“…- La voz de Román la hizo volverse.

-No lo digas muy alto….

-Me he bajado todo „Dowton Abbey“…-Susurró él entonces haciendo altavoz con las manos, la hizo reír.- Y pedimos media tonelada de pato agridulce y toda la producción de arroz de Vietnam Este….

-Y cerveza

-Eso que no falte..

Se pasaron el resto del fin de semana en casa, tranquilos, como había ordenado Montatanto, con los móviles desconectados y sin atender al telefonillo. Aprovecharon para ordenar los nuevos armarios a medida que recorrían el apartamento de parte a parte, jugar con Ruy y verse todo Dowton Abbey mientras comían pato agridulce con arroz regado con cervezas heladas.

El lunes a las ocho en punto, Isolda ya estaba de nuevo en su papel de diputada ,tacones en ristre, esperando que Montatanto le hiciera una perdida para que bajara, Román le preparó su vaso termo con café con leche, más café que leche y tres de azucar, y se lo tendió como haría un camarero del Ritz. Y se hizo el silencio entre ambos, como cuando el mar se retira, y algo quiso decirle él que ella ya sabía, y él se adelantó un paso, cuando llamó Montatanto. Y volvió el mar. Él le abrió la puerta, pero ella no se decidió a salir.

-Ve…

-Pero…

-Ve..

Y bajó las escaleras, mirando de vez en cuando hacia atrás, hasta que le perdió de vista y escuchó que la puerta volvía a cerrarse.

A partir de ese momento al apartamento volvió a sobrarle una habitación, y aquellos que les observaran desde las otras ventanas del patio de manzana les tomarían por lo que eran,una pareja bien avenida con un niño pelirrojo de rizos. Él llevaba la casa y atendía a Ruy mientras ella se sumergía en un laberinto político en el que nunca había tenido intención de meterse. A eso se unió que Fierro llegó a la conclusión de que el apartamento no era viable en aras de una mínima seguridad, y que la prensa descubrió un filón en Román, que no podía dar un paso sin verse asaltado por una horda de paparazzi, que le perseguían haciéndole todo tipo de preguntas absurdas. Una tarde, mientras se dirigía a hacer una visita a su tía Soledad, hermana de su madre, a la que creía debía una explicación después de que los Valdevientos pasasen a ser los protagonistas absolutos de prensa y televisión, una nube de fotógrafos y micrófonos se le echó encima a dos calles de su objetivo, y se vio de pronto cercado contra la pared de un edificio con focos de cámaras cegándole y preguntas a gritos. Él, como única salida posible, sacó su móvil y llamó a su primo.

Se subió al coche como quien escapa de un dinosario enfurecido. Su primo Álvaro se incorporó al tráfico casi llevándose por delante a un par de cámaras de televisión y haciendo caso omiso de los gritos y protestas posteriores.

-Te van a poner a caldo…

-Que me pongan…Primo!…años sin vernos…y ahora así!…luego te doy un abrazo…- y Álvaro le dio una palmada sobre un muslo riendo.

-Es que ya no sé que hacer….

-A Lotta le pasó lo mismo….llegó a no querer salir a la calle….

-Mis padres se han ido a Nueva York…hasta allí no van a ir…

-Por qué crees que hice lo de Ávila?…Voy a dar una vuelta absurda y volvemos a casa….entramos por atrás….

-Isolda quiere convertirse en avestruz….

-Pero estar estáis- Si bien Román tenía el pelo y los ojos oscuros, ambos primos se parecían en las facciones heredadas por su común Valdevientos, marcadas y correctas, en su debido lugar.

-Estar estamos…..siempre estuvimos, al menos yo, era cuestión de tiempo….

-Espera un momento-Álvaro accionó un dispositivo en el volante, Lotta respondió con un „Digamelón“, Álvaro sonrió y miró a Román quien supone que sólo un hombre enamorado hasta la médula puede sonreir así- Lotta? Dile a Fuen que prepare las habitaciones de atrás y que Pedro vaya a las señas que te envié…

-Muy bien…estáis bien?- La voz enlatada de Lotta no dejaba de ser dulce, Román se ríe.

-Hemos sobrevivido- Lotta soltó una carcajada

-Estamos llegando, amor-

-Ya se lo digo- Cuelgan.

-Muchas Gracias

-No digas tonterías

 

-Y tu no tienes nada que ver- Su hermano Hugo siempre empezaba las conversaciones desde un punto del que nadie sabía el origen, ella optó por una respuesta negativa, si algo había aprendido en ese corto espacio de tiempo era que era más fácil convertir una negación en afirmación, que lo contrario- Me llamaron ayer y empiezo mañana, no sé cómo se lo tomará Bernardo, pero Gallager es Gallager….

-Quién es Gallager?

-El marchante, la galería… tú en qué mundo vives?- Ella optó por no contestar- Y por eso te quería preguntar…no vaya a ser que te meta yo en un embrollo…

-No, no creo…- Y apuntó en un papel que tenía que preguntárselo a Montatanto.

-Ya pregunté y puedo ir normal….

-Normal

-Nada de trajes o eso

-Mejor, créeme..

-Paso un día y te cuento…pero eres Kissinger sister, no hay quién te localice!

-La próxima vez llamas a Román…

-Ay pues es verdad…bueno, hasta más ver u oir, dale un beso a mi sobri..

-Será dado…y enhorabuena a los premiados!- Hugo soltó una carcajada y ambos colgaron, ella le envió un mensaje a Montatanto, que respondió con un emoticono sonriente, ella correspondió con un Gif de Dory parpandeando. Después volvió a sumergirse en el boceto del discurso que debía dar esa tarde en la sede de la Asociación Provincial de Amas de Casa. Se preguntó con qué cara iba ella a presentarse ante aquellas mujeres, si hacía semanas que sólo iba a una casa, que ni siquiera era la suya, a dormir y veía a su hijo a través de los videos que le enviaba Román varias veces al día, de pronto tuvo ganas de llorar, pero no pudo, la puerta de su despacho en la nueva sede del partido se abrió sin que ella hubiera dado permiso para hacerlo, dando paso a un exultante Alfonso que entró dando una sonora palmada que la hizo dar un respingo.

-Ministerio!

-….

-Tenemos Ministerio

-Alfonso, no sé de qué me estás hablando…

Tres miembros del partido entraron entonces, dando también palmas, ella se incorporó sin saber qué era lo que se suponía que tenía que hacer.

-Te puedo seguir llamando de TU, Señora Ministra?- Ella se tuvo que apoyar en la mesa, por una fracción de segundo, le había dado la impresión de que el despacho, con todos ellos dentro iba a comenzar a girar. Los otros se acercaron a ella y se turnaron en besos y abrazos, uno salió corriendo en busca de champán.

-El Ministerio de Asuntos Sociales es nuestro!- Y la voz de Alfonso le sonó como la de alguien que acabase de ganer el Gordo de la lotería, ella alcanzó a sentarse en su silla, temiendo que la habitación amenazase con girar otra vez.

-Alfonso…

-Pero alégrate mujer, que parece que te hubiesen condenado a la horca!

-Alfonso…yo no puedo ser ministra…yo…es mucho para mi…- Se habían quedado solos, los otros se habían marchado en busca de los demás integrantes para brindar, Alfonso acercó una silla a ella y se sentó, sin rastro de sonrisa alguna en su rostro, levantándole suavemente la barbilla con el dedo.

-Por supuesto que puedes, Isolda. No nos querrás aguar la fiesta…- Ella alcanzó a mirarle, pero no le reconoció, como temía también ,llegado el momento, no reconocerse a sí misma. Y quiso llorar otra vez, pero el despacho se llenó de gente blandiendo botellas de champán y cantos própios de estadios de fútbol tras la victoria de un campeonato.

Y se fue. Cogió su bolso y se fue corriendo. Cuando llegó a la calle, se sorprendió a si misma huyendo sin saber a dónde. Se paró y trató de respirar con normalidad. Al paso de un taxi, le hizo seña y se subió.

En Decathlon esa semana estaba dedicada a „Valles y Montañas“ y a todas las actividades deportivas que se pudiesen realizar en ambos parajes. Ella entró por la puerta principal haciendo caso omiso de los comentarios que escuchó a su alrededor de aquellos que la reconocieron, a paso firme y rápido se dirigió a la zona de deportes acuáticos, Román se encontraba en ese momento reponiendo gafas de natación, cuando la vio las dejó caer al suelo sin dar crédito. Ella se acercó a él y le cogió de la mano sin mencionar palabra, para después casi a la carrera buscar un lugar en el que poder hablar con tranquilidad, encontrándolo dentro de una tienda de campaña de tres espacios a la que cerró la cremallera de acceso al interior tras sí.

-Algo con Ruy…

-No

-Te han echado…

-No

-Quieres comprarte una tienda de campaña…

-Román, por favor, esto es serio….me han hecho ministra..- Él escondió el rostro entre las manos, ella negó con la cabeza.-Yo renuncio…

-Estás loca?

-Todo va muy rápido, Román, y no doy, no doy…

-Claro que puedes…

-No sin ti…

-….

-Puedo si estamos juntos en esto, necesito que seas mi „No te preocupes, ya lo hago yo“- Él le regaló media sonrisa y su voz rota pulsó el interruptor de la calma.

-Acaso no lo soy ya?- Un rumor de voces se acercó entonces a la tienda, algún flash, el móvil de ella empezó a recibir whatsapps ininterrumpidamente, el de él vibraba y sonaba sin tregua. Ella le cogió la mano, el carraspeó y entrelazó los dedos de ella con los suyos, se miraron un instante y él subió la cremallera de la tienda.

 

„A tenor de la inesperada visita de la Ministra de Asuntos Sociales, Isolda Lindero López, a la filial de Decathlon esta mañana, hemos de informar de la intención de su Ministerio de surtir de tiendas de campaña tipo JumpLake 4 a todo aquel colectivo que se vea afectado por la pérdida súbita de vivienda, bien por catástrofe natural bien por accidentes ajenos a su voluntad. La Sra. Ministra se complacerá en dar una rueda de prensa al respecto, que se anunciará en los próximos dias.“

Agencia Montatanto

Sábado

28 domingo Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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-Esto es un bote de cacao

-…..

-Es amarillo y tiene un elefante azul que va en patín.

-….

-Está según entras en el mismo pasillo a mano izquierda, justo después del café- Lo sostiene ante él como quien presenta un producto en un anuncio de televisión, él mira el bote de cacao y luego la mira a ella, parpadea y asiente, luego vuelve a la revista que estaba leyendo, la misma página desde que ella se la había dado. Ella coge un yogur de fresa de encima de la mesa, se lo muestra como antes había hecho con el cacao, él sigue mirando la revista.- Cielo..- él vuelve a mirarla, sonríe, ella lo intenta- Esto es un yogur, de fresa…compras seis, están recorriendo el pasillo del cacao hasta el final, torciendo a la izquierda- él parpadea, y le coge el yogur de las manos, lo observa en silencio, ladea levemente la cabeza.

-Fresas- Dice, y parpadea otra vez, parece sonreír y se lo da otra vez para volver a la revista, pasa la hoja, ella espera un instante, sin moverse, él vuelve entonces a la hoja anterior, ella vuelve a respirar y traga el nudo en su garganta, mira fugazmente al techo, carraspea, respira hondo sin hacer ruido- Cielo..- él la mira y sonríe, ella le muestra una paquete de pañales- Y pañales de la talla 2, da igual la marca, pero tienen que ser del 2, cuatro paquetes- Él no la mira, algo ha llamado su atención en la galería, Nora se ha despertado, se incorpora y se aleja despacio hacia la galería, le observa coger con delicadeza al bebé en sus brazos, Tessa aún duerme, vuelve con Nora contra si, besándole la cabecita- Cielo..-Él se sienta y se asegura de que Nora tiene el chupete- Cielo.-Él la mira un poco enervado, pero después sonríe- Tres paquetes, da igual la marca…

-Tres paquetes…de qué?

-Pañales..

-Ah si, claro para estas señoritas…

-Exacto…del dos, del número dos…-Él asiente y comienza a tararearle una canción a Nora, quien parece haber vuelto a dormirse. Ella coge un papel y escribe en letras mayúsculas CACAO, YOGURES 6, PAÑALES x4 talla 2.

Dimas baja las escaleras de dos en dos, ella siempre tiene miedo a que tropiece, caiga, y se rompa algo, pero no, salva los últimos tres peldaños de un salto y aterriza en la alfombra que hay ante la puerta principal. Ya se ha puesto el plumifero y el gorro, sólo le faltan las botas.

-Dimas, mi vida, mira, hoy tú buscas las cosas en el super, no es maravilloso?…mira, aquí está la nota- A Dimas se le ilumina la carita, y da un par de saltitos, coge la nota y la lee.

-Cac..cacaao, Yo..yogyogures 6, Paña..le.les 4

-Con un 2, tienen un 2 en el plástico…

-OK…pero papá también sabe leer…

-Claro, mi vida, papá sabe leer..- Tessa se ha despertado, y parece querer demostrárselo a los cuatro vientos, ella se apura a la galería a cogerla antes de que lo haga él. Él juega con Nora sobre la manta del suelo.- Cielo, Dimas ya está listo…ya podéis iros…- Él la mira y asiente.

-Vale, me das la nota?

-Ya se la di a Dimas, hoy puede buscar las cosas él…

-Y si no las encuentra?

-Pues le ayudas tú

-Ah claro…- Se incorpora y se dirige despacio al recibidor, le observa ponerse la parka, el gorro y las botas, Dimas se pone el gorro y abre la puerta, él parece pensar algo, ella no se mueve, no respira, él mira en su dirección con los ojos ligeramente guiñados, pensando, de pronto se ríe y se da un ligero golpe con la palma de la mano derecha en la frente, volviendo sobre sus pasos al salón- El coche sin llaves no anda….en qué estaré pensando..- Y vuelve a reír, se acerca a ella y la besa fugazmente, le acaricia a Tessa la cabecita y padre e hijo se van. Ella vuelve a respirar, eso querría saber ella, en qué está él pensando. Busca sentarse sobre la manta del suelo y deja a Tessa junto a su hermana. Nora busca a Tessa, y ésta confunde la barbilla de su hermana con un chupete. Ella suelta una carcajada. Que la asusta. No sabía que aún tuviera reservas de ellas.

Padre e hijo regresan dos horas después. Dimas acarrea tres bolsas de naranjas, que deja sobre la mesa de la cocina, para volver corriendo a ayudar a traer el resto, regresa con dos packs-ahorro de zumo de piña. Cuatro bolsas XL de patatas fitas, tres packs de pizza Margarita congelada, veinte plátanos, dos melones, tres bolsas de manzanas, dos lechugas, dos kilos de tomates, seis tabletas de chocolate, dos botellas de champú, queso mozarella, jamón serrano, dos salamis, una caja de llaves inglesas de todos los tamaños, dos botellas de vino chileno, galletas de limón, dos solomillos, un ganso congelado, tres tarrinas XL de helado de vainilla y chocolate, dos garrafas de detergente para blanco, una garrafa de detergente para ropa muy sucia, una garrafa de detergente color, una botella de suavizante con olor a aloevera, pasas, tres lasañas vegetarianas, dos de carne, pan de horno, pan de sandwich, sushi, una pelicula de video para hacer pilates, tres packs de pilas, dos docenas de huevos, alubias rojas, seis latas de melocotones en almíbar y cuatro paquetes de harina para celíacos.

-Mira, mamá! Cuántas cosas!- Exclama Dimas, al tiempo que le muestra una bolsa gigante de grageas de chocolate, ella se limita a fingir una sonrisa cómplice, él regresa con dos botellas de champán francés, que le muestra guiñándole un ojo, para acercarse a ella y darle un sonoro beso.

-Y si se brinda, que sea con champán francés….quién dijo eso?…no sé…pero es un genio- Y se ríe, Dimas se llena la boca de grageas y asiente, sin saber a qué.

-Papá daba vueltas y vueltas y vueltas y vueltas sin coger nada….yo cogí todo eso…lo hice bien mamá?- Y a ella le vuelve el nudo, y se lo traga, mira fugazmente al techo, y sonríe, o al menos eso cree.

-Claro, mi vida! Todo perfecto!Sois unos profesionales!- El padre ha comenzado a guardar las cosas en las alacenas, sin dudar un momento qué va dónde, ella le quita a Dimas el gorro y le ayuda con la cremallera del plumífero, él se mete otra mano de grageas en la boca, ella le da un beso. – Cielo…me ha llamado Nuria, que quiere que pase un momento a ver una cosa, es ida por vuelta, y después hacemos la cena, vale?…-Él la mira un instante y parpadea, sin decidirse a guardar una lata de melocotón.

-Nuria…

-Si, Nuria…las niñas ya están comidas y cambiadas….vuelvo ahora, Dimas, tú ayudas a papá, si?

-Pizza!!

-Ida por vuelta cielo….no tardo nada…- Él asiente y sigue guardando cosas automáticamente.

Ella se calza la botas, se pone el plumífero, un gorro y coge su bolso,cierra la puerta sin hacer ruido. Alcanza a tomar el autobús, no se sienta, son sólo dos paradas hasta el supermercado, recorre el parking a paso rápido pero sin correr, dos botes de cacao, dos paquetes de pañales talla 2 y un pack de seis yogures de fresa, paga en efectivo, y regresa en el siguiente autobús. Deja la compra en el metido junto a la puerta.

-Lasaña!! Mamá!….- Dimas da saltos de alegría por el salón, una de las niñas se asusta y empieza a llorar, el padre la coge y cesa el llanto.

-Qué bien!…ya pongo la mesa…- Él se le acerca con la niña en brazos y se la pasa.

-No, eso siempre lo hago yo…

-Ay sí, cielo…en qué estaré pensando….

*Con el fin de evitar falsas conjeturas, me gustaría aclarar que  la forma de actuar del personaje del padre corresponde a los síntomas del denominado “Síndrome del Burnout” (Burnout Syndrome). El “Síndrome del Burnout” es un transtorno mental que afecta a muchos hombres y mujeres en el mundo. Sirva esta historia como pequeño homenaje a tod@s aquellos que lo padecen, a sus familias y los amigos que les ayudan a superarlo. Muchas Gracias.

Trosiak

26 viernes Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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La descubrió entre la multitud gris y marrón que se agolpaba en aquel inhóspito lugar. Envuelta en mantas de un color indefinido, el rostro oculto por un echarpe de lana. Su primer impulso fue abrirse camino hasta ella a través de la masa de gente, pero no se movió un ápice. Ocultó aún más el rostro en el capuchón que cubría su cabeza. Los dos en territorio hostil. Demasiados ojos. Aún demasiada luz. Sin previo aviso comenzaron a abrirse los portones de madera que daban entrada a la ciudadela, y la multitud comenzó a desplazarse a la vez y en la misma dirección, como lo hace el agua de una esclusa al abrirle las espuertas, arrastrando, vapuleando, pisando, empujando, gritando y pegando, sin orden ni razón. Y él se vio sumergido en ella, sin poder siquiera dirigir sus propios pasos. Ya cerca de los portones, se atrevió a mirar en derredor. La había perdido. Se embozó de nuevo y bajó la cabeza al cruzar al interior, entre lotes, mulas, enseres, carros, sacos, llantos, gritos, golpes, caídas, charcos y la más cruda desesperación hecha ser.

Entonces empezó a nevar. Y volvió a haber empujones y golpes para conseguir un lugar bajo techado en el que pasar la noche, lo que regaló después al interior de la fortaleza un aspecto de paisaje marrón y negro de mantas que cubrían cuerpos arrimados para lograr calentarse. Él recorrió uno de los laterales de la muralla, con techados más amplios, donde había observado habían buscado cobijo mujeres y niños. Buscó la oscuridad. Se sentó contra el muro, rodeado de bultos informes. Cerró los ojos, aún sabiendo que no conseguiría dormir.

-Trosiak- Era tal leve el susurro que por un momento pensó habría sido el viento, que soplaba cruzando los alprendes. Abrió los ojos en la oscuridad de su capuchón, pero no se movió. Recorrió con la mirada uno a uno los montones a su alrededor, inertes y oscuros. A su izquierda uno de los bultos pareció moverse. Giró la cabeza y la vio. Había liberado su cabeza de la manta que la cubría, aún en la penumbra era patente su palidez y su rostro denotaba un agotamiento al que fue incapaz de dar nombre. Ella volvió a ocultarlo bajo la manta y se apartó de nuevo a la oscuridad. Él no se movió. Luego comprobó que todos los bultos continuaban inertes y escuchó el silencio, sólo roto por el silbo del viento y los bramidos lejanos de las bestias. Se deslizó hacia donde había visto hacerlo a ella. De una vez. Sin hacer ruido. Notó como una mano acariciaba sus ropas, para volver a desaparecer después. Él también se atrevió a hacer lo mismo. Se mantuvieron así, sin siquiera moverse o hacer atisbos de mirarse, tras escuchar voces provenientes de algún lugar. En un momento, ella palpó las ropas que le cubrían a él hasta alcanzar su mano y tomándola en la suya la introdujo debajo de sus mantas. Trosiak se volvió hacia ella de pronto, sin cerciorarse de nada, al entender lo que ella había tratado de decirle. Bajo varias capas de mantas y ropa informe que la cubrían, ella escondía un ya voluminoso vientre. Trosiak hundió su rostro en las manos y después se aferró la boca con una, para no gritar. Escucharon pasos. Ambos volvieron a ser sombras oscuras inertes contra un muro. El buscó el vientre de ella otra vez, cuando regresó el silencio, y se giró a medias, recuperando algo que creía haber perdido en algún punto de la huida, su sonrisa, o lo que recordaba de ella.

-Cinco pasos. Cinco pasos tras de ti- buscó mezclar su susurro con el viento, ella negó con la cabeza- Cinco pasos-repitió casi acercando su cabeza a la de ella, quien le buscó en la oscuridad y reuniendo su mano con la de él asintió en silencio, él abarcó entonces el vientre con la mano, encontrando los ojos de ella en las sombras.

-Trosiak- apenas un siseo, que le devolvió su nombre y lo que representaba, y se atrevieron a ensayar la sonrisa, apenas, casi con miedo. Para volver después cada uno a su lado de la oscuridad.

Al abrir el alba, los montículos a su alrededor se fueron erigiendo en grupos indistintos de mujeres, niños y ancianos, que no perdieron tiempo para reunir sus portantes para continuar camino. Trosiak esperó a que ella se incorporara, para hacerlo él, pero permaneció apoyado al muro, embozado en sus mantas y su capuchón.

La multitud se puso en marcha en cuanto se abrieron las puertas de la ciudadela. Ella esperó a que saliese la primera impronta para avanzar. Sin mirar atrás.

Él contó entonces.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco.

Toc-Toc

23 martes Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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La ventanita se había abierto sola. Y ella había pulsado SÍ. Porque antes siempre había pulsado NO. Y la ventanita se abría una y otra vez cada vez que intentaba abrir su Email, o mirar el periódico digital, o simplemente escribir algo en Word. Después ya no volvió a aparecer.

Su rutina diaria consistía en despertarse todos los días a las seis y media de la mañana, levantarse como una zombie de la cama y meterse en la ducha, vestirse el uniforme, maquillarse un poco, tampoco demasiado, nunca había sabido hacerlo bien, en invierno una parka azul forrada de borreguillo, botas de agua y en verano un chal de lana rojo que había comprado a un mantero hacía años y las zapatillas de deporte que le había dado su prima porque a ella no le eran cómodas. Los salón en el bolso. Se llevaba un café en una taza termo y cogía el cercanías de las siete y cuarto. Llegaba a su parada a las ocho y de allí caminaba diez minutos hasta el edificio de oficinas donde trabajaba. Ella era una de las recepcionistas de la consultoría Warren,Suarez & Canalda. Desde que llegaba,hasta que se iba a las cinco, se ocupaba junto con otra compañera de todas las comunicaciones de centralita y recepción de correo, además de atender a todos aquellos clientes que tenían una cita o deseaban una. En la media hora de descanso al medio día, solía comprar un sandwich en una de las cafeterías de la calle, al principio había llevado el suyo, pero ahora prefería salir a la calle y tomar el fresco. Cuando acababa, siempre a las cinco, ya que no estaban permitidas horas extra, hacía el trayecto en sentido contrario.

Después se desmaquillaba para que no le salieran granos, se ponía su pijama de andar por casa, calentaba su puré que cocinaba para toda la semana y con un bol grande en la mano se sentaba delante del ordenador a saber qué había pasado en el mundo ese día.

Siempre visitaba las mismas páginas, los periódicos, alguna revista de moda, las del corazón y la página de Instagram de Scott Thompson. Ella no colgaba nada en Instagram. Para qué?. Su vida no tenía nada de interesante. Pero la de Scott, sí. Además de ser, siempre según su opinión, un hombre muy guapo, le gustaba como actor. Tanto en drama como en comedia. Scott Thompson saltaba desde cataratas a lagunas cristalinas, hacía surf en playas paradisíacas, esquiaba por pistas de vértigo, asistía a eventos con otra gente famosa, colgaba vídeos cortos de cosas que le pasaban, tenía novias espectaculares y una risa contagiosa. Le seguían millones de personas en todo el mundo, que le dejaban declaraciones de amor interminables o mensajes en idiomas indescifrables. Ella no. Ella sólo clicaba su página y miraba qué cosas increíbles había hecho ese día.

-Te quedan bien las camisetas blancas, mira que es difícil, y no te cortes el pelo tanto…- Y menea la cabeza- ya hablo hasta con el ordenador, lo mio es triste…- Y se acaba el puré, clica su último vídeo corto, él con su compañero de reparto haciendo malabares con naranjas- Ese chico está mal, está amarillo…o será la luz, o estará maquillado con estos nunca se sabe…pero de amarillo…. de ganster?…va a ser que nopp…definitivamente estás amarillo chaval- Y asiente tras guiñar los ojos para ver mejor, mira la hora- uyuyuy…a dormirrrr..!Buenas Noches Scott- Y apaga el ordenador.

Arantxa Canalda llegaba siempre al mostrador de recepción como si llegase al mostrador del Palace, con una especie de cara de poker que arqueaba una ceja y extendiendo su asortijada mano derecha en espera de que le entregasen el correo. Nunca daba los Buenos Días.

-Llegó también un paquete…

-No querrás que lo suba..

-No, sólo la aviso de…

-Que me lo suba Javier, o tú que parece que no tienes nada que hacer…-Ella asiente y le entrega las cartas en silencio, Arantxa Canalda se aleja entonces clavando sus tacones en el suelo de mármol y dando golpes de melena. Laura la imita una vez desaparece en los ascensores.

-Un día te va a ver- Le advierte ella en susurro, Laura la mira y hace un claro gesto de escepticismo.

-Es más gilipollas y no nace…”que no tienes nada que hacer”dice, la quería ver yo aquí…- Llega un cliente y cambia el gesto a una amable sonrisa, ella busca el paquete para dárselo a Javier.

Al final lo tiene que llevar ella, le gusta subir a los despachos. Tiene curiosidad por saber en qué se ocupan todo el día. A ella también le hubiera gustado estudiar algo,empresariales con derecho,para ser más exactos, pero de dónde no había no se podía sacar, como siempre decía su prima, y tras sacar el bachillerato con la mejor nota del instituto, se había puesto a trabajar. Había hecho de todo, desde limpiar en casas, pasando por pasear perros, repartir publicidad y hacer la cola del paro, hasta que la habían llamado de dónde estaba ahora hacía ya dos años. Le daba para permitirse pagar un alquiler y había podido independizarse de su prima. Y su prima de ella. Ahora se llevaban mejor. Le deja el paquete a la secretaria de Arantxa, quién le rola los ojos y hace un gesto hacia el despacho, ella le hace entender que la entiende y vuelve sobre sus pasos. La moqueta es mejor en este piso. Más mullida. En qué cosas se fija.

Esa noche Scott está abrazado a una pelirroja teñida embutida en un vestido mínimo encaramada a unos tacones, mira a la cámara poniendo cara de interesante. Ella toma una cucharada de su puré y amplia un poco la foto.

-Pelirroja soy yo, esto es tinte de lo peor, y es enana, o casi…- y se ríe de lo que acaba de decir- y yo tengo más interés en este bol..que el que ella tiene en ti…vamos…yo adoro este bol…es el único que tengo…no te soporta…te lo digo yo- Y asiente dándose la razón a si misma, clica un nuevo vídeo, ahora su compañero de reparto y él bromean sobre quién es más alto- Este chico tiene algo en el riñón….claramente…es que no se mira en el espejo?…no es que tú seas más alto, él anda como encogido…..no sé…allá él- Mira la hora y se asusta- ayayay no pué ser no pué serrrr…Buenas Noches Scott- Y apaga el ordenador.

Las semanas siguientes transcurrieron con monótona rutina, sin más cambios salientables que el tiempo mejoró y comenzó a hacer sol. Además se había informado sobre la posibilidad de estudiar la carrera a distancia, y podía ser factible, siempre y cuando siguiese teniendo trabajo, y su contrato vencía en tres meses. Todavía no le habían dicho nada al respecto. Ni a ella ni a ninguno de sus compañeros. Scott, mientras, se relajaba al sol de las Islas Mauricio, asistía a dos galas benéficas, nadaba en una horizontpool, posaba para Vogue, era nominado a un globo de oro y paseaba por New York con su novia pelirroja teñida.

-No sé qué hacer, Scott, si me matriculo y me despiden acumulo deudas, si me renuevan bien….pero por cuánto tiempo, y luego está la Canalda, que me habla como si fuera…no sé….supongo que a su perro le habla mejor…y hace un calor horrible y no tengo esa piscina….así que aquí estoy en sujetador …porque esto es mio…no como el de esa….cuerpazo tiene, yo…no sé.. tendría que volver a correr…tú que dices? – Y se ríe por no llorar, y clica la foto de los dos en New York, la amplía un poco, sonríe- Venga va, es guapa…tengo que admitirlo, yo soy pelirroja y con pecas….no tengo arreglo…o si?…-Mira la hora,maldice – Agur Scott…

-Pero vamos a ver….a tí quién te ha dicho que puedes pasearte por aquí como por tu casa??!..- El desprecio en la voz de Arantxa Canalda la hizo volverse casi de un respingo, no encontró su voz para contestarle- Y encima muda….si es que….- Ella acertó a mostrarle un paquete a nombre de uno de los socios con sello de urgencia, Arantxa Canalda se encogió de hombros.- Qué coño quieres que haga con eso?!- Ella sintió de pronto unas ganas irrefrenables de llorar, pero en ese momento un hombre salió de uno de los despachos preocupado por los gritos.

-Pero qué pasa?- Preguntó sin saber a cuál de las dos mirar.

-Esta, que se cree que puede pasearse por aquí como por el Retiro…- Y la señaló como quien señala un insecto, ella se tragó el llanto entero de vez, carraspeó y casi sin atreverse le mostró el paquete que portaba.

-Ha llegado esto para usted por urgente….pensé que …

-Pensar?ja! Deja que me ría!Pensar!

-Arantxa…por favor- Acotó el hombre que había salido del despacho señalando a Canalda con el dedo índice de su mano derecha, luego se dirigió a ella y le cogió el paquete con una amable sonrisa.

-Muchas gracias….cuál es tu nombre?-

-Lotta…Carlota…perdón…

-Pues muchas gracias…Lotta, yo soy Álvaro Warren y sí…es realmente urgente…- Canalda negó con la cabeza y con un golpe de melena se alejó por el pasillo, los dos se quedaron entonces en un impass, uno con el paquete, la otra sin saber qué hacer con las manos.

-Pues nada…yo vuelvo a bajar…

-Y yo…vuelvo a ahí…- Y se separaron sin saber muy bien si era lo correcto a hacer en ese momento.

El puré de verduras de esa semana llevaba patata, coliflor, zanahorias, dos tomates, medio brecol y un trozo de jamón, además de un poco de nuez moscada. Encendió el ordenador, y tras las noticias buscó a Scott. La foto de hoy era él, muy sonriente, con una cartulina en la que rezaba “You are beautiful” rotulado en rojo. Ella rio y tomó una cucharada del puré.

-Muchas gracias…hombre, “beautiful” eres tú…y Álvaro Warren, pero tú sigues siendo mi número uno, por supuesto, y “beautiful” es este puré…mira tu cueces en caldo de verduras patatas, zanahorias, colifor, dos tomates, medio brecol y jamón, lo pasas por el pasapuré y le añades nuez moscada…”Beautiful”total…y sano…y hablando de sano…se ha mirado tu amigo el hígado?….Me llamó Lotta…no sé si tiene los ojos verdes o marrones….pero tiene un pelasso..- Y se ríe, luego toma otra cucharada- No sé si matricularme o no….tú que me dices?….es que estar así sin hacer nada….hombre admirarte a tí es maravilloso…pero algo tendré que hacer…vamos digo yo…no?…en fin…me voy al catre…a soñar con Warren y contigo…- Suelta una carcajada y no puede parar de reirse- Ay no…qué mal….Buenas Noches “beautiful” Scott.- Y apaga el ordenador.

Laura le da un codazo y ella la mira sin saber a qué se refiere, entonces le descubre ante el mostrador en su impecable traje a medida de lana fina azul oscuro con corbata a juego, blandiendo su cartera de Loewe, definitivamente tiene los ojos verdes, piensa ella.

-Buenos Días Lotta…quería agradecerte otra vez el detalle de ayer- Ella acertó a sonreir .

-De nada- Él le devolvió la sonrisa y por un momento ninguno de los tres se decidió a decir nada más, hasta que Laura le alcanza su correo del día, él lo recoge sin perder la sonrisa.

-Pues nada…que tengan un buen día- Y sin más se alejó hacia los ascensores, dejando tras si el eco de su colonia. Laura estiró el cuello y se cercioró de que había entrado en el ascensor, para dar saltitos acompañados de palmadas.

-Ay tía que está por ti! Está por ti! No me lo creo…vivir para ver tía! Ay que me meo!- Y daba saltitos y escondía la risa entre sus manos contra la boca, como la adolescente que alguna vez, no hacía demasiado tiempo, había sido. Lotta rio y negó con la cabeza.

-Tu estás para que te encierren…para siempre y tirar la llave.

El puré lo acompañó hoy de tropezones de pan tostado, y un vaso grande de agua de limón que había dejado por la mañana en la nevera, se había decidido a ponerse la parte de arriba del bikini, aún con la ventana abierta no corría el aire. Scott había colgado una foto con otra cartulina rotulada en verde “Do it!!” y un vídeo donde preparaba una comida a base de patatas, zanahorias, coliflor, tomates, brécol y bacon, que pasaba por una licuadora y ponía en un bol aderezándolo todo con nuez moscada. Ella dejó su cuchara a medio camino entre su bol y la boca, para luego tomar la cucharada con lentitud.

-Transmisión transoceánica de pensamientos….lo del bacon tengo que probarlo oye, Chin-Chin…agua con limón helada…mano de santo…para el cuerpo, el corazón, todo….se miró tu amigo el higado…o los riñones?….Warren tiene los ojos verdes….y tú azules….y tienes razón me voy a matricular…a desmatricularme siempre hay tiempo….waw! Tu cocina es mi piso y el del vecino….qué bonita, y cuánta luz!….la mía no tiene ventana….cómo es salir de la cocina a una terraza así?….usa una colonia cara..de esas que no cansan…Laura me dice que está por mi….es como si yo te digo a tí lo mismo con Talula Haston, sabes?…..no sé…pero en las fotos te mira como quien mira a un Dios en un altar…pues eso…Talula está por ti, que lo sepas…y Álvaro Warren por menda…quién nos vería en los Globos de Oro a los cuatro…- Y le da la risa, toma otra cucharada con tropezones- La próxima vez ponle pan tostado….mortal, pero sano…..y también voy a empezar a correr…ea…- Mira la hora y se asusta- ayayay no pué ser, no pué ser….Buenas Noches Scott- Y apaga el ordenador.

La mañana siguiente su tren se retrasó. Pero no le importó, siempre llegaba con tiempo suficiente para entregarle a Arantxa Canalda el correo antes que a nadie, además Laura vivía más cerca y llegaba antes. Las zapatillas tenían un agujero, tendría que agenciarse unas nuevas. Sale de la parada de metro pensando que posiblemente encuentre zapatillas baratas en Decathlon, se las va a comprar de jogging, y mata dos pájaros de un tiro, después del trabajo se pasa.

-Buenos Días Lotta- Su voz salió de ninguna parte, y ella se quedó clavada en medio del paso que estaba dando, le descubre junto a ella, hoy el traje es de lana fina gris, la corbata en tonos lilas, responde al saludo sin estar segura de haberlo pronunciado bien.

-Vienes siempre andando?

-En cercanías….y luego andando…usted?

-En coche…- Caminan uno junto al otro en silencio, sin saber cómo romperlo.

-Hoy va a hacer calor- Qué tonterías dice cuándo no sabe qué decir.

-Mejor que frío- Y él mira un instante hacia arriba, como oteando las azoteas de los edificios de la acera contraria, ella asiente, y también mira hacia las azoteas sin descubrir nada especial.

Llegan a la puerta del edificio y él la deja pasar primero, Laura le entrega el correo y él se dirige a los ascensores, en cuanto desaparece en el habitáculo Laura la mira y suelta un chillido ahogado, ella le indica silencio y niega con la cabeza mientras se pone los salón.

A media mañana le ve pasar con un grupo de clientes ingleses, le parece que sonríe en su dirección, pero no está segura, había demasiado revuelo. Laura le da un codazo y levanta las cejas.

-Si las sonrisas hablaran tía…….tú meas?…yo no…- Le susurra mientras clasifica unas tarjetas de visita, ella sigue ordenando el correo y en seguida tiene que responder a una llamada. No tiene tiempo para sonrisas.

De vuelta del trabajo se compra unas zapatillas “especial runner” en un hipermercado del calzado que tenía todo a mitad de precio. Hoy se prepara un bol de yogurt con cerales y frutos del bosque que había de oferta en el super. Scott ha colgado un video en el que sale de su cocina a una terraza desde la que se contempla una impresionante vista de Los Angeles mientras bebe un vaso de agua helada, el video es corto y sin sonido. Ella lo repite varias veces y por un momento fugaz piensa algo totalmente imposible, sacude la cabeza y toma un bocado de la mezcla, lo que hace el calor.

-Muchas gracias….es una vista preciosa, es agua de limón?…simple y tan buena, verdad?….no me canso de preguntarte por tu amigo…que se mire el higado…o los riñones…que mi padre empezó igual y por eso lo sé….tú crees que está por mi?…Warren me refiero….si las sonrisas hablaran …pues hoy habría dicho “Ah, sigues ahí…” o algo así…tu fijate en la sonrisa de Talula…la de ella dice “Estoy aquí…no me ves?”…tu haz lo que quieras…pero ella no puede vivir sin ti….Warren en cambio si que puede vivir sin mi en las casas esas donde viven todos los Warren de este mundo…qué hago?….ah por cierto: yogur con cereales y frutos del bosque…por si te interesa- Mira la hora y alza las cejas- Me voy al sobre….Buenas Noches Scott….- Y cierra el ordenador.

La mañana siguiente Warren bajó tres veces a recepción a pedir cosas que normalmente siempre pedía su secretaria o cualquiera de sus múltiples asistentes, como encargar sitio en un restaurante para una comida importante tres días después, pedir una caja de recambios de tipex y enviar un burofax, bajo la excusa de que el suyo no funcionaba. Y para todo ello necesitó su inestimable ayuda, mientras Laura se ocupaba del resto de las labores en solitario con una estudiada sonrisa tipo japonés.

-Yo te lo pregunto otra vez: tú meas?- Y ambas rieron tratando de no hacerlo muy alto.

Scott esa noche había subido un vídeo de concienciación para con el cáncer, serio y afectado explicaba la lucha que su amigo Phil iba a comenzar contra su cáncer de páncreas, y no podía retener las lágrimas, Lotta tampoco, y se acordó de su padre y de todas sus batallas perdidas, y lloró con Scott, porque él ahora lloraba de verdad, lo sabía porque le caían los mocos, como a ella, y ninguno de los dos tenía kleenex a mano.

-Que sepa que estás con él….más no vas a poder hacer….se apagan muy rápido…es lo que tiene el páncreas sabes?….yo ya te dije que estaba amarillo…tu hazte un chequeo y que vaya Talula contigo…porque ella seguro lo está pasando también mal…porque son muy amigos….por lo que leí….- Y se suena los mocos al fin, y suspira, hoy tiene patatas a la riojana y le dice la receta- porque tú no tienes mal el páncreas…..tienes un color sanísimo….como Warren….tiene unas manos preciosas…y la voz…todo él vamos, y un pelasso…me llama Lotta…pudiendo llamarme Carlota sabes?…yo de usted, por supuesto…..no sé qué hacer Scott….la verdad…porque es como para decirle….”a ver, tú qué quieres?”….pero tampoco es plan, no?…no sé….y hoy comí una ensalada de atún…, con aceitunas y un poco de mayonesa….como ensaladilla…pero con lechuga- Y se lo dice aún casi llorando, se ríe- seré tonta….que ni te va ni te viene….ah….y está soltero….eso me lo dijo Laura….y no es homo….lo que no está segura es si será del Opus….qué mal, no?….ay no sé…..pero no llores tanto…- Mira el reloj y maldice- Ayayay qué mal…qué llorera más tonta…Buenas Noches Scott…

Para la mañana siguiente estaba planeada una reunión importante entre Warren, Suárez & Canalda y otra consultoría , cuando Lotta llegó todo el edificio parecía estar preparando una guerra civil. Ella se alegró de no tener que participar en nada, Javier les había dicho que ella tendrían que hacer lo de siempre y sonreír. Arantxa Canalda eligió un Chanel azul para la ocasión, el resto se decantó por trajes chaqueta en escalas del negro al gris, Warren llegó con traje negro y corbata a rayas, rodeado de una coorte de personas que le hablaban sin parar y fue directo a los ascensores. Laura miró a Lotta con un gesto de fastidio, sin embargo Warren volvió dos minutos después.

-Buenos Días…..necesitaría una aspirina efervescente…- Y miró a Lotta como si ella fuese la única persona en el mundo capaz de conseguírsela, ella asintió y buscó en su cajón, entregándole dos, él sonrió aliviado- Muchísimas gracias…Lotta…

-Suerte..- Se le escapó a ella, sin saber por qué, él volvió a sonreír

-Se hará lo que se pueda…- Y desapareció de nuevo a paso rápido hacia los ascensores, Laura la miró e iba a decir algo, pero ella se le adelantó.

-Meo perfectamente

Sucedió durante el ágape, como lo había denominado Javier, el edificio se llenó de gente importante y la empresa de catering comenzó a servir copas y entremeses. Ella y Laura observaban todo un tanto aburridas, como azafatas de congresos sin congreso que atender, comentando de vez en cuando los modelitos de algunas de ellas, o las corbatas de ellos.

-Lo dicho, tengo que ir al baño…- Laura la miro y alzó las cejas

-Envíame una postal…- Ella le aseguró que lo haría y se dirigió a los baños.

Cuando salió, se encontró a Warren esperándola y que,  sujetándola suavemente por un brazo, la hizo volver a entrar, cerrando la puerta con pestillo por dentro tras si.

-Bueno, pues ya está….a tí …usted…qué te pasa?- Preguntó ella, como quien se da por vencido tras una larga partida al parchís, él con las manos en las caderas la miraba tan serio, que ella por un instante pensó que, sin darse cuenta, ella realmente había fastidiado algo.

-Tú, LottaCarlota, me pasas tú….si no te veo no me concentro, y si te veo no sé que decirte, y si te digo algo es una tontería….y no tengo tiempo para tonterías…y tú no lo eres…para mi…

-Cine-cena-noche loca o solo cena?…o solo cena…o chocolate con churros…?

-Todo?

-Vale

Isla Mauricio despertó aquella mañana con un sol radiante, la tarde anterior había llovido, lo que había relajado un poco la temperatura. Pero a Lotta eso no le importaba, ella se había sentado en la orilla con los pies hundidos en la arena y cerraba los ojos contra el sol.

-Lotta Carlota, no se puede abandonar a un marido así…- Y Álvaro se sentó a su lado , pasándole un brazo por los hombros.

-Estabas tan dormido….

-Eres un pájaro mañarero….

-Y tú una rapaz nocturna…- Él la atrajo hacia sí riendo.

-He coincidido con nuestros vecinos de bungalow..

-Ah…que aquí también hay “vecinos de al lado”…

-Pero no cualquiera, este es el oscarizado Scott Thompson y su flamante y nominada esposa Talula Haston…ni más ni menos….- Lotta le miró sin parpadear- Y nos conoce….no me puedo imaginar de qué…

-Ya

-Despues vienen…él habla un español correctísimo…-

Y Lotta cerró los ojos contra el sol, y pensó en la rotación de la tierra, los meridianos, los paralelos y en ventanitas. Muchas y diminutas ventanitas.

5,90.-

20 sábado Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Todd, un treinteañero con una brillante carrera como arquitecto, debe volver al pueblo donde pasó su niñez para asistir al entierro de su padre. Este regreso a su pasado le hace enfrentarse de nuevo a….

-Esa es un dramón – Le había visto ya por el rabillo del ojo, pero no pensó que pudiese captar su atención. Ahora la tenía.

-Ya me lo parecía, no estoy yo para dramones.

-Nadie está nunca para dramones, pero los vemos igual – Ha de darle la razón, deja la carátula en su sitio- Esta no está mal – Y le muestra una. Los habitantes de un pueblo de Arkansas lo intentarán todo para salvar sus hogares y la vida que hasta ahora conocen de los planes de una empresa minera que…

-Ya la vi, al final también lloré con lo del juicio – Él asiente y sonríe, ella cree que también. Opta por hacer que busca entre las carátulas.

-A mi me gustan las de aventuras creíbles

-Aventuras creíbles. Si es de aventuras no es creíble.

-No siempre, a veces va de gente a la que le pasan cosas que también te pueden pasar a ti.- Ella le mira escéptica.

-Que te secuestren unos piratas y te lleven por toda una selva por ejemplo.-Él vuelve a sonreír, a ella no le importaría que si un pirata la llegase a secuestrar en una selva alguna vez, fuese él.

-Por ejemplo. Mira esta es muy buena, tiene de todo un poco.- Investigando un sencillo caso de robo de coches, los detectives Canon y Silverstone destapan una red de tráfico de obras de arte….

-Pues si, no pinta mal. Me la llevo.- Él escoge una de la estantería de Documentales.

-Yo me decido por este documental, ya lo vi antes, y no me decidía,pero creo que sí, también me lo llevo.- Ella se atreve a interesarse por el tema “JUGANDO CON LAS OLAS EN EL PACÍFICO Y AUSTRALIA”- Hace años fui de mochilero por allá, y la verdad es que lo volvería a hacer si volviese a tener tanto tiempo – Y ella se lo imagina cortando las olas en una tabla de surf al sol del Pacifico, sus largos brazos buscando el equilibrio en sus sólidas piernas.

-Ya

-Has estado alguna vez en Australia?.- Si por ella fuese le diría que sí, con tal de tenerle justo donde ahora estaba, ni un centímetro más a la izquierda. Tampoco a la derecha. Opta por un sonido indistinto.-Tampoco tienes tiempo.- Y ella no sabe si tiene que decir si o no. Siempre le pasa con las frases que empiezan con “tampoco”. Las diga él o no.

-Pero me gustaría, no creas – Se alegró de poder articular una frase correcta, él parece alegrase también por algo, ella no sabe muy bien de qué.

-Pero tiempo tienes…

-Para ir a Australia? – Y su tono de sorpresa le sonó como si le hubiese preguntado por su alergia al polen.

-No, al indio que está justo al salir. Hacen un mangolasi buenísimo – Y ella le da la razón. Y tiene tiempo. Incluso para ir a Australia.

Oliver, periodista soltero y ya rozando la treintena, encuentra una tarde por casualidad a Lale quien comparte con él la pasión por el cine. Deciden viajar juntos a Estados Unidos con el fin de asistir al Festival de Cine de Sundance. Roadmovie con puntos de aventura en la que….

El Curso

18 jueves Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Oo> Orientierungsleuchte, die, pl. (Luces de orientación)

Samir se acerca a mi mesa, casi sin atreverse, con el libro de texto en una mano y el lápiz en la otra. Le animo a que me pregunte lo que quiera con un gesto amable y sonrío. Intento acompañarlo todo con una sonrisa. Amable. A poder ser. No todo el mundo lo es con ellos. Samir también me sonríe, tiene los dientes blancos y perfectamente alineados. Su boca lo intenta, pero sus ojos siguen tristes. Me señala con la mina del lápiz la palabra que titula el capítulo. Hoy hemos recibido el libro nuevo, el anterior era un cuaderno de diez hojas con el alfabeto y los números del uno al veinte. Sin palabras. Sólo letras y dígitos. Tendríamos para por lo menos tres meses, nos había asegurado Mona. A los seis días fotocopiábamos material extra, y ella no se podía explicar por qué. El libro nuevo contiene también ejercicios con el alfabeto. La primera lección es la letra O. La O mayúscula y la o minúscula. Hank pensó, cuando lo había abierto por primera vez, que se trataba de una errata. La primera letra del alfabeto es la A, me lo había dicho como contestando a una pregunta que yo nunca le había formulado, más para reafirmárselo a sí mismo que otra cosa. Pero no. En este libro la primera letra del alfabeto es la O, la mayúscula y la minúscula. Orientierungsleuchte, die, pl.(Luces de orientación). Samir me mira esperando una explicación. Sé que sabe un poco más de alemán que el resto, así que intento aclararle la duda- La luz, las luces- Y le señalo las que iluminan el aula, él asiente sin apartar de mi su mirada, concentrada en no perder ninguno de mis gestos- Una luz, dos luces- El vuelve a asentir- Orientación….- Me incorporo y le señalo un punto en el horizonte de la clase, muevo mi brazo como lo haría un árbitro de fútbol al ordenar que el juego continúe tras una falta. Samir me mira fijamente, sin mover un músculo, yo carraspeo y señalo diferentes puntos en el aula y trazo una línea imaginaria entre ellos. Samir parpadea y dice algo en sirio, que yo no entiendo, y ambos miramos a Hussein, que hace rato nos observa tratando de dilucidar lo que yo interpreto. Hussein sabe alemán. Ha superado ya el nivel B1. No tendría que estar aquí. Pero alguien le incluyó en la lista de analfabetos de su campo y tiene que asistir. Lo quiera o no. -Son las luces que se utilizan para orientar a la gente en la oscuridad, en una casa….o en una zona oscura…- Me explico. Hussein piensa un instante.- Si está oscuro, hay encender la luz- Lo repite en sirio, Samir asiente, yo también lo veo lógico- Ya, Hussein, pero verás, si una casa está a oscuras y alguien se levanta por la noche a algo, al baño, o a cualquier otra cosa…- Busco las palabras, dibujo la situación con mis manos, lento, ambos me miran sin parpadear- Entonces encender luz- Repite Hussein, se lo explica a Samir, éste sonríe y me dice algo que no entiendo- Dise que la palabra sinifica “Interruptor”…- Yo niego con la cabeza- No. Eso es “Schalter, der”- Se lo escribo en el cuaderno, si lo hiciera en la pizarra, el resto de integrantes también querrían saber a qué me refiero, y todo se complicaría más.- Aquí en Europa existen luces que se ponen en los enchufes, o pegadas en la pared…normalmente para que los niños no tengan miedo si se levantan…- Hussein recorre por un instante el aula con la mirada, pensando, Samir nos mira a ambos, sin querer perderse ni un gesto- Si niño levantar para pis, encender luz o llamar a baba..- Le explica a Samir, que asiente, yo también lo veo lógico- Digamos que es una luz “extra”, Hussein- Y hago hincapié en la palabra “extra”, Samir la repite, es una palabra que escuchan a menudo, hay muchas cosas que han de pedir de esa forma. Extra. Hussein le explica, y él sonríe, me da las gracias, le digo que no hay de qué, que me pregunte lo que quiera, vuelve a su sitio, y se lo explica a su hermano, a quien escucho decir la palabra “extra”al tiempo que señala el techo, se encoge de hombros, Samir también. Hussein no sabe si sonreír, yo le invito haciéndolo yo- No sé por qué ponen esa palabra de primera, la verdad…- Intento explicar lo inexplicable, Hussein levanta las cejas y suspira- Ameise (Hormiga), Die Ameise/ Ameisen es más fasil…- Yo le doy la razón con un gesto. Laila se acerca con el libro en la mano,es irakí, hace un mes que lee y escribe, ya puede ir a hacer la compra sola, su trabajadora social le ha comprado de regalo un carrito de la compra con ruedas que siempre trae consigo y muestra orgullosa, como si fuera su trofeo, hoy lleva un pañuelo verde de tul con estrellitas que brillan según les dé la luz, le digo que me gusta y ella se ríe tapándose la boca, me señala la segunda palabra del libro: “Pächter, der (Arrendatario)”, Hussein alza las cejas y juega con su bolígrafo haciéndolo girar sobre sus nudillos. Laila me mira esperando una explicación, yo no encuentro gestos en mi repertorio,miro la hora- Pausa? Hoy pausa antes?- No tienen nada en contra, se levantan a la vez, como un solo hombre, le digo a Laila que se lo explicaré después de la pausa, ella asiente y vuelve a su sitio, haciendo brillar las estrellitas de su pañuelo a su paso.

Hank y yo vamos durante la pausa al centro comercial que está enfrente a comprar “Luces de orientación”, me dice que con un poco de suerte si preguntamos a alguien encontramos también un “Arrendatario” que pueda explicarles qué significa serlo, me hace reír. Hank es americano, de Massachusetts, la ciudad que ya existía antes de que la cantasen los BeeGees, como siempre aclara. Él en realidad es experto en Marketing y Publicidad, y tenía éxito en lo suyo, pero decidió dedicarse a la enseñanza de alemán para extranjeros y ahora específicamente a refugiados. Le pregunté una vez el por qué del cambio. Sólo me contestó que más vale prevenir que curar. Compramos dos tipos de Orientierungsleuchte. No encontramos Pächter.

Happy tiene cita hoy en el dentista. Por fin le van a poner los dientes que le faltan. Happy tiene ya tres hijos, con tres mujeres distintas. Savaneh es de Gambia, y apunta que si ya tenía éxito sin dientes, cuando se los pongan van a tener que poner cordón policial al campo. Happy se ríe, haciendo honor a su nombre. Supongo que por eso se lo pusieron. Happy es de Nigeria. Le encargo que vigile a Yusuf. Ha abierto la ventana y está asomado. Yusuf es kurdo. Lo primero que hace al entrar en el aula es abrir todas las ventanas de par en par, y asomarse. A veces más, a veces menos. Hoy está muy nervioso. Antes de asomarse recorrió el aula tres veces. Happy se asoma junto a él. Parecen el punto y la i. Les escucho hablar. Me pregunto en qué idioma. Le he traido más Mandalas a Michael. Ya se sienta con el resto, pero sigue sin hablar. Él también es de Nigeria. Tiene Síndrome de Shock-Post-Traumático. Sólo me ha dicho a mí por qué. Ya puede dormir. Quiere ser jardinero. Hoy le he traido un Mandalas de Jardines Mágicos. Savaneh también quiere pintar Jardines Mágicos. Creo que es una buena idea. En la fotocopiadora me encuentro con Mona, me dice que tengo que explicarles el funcionamiento de una trilladora y me pasa un taco de fotocopias de la máquina, le pregunto por qué, y me dice que es importante que esa gente sepa de esas cosas. Le pregunto si ella sabe como funciona una trilladora. No sabe qué contestarme. Le digo que sería importante que lo supiese. Jardines Mágicos.

Hank y yo unimos grupos. Vamos a jugar al Trivial según nuestra propia versión. Cada uno de los participantes escribe su nombre en el encerado en una cuadrícula. Cada pregunta acertada, un palito. No formamos equipos. La última vez llegaron a las manos. Cada uno de por si. El que gane se lleva una caja de galletas surtidas. Los otros bolsitas de ositos de gominola. Todos ganan. Kevin Costner mató a Kennedy. Hank no entiende por qué me río, él siempre lo había sospechado. El Mundial de fútbol del año 1990 lo ganó Schweinersteiger. Él solo. Por el medio les metemos preguntas que les caerán en sus respectivos exámenes para conseguir la nacionalidad alemana. El alcalde de Berlín más famoso fue Klaus Wowereit. Happy se lleva la caja de galletas. Nos regala su primera sonrisa Profidén. Llega la pausa y yo salgo de primera, veo entonces avanzar por el pasillo a tres hombres negros que caminan a tres en fondo y a la par, con la elegancia de las panteras, mirando al frente, antes de que pueda averiguar quiénes son, me veo devuelta de un tirón al interior del aula. Happy cierra la puerta y sujeta la manilla, me doy cuenta entonces de su altura. No sonríe. Todos guardan silencio. Hank no parpadea. Yo tampoco. Happy se pasa el largo y huesudo dedo índice de su mano izquierda por su cuello, y suelta una suerte de silbido. Luego niega con la cabeza. -Nadie sale -y nos mira a todos alternativamente, todos asentimos, Hank quiere decir algo, Michael le posa suavemente una mano en el pecho y le manda callar con un dedo sobre sus labios rotos, parpadea lentamente, no necesita más, Hank asiente, Savaneh se sitúa junto a mi. Nadie se mueve. Escuchamos voces en el pasillo. Alguien ríe a carcajadas. Otros corren. Conversaciones a gritos en Mandinka. Nadie se mueve. Voces y más gritos. Carreras de nuevo. Después silencio. Nadie se mueve. -Tú! ,- Happy señala a Amin, el chico sirio, quien da un respingo. -Tú sales y miras.- Amin asiente, Happy abre la puerta, le agarra la camiseta por detrás mientras Amin se asoma al pasillo, alza el pulgar de su mano derecha. Happy le suelta a él y la manilla. Asiente, y todos salen del aula. Hank y yo nos hemos quedado clavados. Happy nos mira, es la primera vez que le veo serio. – Si los volvéis a ver, y yo no estoy, corred sin mirar atrás-Habla quedo, le damos las gracias, sin estar todavía muy seguros de qué, él asiente y sale del aula, cerrando la puerta despacio tras sí. Hank se deja caer sobre una silla y se tapa la cara con las manos, yo me siento a su lado.

-Corred sin mirar atrás….

-Y utilizó bien los verbos, si te fijas…

-Y sabe cuál es la capital de Mecklenburg-Vorpommern….

-Aún conserva las dotes de mando…

-Más vale prevenir que curar….

Plumas (Basada en hechos reales….)

15 lunes Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Mire usted la cosa es que mi inquilina apestaba no ella sino su cojín y como se fue ella no el cojín pues aproveché para lavarlo y que desapareciera el hedor de mi inquilina y se desintegró el cojín no ella y ahora tengo que comprar una lavadora nueva sin que se enteren mi mujer ni mi inquilina porque está llena de plumas la maquinaria no mi inquilina y traté de quitarlas y me corté mire aún sangra un poco pero están enredadas las plumas no las dos me refiero y tiene que ser el mismo modelo porque sino se va a dar cuenta mi mujer quiero decir mi inquilina no o a lo mejor sí y no sabría qué decir y ya la subí yo solo al patio de atrás para que no la vea nadie a la lavadora no a mi inquilina y claro no sé dónde está el punto limpio más lejano y tengo que limpiar el suelo del sótano que es de esos antiguos que no puedes raspar y lo intenté con el cepillo de dientes pero al final usé la pala de nieve y se notan los raspones pero puede ser de cualquier cosa un perro por ejemplo o un hamster que hubiera entrado un día y tal y tengo un tirón aquí ve? Pero eso se arregla la lavadora no y son las siete y esto sólo me pasa a mi y por favor dígame que tiene usted el mismo cojín por ahí a ver cómo me explico yo sin que me denuncie o algo y mi mujer mi-mu-jer. Ya son las siete?

Winston

12 viernes Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Siempre que vuelve vuela a Houston y luego alquila un coche. Podría coger un vuelo interestatal, pero suelen ser aviones pequeños y le reconocerían en seguida. Prefiere recorrer la 10 sin prisa, escuchando la radio y descubriendo los cambios que se han podido dar en el trayecto desde la última vez. En Weimar hace parada, come algo sin salir del coche y estira las piernas, antes de continuar por la 77. En uno de los tramos unos caballos galopan al otro lado de un cercado, como queriendo hacer competencia a los coches, sonríe, se acuerda de cuando se desplazaba en uno, de la sensación de libertad y de las galopadas sin rumbo fijo, los rodeos y las fiestas en los graneros. Lilly-Mae. El suyo corría siempre más rápido, y ella reía saludándole desde lejos con el sombrero, enderezándose en la silla, sacudiendo la melena negra con sus carcajadas. Lilly-Mae. Cascabel. La había conocido el día que su madre la había traido al mundo, ya que la suya le había traido a él en la habitación contigua. No se habían vuelto a separar. Se habían casado nada más acabar el instituto, nada grande, los de siempre y una barbacoa, ella llevó un vestido mexicano blanco con bordes azules y una botas de montar rojas, había hecho todo el camino hasta San Antonio para encontrarlas, pero así era Lilly-Mae, lo que se proponía lo conseguía. Él había comenzado a trabajar en el negocio de repuestos de BigJoe y ella en la tienda de Leslie-Ann. PapaRay, el padre de ella, consiguió un trailer a buen precio y lo colocó junto al suyo para ellos. Una mañana LittleJoe le buscó en la parte de las llantas, había venido corriendo y llevaba el sombrero en la mano. Lilly-Mae. Corre, chico, corre. Primero la llevaron al dispensario del Dr. Willson. Pero nada más llegar, el Dr. Willson había llamado a la ambulacia de los bomberos de Wallace. Él llegó justo a tiempo de que le empujaran a la parte de atrás y la ambulancia saliese como una bala hacia el hospital del condado. Lilly-Mae sangraba a borbotones por la nariz y un oido. Y el Dr. Willson gritaba que tenía que ser posible ir más rápido. Y él gritaba también. Porque la llamaba y ella no se despertaba. Le cogió la mano hasta que el Dr. Willson y dos enfermeras tuvieron que impedirle atravesar la puerta a la U.C.I. Infarto Cerebral.

Tres días y tres noches después entró en coma. Él no se movió de su lado en todo el tiempo, incapaz de soltar su mano. Primero les dijeron que era posible que no despertara nunca. Después que si lo hacía, sería con daños irreparables. Lilly-Mae abrió los ojos un lunes de octubre, y se quedó con ellos mirando al vacio, sin parpadear. Él había abrigado la esperanza de llegar un día y encontrarla sentada en la cama, peinándose la melena y preguntándole por qué había tardado tanto. Pero ese día no llegó. Y ella seguía mirando al vacio. Para entonces habían comenzado a llegar facturas que él no podía pagar. La familia vendió un par de cosas. Pero no llegó ni para empezar. BigJoe le dijo que su cuñado Vaughn conocía a un tipo que necesitaba gente para un nuevo centro comercial en Austin, que pagaban bien. Comenzó recogiendo los carros de compra abandonados, más tarde cambió a la sección de deportes. Y allí le había encontrado Randall Cooper, apertrechándose para ir a hacer Rafting en Colorado con su entonces novio Neill. Le hizo fotos con una polaroid que compró in situ y le dio su tarjeta. Dos días después volvió acompañado de Marge. Ella no tenía intención de hacer rafting. Una semana más tarde se mudaba a New York. En nada su rostro apareció en las pantallas de Times-Square. Pagó sus deudas e hizo trasladar a Lilly-Mae a un sanatorio especializado, lo suficientemente cerca, para que la familia pudiera ir de visita. Como centro de operaciones eligió Londres, lejos de todo aquello que representaba su vida anterior. Y allí había conocido a Cynthia Watson, con la que mantenía una extremadamente discreta relación desde entonces.Lo que Lilly-Mae se proponía, lo conseguía, y se había propuesto continuar viva.

No se sorprendió al encontrar a papaRay cuando entró en la habitación que ocupaba Lilly-Mae, la enfermera que se encargaba de ella le había dicho que, desde que se había jubilado un par de años atrás, se pasaba el día sentado en una butaca junto a ella, leyendo el periódico y haciendo crucigramas, antes de que anocheciera se marchaba a casa y volvía a primera hora de la mañana. Levantó la mirada del periódico al verle, y sonrió, hizo amago de levantarse pero él se adelantó a abrazarle, mira quién ha venido Lilly-Mae, tu chicoguapo, todo el camino desde Londres sólo por verte, comentó con voz queda dejando el periódico y las gafas sobre la mesa camilla que hacía de mesilla. Él miró a Lilly-Mae, ahora tenía el pelo muy corto, una sonda se perdía en su nariz, se sorprendió de ver dos goteros, tiene bronquitis, le informó papaRay antes de que pudiera decir nada, casi sin atreverse le acarició una mano, cerrada entorno a una férula, ni fría ni caliente, su mirada perdida en su infinito, inamovible. Le pregunta por los conocidos, todos bien, tu madre tiene una cadera nueva y ya vuelve a bailar otra vez, él sonríe, ya lo sabía, pero se hace de nuevas, el otro día movió un dedo, el médico dice que no, pero te juro chicoguapo que lo movió, verdad Lilly-Mae?, él asiente y la mira, y por un instante espera que pase algo, pero sabe que no va a suceder. Su Lilly-Mae ya no está. Se fue hace mucho tiempo. Tengo que hablar con el Dr. Willms, papaRay, te puedo llevar a casa si quieres, papaRay piensa un instante y asiente, Ok, él mira a Lilly-Mae otra vez. Su Lilly-Mae. Y le aparta con ternura un mechón de la frente, para luego acariciar con los dedos la mejilla. Dónde estás?, piensa,dónde estás?,intenta respirar hondo y se dirige a la puerta.

El Dr. Willms no le cuenta nada nuevo, sólo que podría ser posible que papaRay haya comenzado con episodios seniles, él acepta su propuesta de tomar cartas en el asunto, y añade que se hará cargo también, sin reparar en gastos, el Dr. Willms asiente aliviado, de vez en cuando es agradable no tener que discutir sobre según qué temas.

PapaRay le da un beso en la frente a Lilly-Mae antes de apartarse de la cama, él acaricia el cobertor, hasta pronto Cascabel piensa, y siente un nudo en el pecho, carraspea para deshacerlo y le ofrece a papaRay su brazo, juntos abandonan el cuarto.

PapaRay vivía en una casa de planta baja que él le había comprado, a diez minutos del sanatorio, poco antes del traslado de su hija. Le acompaña hasta la puerta y se la abre, quieres pasar?, mejor no, ya me voy, cuídate chicoguapo, tu también papaRay lo intentaré, y se abrazan en el umbral, él se aleja despacio sin conseguir siquiera respirar, ella lo sabe y lo entiende, chicoguapo, y te quiere igual, la voz de papaRay le hizo volverse sin poder retener las lágrimas y alcanzó a ver como la puerta se cerraba con queda lentitud.

7:10

10 miércoles Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Si sólo pudiese describirles. Ser capaz de pasar a papel lo que pienso cuando les veo. El pelo, su forma de andar, de fumar o de llevar el bolso. No sé sus nombres. Sólo coinciden conmigo en el espacio y en el tiempo.

Como el chico con rastas y barba de chivo, con bermudas de Coronel Tapioca, bajo las que lleva unas mallas elásticas para hacer deporte, y dos camisas sobrepuestas. En pleno enero. Lo catalogo de estudiante que ha agotado la ropa limpia y acude a la ropa de verano. La mujer con gabardina beig que lee de pie, hoy toca Thomas Mann. O la chica con la bolsa de tela de Harrods. Con su pelo rojo y sus ojos profundos. Hoy lleva bailarinas de purpurina y calentinas claramente hechas a mano. O el chico que coge el autobús dos paradas después de ella, siempre por la puerta del conductor, ella se sienta siempre en el asiento de la ventana, en frente de la puerta de en medio. Cuando él entra, el autobús ya va lleno y se queda en el primer tramo de pasillo. Es el más alto de los tres que entran. Le calculo dieciséis. Ella quince. Las chicas buscan su saludo, le comentan cosas banales, los chicos hacen piña su alrededor, su atractivo es claro, su voz ya profunda. Y lo sabe. Y la busca en la distancia entre las cabezas de los viajeros.

Ella lleva aparato en los dientes y no sabe todavía qué hacer con el pelo, tan rojo, y tanta cantidad, hoy lleva una diadema elástica. Sabe en qué parada sube él. Le mira subir. Nada más. No se maquilla, ni mira constantemente su móvil. Mira por la ventana, el río hoy está helado. En una parada sube un hombre muy alto, y se planta como una sequoia en el medio. El aprovecha un frenazo para moverse diez centimetros a la derecha, de forma que ella queda entre la sequoia y la mujer que lee a Thomas Mann. Ella sigue mirando el rio helado. Dos chicas le enseñan algo a él en sus móviles. Todos ríen. La sonrisa de él podría provocar el deshielo de un glaciar. Y lo sabe. Y las chicas también. Sólo ella parece ajena. Atenta a la ventanilla. Al río helado. Pero también a su voz. Y al juego de reflejos en el cristal, que le permite ver su imagen. Y llega la parada del instituto. Y ambos bajan. Ella por la puerta del medio. El por la de delante. El hace que se abrocha un zapato, hasta que ella llega a su altura. Y avanzan a la par hacia la puerta del instituto, él rodeado de su séquito , ella aferrada a su bolsa de Harrods, sin regalarle ni un soslayo.

Hoy los tres entran por la puerta del medio, los otros dos parecen no entender por qué, el autobús hoy va muy lleno. Ha vuelto a nevar. El consigue avanzar hasta la ventana del habitáculo central ante las musitadas protestas de algunos viajeros. Ahora no vale el juego de reflejos. Ella opta por seguir mirando por la ventana empañada. Uno de sus amigos le comenta algo gracioso y él sonríe, y en algún lugar se deshiela un glaciar. Y entonces pasa. Por dos décimas de segundo sus miradas coinciden en el espacio y en el tiempo. Y ella le regala un atisbo de sonrisa. Y vuelve al cristal empañado. Y él siente que es un paso pequeño para la humanidad, pero grande para él.

La pierde en la multitud que abandona el autobús. Ella se para a buscar algo en su bolsa. Avanzan a la par.

Les descubrí una vez de paseo por el puente, el pelo rojo de ella, con el que ya sabía qué hacer, los dientes libres de brakets, la sonrisa de él sólo para ella, en el mismo espacio y tiempo. Sólo deshiela su glaciar.

Si sólo pudiese describirles, ser capaz de pasar al papel lo que pienso cuando les veo.

La cosa con Hernández

07 domingo Oct 2018

Posted by Alquimista de Historias in Relatos

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Que por qué no puedo ver a mi madre?. Es por muchas cosas, digo que, toda la vida tirando, y claro, el jarro se rompe a narices. Pero digo yo que, fue por el puto coche. Que si vete aqui, que si haz, que si no vayas, y ahora a cojones haces esto, que era bueno para mi, decía todo el rato, que era bueno para mi carrera, hacer esto o aquello a cojones de pato. Y digo, dice, digo yo que, va y hago el jodido anuncio de Dios….osea no de Dios esaztamente, ya me entiendes, digo que hice el puto anuncio ese. Y a la vuelta del tiempo aparece con el puto cochazo plateado ese, y claro, digo yo que , esto. Me saltaron los plomos….los fusibles dices, pues digo que eso, me saltaron los fusibles y pasa lo que pasa. Y ya está. Y porque agarré la barra esa que estaba allí, no sé de quién….el bate, era un bate?, pues eso, yo, digo yo, que…eso es un bate?…ah. Pues esto. La barra bate esa, cogí, así, y pimpam pimpam pimpam. Y lo destrocé. Y ellos gritando y corriendo..(Le da la risa. Se ríe a carcajadas. Le saltan las lágrimas.)Y ella…ay que mal joder…y ella corriendo con el poto que goza y aquellos tacos blamblam….es que digo yo, que..esto…es paticorta la muy veneno, sabes?. Y eso, que digo yo que me rayé. Y ya está. Que si haz el anuncio de los putos cojones…esto, ya me entiendes, ese, y tal, que lo hagas…y me aparece con el coche. Joder. Es que ni era mío entonces. Ya le valió a la paticorta tetuda esa. Que por qué no la puedo ver…? es que la pregunta tiene su cosa…si, si, no me puedo acercar a menos de cien metros…500 dices?, pues yo en Ávila y ella en Logroño y tan contenta. Feliz, lejos y que no salga de sus metros que me compro otra barra bate de esas. Y que no veas a Delascuevas, que si Delascuevas por ahí, Delascuevas andando….y yo hago con mi coño lo que quiero con Delascuevas y con el tío ese de ahí si me da la gana…..ya me entiendes, no con el tío ese en cuestión de ahí , pero bueno, que mi coño es mio, no suyo, sólo faltaría joder, entonces apaga y vámonos ostias….Delascuevas?Si. El se apellida Delascuevas de nacimiento, Hernández se lo puso para cantar, les sonaba a troglodita o algo, Manuel Delascuevas to junto….y el tan moreno. Hernández dijeron, y eso. Delascuevas Salazar (Se rie). Yo siempre le digo que se dedique a las telenovelas con su nombre verdadero…Delascuevas Salazar…arrasa joder…el puto amo (Se vuelve a reir y mueve el cigarrillo que fuma en el aire). Pero es que él y yo pasamos las mismas cosas, al mismo tiempo, que si haz esto y aquello, vete aqui, no vayas, desde canijos pequeños, todo el puto día arriba y pa bajo….y me entiende. El también tenía lo mismo con su padre, su madre faltó la pobre Dios la tenga en su Gloria, pero ese no se compraba putos cochazos…eran otras cosas.

La cosa con Hernández es mi historia, es mía, como mi coso….y a mi no me ha tocado nunca nadie, ni entonces ni ahora….la gente habla mucho joder…pero ni un pelo me tocaron. Bueno era Pérez!, mi manager de siempre Dios lo tenga en su Gloria (Cierra los ojos y se santigua dos veces)…a ella le hubiera dado igual, me hubiese vendido por un plato de lentejas, pero Pérez no, ni un pelo, ni él ni nadie….él era de Josefa y sus hijos…que ya soy tía de ellos, como hermanos, una más…y Josefa..(Se emociona, para de hablar, apaga el pitillo, carrapea, mira hacia un lado) pues eso, que digo yo, que ella…aún está aquí, imagínate. La llamo „Ma“. Sólo „Ma“(Se emociona, vuelve a carraspear, se aparta un mechón inexistente, se serena).Y es que ya estamos muy arriba…que digo yo que, digo…sabes?. Que ya da igual joder…que si quiere la mitad de todo, que si me parió…una mierda!una mierda de pato!…yo no tengo un puto abogado, tengo un escuadrón de ellos…así que digo yo que…dice pues eso. Que grite y patalee, la paticorta esa. Y hasta aquí llegué. Y la cosa con Hernández…pues ya está, es lo que hay, y es que ya estamos muy allá. Sabes?. De vuelta, y ahora todos están llendo y nosotros…sabes lo que digo, digo yo que es, estamos volviendo. Y son muchos años.Altar?…qué altar?..ah!..que si vamos a ponerlo en papel?…ya lo hay. Desde antes de todo. En un bumbum…nos dio por ahí…y desde tal fecha…solitos los dos nos los guisamos y nos lo merendamos sin decirselo a nadie…(Se ríe, echa la cabeza hacia atrás) Ahora ya da todo igual. No…Delascuevas no se cabrea conmigo nunca…ni yo con él. La gente habla mucho sin saber.Eso.

Si no te importa…me voy a ir. Tenemos una cena…y si hay algo que soy, es puntual. Qué alivio poder hablar en puto plural. Me he liberado…oye..(Se ríe, se incorpora, se arregla la blusa).

Ahora ya da todo igual.

(Nos ofrece la mano, con la más bonita de sus sonrisas, a todos los presentes antes de irse.Uno de sus asistentes nos da a cada uno un Vale-Regalo para ir a comer al restaurante de moda en la ciudad )

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